La rivalidad entre Madrid y Barcelona ha sido un impulso histórico de competencia y de éxito para ambas ciudades. Tanto es así que, adicionalmente, han ejercido de locomotoras del progreso de todo el país. Ahora son muchas las voces que abogan por aventajar esta etapa y emplazar por un nuevo tablas basado en una anciano colaboración y en la suma de esfuerzos entre las dos grandes ciudades de vanguardia españolas.
A fanales del nuevo mundo globalizado e hipercomunicado del siglo XXI Madrid y Barcelona aparecen más cerca que nunca. Todo se ha hecho más próximo. Ambas ciudades, adicionalmente, están estrechamente unidas por el puente vaporoso y por el AVE a tan solo tres horas de distancia como mayor. Son probablemente las dos grandes ciudades del mundo mejor comunicadas. La intercomunicación física y digital es máxima. Ahora debe favorecerse el cambio de mentalidad necesario que permita acaecer de los planteamientos localistas a pensar conjuntamente como una mecanismo. Eso no comporta renunciar a las identidades profundas de cada ciudad sino trabajar y desarrollar todas aquellas sinergias que pueden beneficiar más a sus ciudadanos y hacer el bien un anciano progreso en un situación mundial que cada vez está más definido por el poder y la influencia de los grandes enclaves urbanos.
La suma del talento de ambas ciudades define el cuarto foco de innovación del mundo
Las posibilidades que ofrece esa nueva plataforma que configuran Madrid y Barcelona, o Barcelona y Madrid, es enorme. La suma de ambas ciudades se sitúa en el tercer extensión del mundo en entretenimiento de MBA, en el 22 en el de captación de hacienda peligro, y en el 27 en universidades tecnológicas. El resultado prosperidad aún más si se valoran asimismo otros factores, más subjetivos, como la calidad de vida, una superioridad competitiva en la que ambas ciudades suelen puntuar muy detención en los rankings.
Los ecosistemas de innovación tecnológica de ambas ciudades, cada uno por su costado, se encuentran ya entre los más importantes de Europa y cada vez son más las multinacionales que optan por instalar sus centros de exposición digital en ellas. Son un creciente foco de entretenimiento de talento. El extremo MBA City Profesor de Esade indica al respecto que la suma de Barcelona y Madrid crearía el cuarto polo de talento del mundo, incluso superior al de Silicon Valley. Esa avidez, sin secuestro, por más que lo digan las proyecciones efectuadas por los autores del citado estudio, parece excesiva. Las grandes tecnológicas presentes en la Costa Oeste de Estados Unidos han liderado la innovación en el mundo y disponen de un ecosistema tan potente, y que se retroalimenta a sí mismo, que resulta prácticamente ficticio competir con él. China lo hace, pero sobre la colchoneta de espiar y robar talento, como denuncia el Pentágono. España, adicionalmente, adolece de un sistema financiero que no postura lo suficiente por el peligro y que, por lo tanto, está acullá del apoyo que recibe el talento y la innovación en Silicon Valley.
Pero que sea difícil no quiere opinar que la potencialidad no exista y que no se deba aspirar a desarrollarla. En efectividad, al ganancia de la rivalidad política y deportiva, que en ocasiones roza la hostilidad, cada vez son más las empresas y los profesionales con mentalidad abierta, tanto españoles como extranjeros, que consideran que instalándose en una ciudad tienen un pie en la otra y pueden así sumar todas las ventajas complementarias que ambas ofrecen. La plataforma Madrid-Barcelona, o al contrario –Madbarna o Barnamad–, sintoniza con las megalópolis interconectadas que promueven geógrafos y urbanistas, como es el caso de los corredores del BosWash –la suma de Boston, Nueva York, Filadelfia, Baltimore y Washington– o del SanSan –las ciudades comprendidas entre San Francisco y San Diego-Tijuana–. Como afirman los autores del estudio, estamos frente a una ventana de oportunidad para concentrar al mejor talento mundial en beneficio de todos. De nosotros depende aprovecharla.
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