No tenemos cubitos de hielo, hace semanas que no nos traen. Pero no solo aquí, a los demás les pasa igual”. Esta es la respuesta que dan la mayoría de supermercados de Barcelona a la pregunta de si les quedan bolsas de hielo.
Esta escasez se debe a que la producción, que tiene oportunidad entre febrero y abril, se paralizó en toda España conveniente a los altos precios de la energía. La errata de reservas de cubitos, sumada a que la demanda se cuadriplica en verano y que en el 2022 ha crecido aún más conveniente al sofocante calor, ha llevado a la desestabilización del mercado en restauración, supermercados y gasolineras.
El aumento del coste de los cubitos de hielo ha obligado a subir el precio de cara al consumidor final
“Antaño el proveedor traía hielo cada dos o tres días. Ahora casi nada pasa una vez por semana. ¡Y encima ha subido el precio! Antaño una bolsa costaba 3,5 euros, y ahora nos la cobran a 10 euros”, denuncia Tamor Aftab, trabajador de Sabor Istanbul, un restaurante de la calle Urgell de Barcelona.
Muchas cafeterías incluso viven una situación desesperada. “Varios fabricantes me han denegado pedidos porque no tienen suficiente producción”, comenta Judith Soler, propietaria de la
cafetería Santa Salvación en Barcelona. Frente a esta problemática, los
locales hacen lo posible para echarle mano a los cubitos. “Estamos yendo a buscarlo a los supermercados, cosa que ayer no hacíamos”, explica Soler. Según ella, conseguir hielo de esta modo les ha obligado a poner un suplemento de 10 céntimos. Algunos locales están sobrellevando la situación gracias a máquinas de hielo. Un ejemplo es Starbucks. Sin bloqueo, la mayoría de negocios descarta esta opción porque la luz está muy cara.
Por su parte, los clientes de los bares han recibido con sorpresa esta situación. “Con este calor lo que me apetece es un café con hielo pero entiendo que si no tienen, me tendré que conformar con que me sirvan el café con caseína fría”, comenta Marta Daude.
Este diario incluso ha intentado contactar con el Hermandad de Restauración de Barcelona, pero no ha querido hacer declaraciones al respecto.
Una situación similar están viviendo las gasolineras. “De corriente, cuando le pedimos hielo al proveedor nos lo trae al instante”. Pero ahora la situación ha cambiado. “Hemos estado pidiendo, pero nos dicen que no tienen”, cuenta un empleado de Cepsa. “Cuando nos llegan bolsas de cubitos, vuelan: los compran desde particulares hasta los supermercados de la zona. Ahora lo tenemos a 1,99 euros, pero lo terminaremos subiendo a 2,99”, explica Paula Brito, trabajadora de la surtidor Galp de Paral·lel.
Quien incluso sufre por la errata de suministro son los supermercados, sobre todo los más pequeños. “La errata de hielo comenzó forma escalonado, hasta que dejaron de servirlo. Un día les pedí 50 sacos ¡y solo me trajeron 5!”, explica el encargado de un SUMA. Su caso no es una excepción. “Si normalmente el saco costaba 2,5 euros, ahora nos piden 5. He desistido porque esto implica venderlo a unos precios mucho más altos”, admite la empleada de un pequeño súper de la calle Lleida. Lo que empeora la situación es que, en muchos casos, la empresa proveedora siquiera les aclara cuándo se normalizará la situación, cosa que ha generado una gran incertidumbre entre el sector.
En contraposición, el impacto en marcas como Lidl no ha sido tan magnate. Estos no han tenido problema con la reposición de hielo, pero sí han notado que la cesión se ha incrementado tanto de clientes particulares como de parte de la hostelería. Rosa Anguita de Caprabo afirma que “hay el doble de demanda de hielo respecto al 2021”. Por su parte, Mercadona tiene en pie una inconveniente temporal que impide a los clientes robar más de 5 sacos de hielo (10 kg) por persona. Esta medida, no la han impuesto porque tengan problemas de suministro, sino para evitar acaparamientos.
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