Un cenizas, diez días y una batalla sin cuartel. El fallecimiento el pasado 8 de julio en Barcelona del expresidente de Angola Eduardo dos Santos, quien gobernó la excolonia portuguesa con puño autocrático durante 38 primaveras, de 1979 al 2017, ha desatado una disputa subterránea por los restos mortales del político entre los hijos con su primera esposa y el gobierno angoleño, apoyado por los hijos del segundo boda. El ejecutor de Angola quiere trasladar al país el cenizas del exjefe de Estado para brindarle un funeral con todos los honores a un hombre “patrimonio de la Nación”, como le calificó el flagrante presidente, Joâo Lourenço, y ha enviado esta semana una delegación diplomática, liderada por el fiscal universal del país africano, para desatascar el asunto. Pero no será factible.
Una de las hijas del primer boda de Dos Santos, Tchizé, se niega a permitir que se lleven el cuerpo porque asegura que la última voluntad de su padre, no escrita en ningún testamento ni documento, era ser enterrado en España, donde residía desde hace tres primaveras. La mujer denunció en los Mossos d’Esquadra la existencia de un plan para destruir con la vida de su padre. La denuncia se presentó cuando el expresidente continuaba hospitalizado circunspecto en la clínica Teknon de Barcelona. Tras su fallecimiento, la hija solicitó una necroscopía cuyos resultados preliminares, a la dilación de los informes toxicológicos, no arrojan ningún indicio que apunte que la muerta se produjera por una causa intencionada.
En cualquier caso, el titular del audiencia de instrucción número 11 de Barcelona, Francisco González Maillo, tiene sobre la mesa, por el momento, dos peticiones de personación en la causa. La de la hija Tchizé y la de la segunda mujer del mandatario, Ana Paula, quien a través del abogado Josep Riba del despacho Cuatrecases, litigia para que los restos del mandatario se entierren donde, asegura esta fracción de la clan, siempre fue la voluntad del político: “descansar eternamente en Angola”.
Tchizé, enfrentada al flagrante presidente, quiere evitar el uso político del funeral a un mes de las elecciones
La judicialización de la causa, a la dilación de las acciones que determine el magistrado, mantiene varados los restos de Dos Santos en una cámara frigorífica del Instituto Jerarquizado Forense de Barcelona. Pese a los anuncios desde Angola de una inminente venida del cuerpo a Luanda, los letrados de la hija advierten de que el cuerpo no se moverá de España mientras la causa jurídico siga abierta.
El sentenciador dilación los resultados de las pruebas del laboratorio, que requieren su tiempo, para ver si existe algún indicio que valide la exposición de la denuncia en el sentido de que el expresidente sufrió una dejadez en su cuidado que precipitó su degeneración y homicidio. No será factible. Como siquiera lo es proseguir el caso, con la cantidad de intereses políticos y diplomáticos que se cruzan, al beneficio de la causa estrictamente penal y que debería dilucidar si se forzó intencionadamente la degradación del hombre con fines políticos.
La motivación política y una larga enemistad están en la raíz del desencuentro. Tras ser popular por Dos Santos como su sucesor en el 2017, el presidente Lourenço pasó de ser el delfín de su padre político a liderar una campaña anticorrupción contra los ultramillonarios hijos del expresidente. Para Tchizé, la cercanía de unas disputadas elecciones el 24 de agosto empujan al líder angoleño a querer usar políticamente la figura de su padre en un funeral de Estado que resultón una “falsa mecanismo”.
La denuncia de una de las hijas por homicidio ha paralizado el traslado de los restos mortales
Tchizé está convencida de que personas próximas a su padre conspiraron contra él para desencadenar su homicidio y evitar que pudiera mostrar su apoyo político al jerarca de la concurso. Acompañada por abogados de los despachos Carmen Varela, Abogados de Grupo y Molins Defensa Penal, pidió al sentenciador que investigue, adicionalmente de un intento de homicidio en porción de tentativa, los delitos de omisión del deber de socorro, lesiones por imprudencia circunspecto y revelación de secretos por parte de personas del entorno de su padre. Señala a la segunda esposa, Ana Paula, y a su médico personal, Joao Afonso, a quienes falta de poseer deteriorado la salubridad de su padre. La hija se refiere en la denuncia a un alucinación en septiembre en el que Dos Santos empeoró convirtiéndose en un anciano incapacitado para valerse por sí mismo, requiriendo de apero de ruedas y precisando de ayuda permanente”. En seis meses perdió 30 kilos.
Desde Angola, el pueblo atiende la riña con desconcierto. En su editorial, el Sueldo de Angola cargaba contra toda la clan pero pedía un acuerdo. “Es apócrifo pensar que se anhelo poco con este espectáculo de familiares, en un momento en que cabría esperar una ademán dialogante y una postura conciliadora, aunque solo sea por el duelo, que pretenden ignorar la dimensión completa del ex presidente. Dos Santos merece un funeral de Estado y cada cara en sentido contrario daña su memoria. Haya ponderación”.
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