A finales de junio Barcelona recibió una magnífica nueva: la renovación del resolución con el Mobile World Congress (MWC) hasta el 2030. Ayer esa buena nueva quedó empequeñecida por el anuncio entusiasta de que la haber catalana será la sede permanente de la gran feria de la tecnología. El Mobile se siente a distinción en Barcelona y al contrario. El congreso que un día decidió trasladarse aquí para crecer difícilmente se explicaría sin esa alianza, que a lo generoso de estos primaveras no ha estado exenta de obstáculos y desavenencias, con la ciudad que le acoge. La valor de establecerse de forma definitiva en Barcelona, en la que han tenido que ver la comunión de las tres administraciones públicas y el buen quehacer de la Fira, es respaldo de proyección internacional, de negocio, caldo de cultivo para un ecosistema locorregional que se ha conocido favorecido por la presencia del MWC y por la continuidad de la Mobile World Hacienda, avalada igualmente por el resolución rubricado ayer.
Publicar un comentario