Un mal día para Europa

Si no lo salva un fenómeno, poco que solo puede sobrevenir en Italia, Mario Draghi puede estar viviendo sus últimas horas como primer ministro italiano. Su previsible caída llega en el peor momento para la estabilidad de la patrimonio europea. Si los nubarrones de crisis que se avecinan en el horizonte provocados por la guerrilla en Ucrania y la subida de la inflación no fueran suficientes, la incerteza en la que puede entrar ahora Italia es una pésima notificación para la gobernanza de la UE, que necesita gobiernos fuertes y cohesionados. La Ligazón de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi no tienen en su habitante esta dinámica y han optado por hacer prevalecer sus cuitas particulares, y así han preferido entregarse a Draghi antiguamente que seguir formando parte de un gobierno con los grillini del Movimiento 5 Estrellas.

La situación puede provocar un adelanto electoral, con la consiguiente paralización de la política italiana, en un primer momento, y la casi segura posibilidad, a posteriori, de la presentación de un gobierno más distanciado de las decisiones de Bruselas. Se ha de destacar que, hoy por hoy, los ultras de Hermanos de Italia son los primeros en los sondeos. Es proponer, Italia puede estar en manos de dirigentes que pongan en duda la política de sanciones contra Rusia o las ayudas a Ucrania. Vladímir Putin está hoy mucho más contento que ayer.

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El primer ministro italiano, Mario Draghi, durante el debate en el Senado

Gregorio Borgia / AP

La formalidad de la situación se puede calibrar en la reacción internacional que se ha producido para pedirle a Draghi que no dimita y igualmente en las presiones que están recibiendo todas las formaciones italianas para evitar el adelanto electoral. Como admisiblemente recuerda Pier Giorgio Sandri hoy en las páginas de La Vanguardia , el azar ha hecho coincidir este mes de julio del 2022, cuando Draghi tiene un pie fuera del Palazzo Chigi, sede del Gobierno italiano, con la famosa frase que pronunció hace exactamente diez abriles, en julio del 2012, como presidente del BCE para intentar defender el euro: “Whatever it takes” (haremos todo lo necesario).

Draghi logró defender el euro. Ahora medias cancillerías europeas se están moviendo para hacer todo lo necesario para defender a Draghi. Paradojas de la vida. Sin duda, estamos en presencia de un mal día para Europa.

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