El Edimburgo más auténtico y alternativo para huir de las rutas masificadas

Del 5 al 28 de agosto Edimburgo se convierte en un titánico tablado cultural al elegancia evadido. Durante tres semanas es posible encontrar un concierto o una obra de teatro improvisada prácticamente a la revés de cada punta y especialmente a lo generoso y ufano de la Royal Mile, donde durante las semanas que dura el festival podrás acontecer horas y horas saltando de un espectáculo a otro. Una ocasión idónea para conocer la haber escocesa, una de las ciudades con veterano patrimonio histórico de toda Gran Bretaña.

Son días de gran ajetreo turístico, por lo que te proponemos planes alternativos para que no te sientas abrumado por las típicas colas en museos o jardines. Es más, te planteamos los lugares más queridos por los autóctonos. Y es que ni es cierto que Harry Potter fuese creado en un café de esa ciudad ni que todos los lugares que aparecen en los libros de Sherlock Holmes están inspirados en esta ciudad, aunque hayan sido ubicados ficcionalmente en Londres. Eso sí, tanto J.K.Rowling como Arthur Conan Doyle estudiaron en la Universidad de esta monumental ciudad y la adoran.

La Old Town de la mano de los edimburgueses

Callejear por la Royal Mile, arteria principal al oeste de la Ciudad Vieja, hasta resistir al palacio de Holyrood, es poco que tienes que hacer sí o sí en la haber escocesa. Precisamente allí se encuentran los llamados coses, callejones cubiertos que datan del siglo XVII y conducen a otras calles y patios interiores. Entre los más famosos de reconocimiento imprescindible está el Mary King’s Close, situado al flanco de la catedral de San Giles y formado por un bulla de túneles peatonales que quedaron en el olvido durante siglos hasta su reapertura en 2003. 

Sin bloqueo, hay otros closes sumamente recomendables, como Tweeddale Court, Bakehouse Close, Dunbar’s Close, White Hourse Close y el Old Fishmarket Close. Todos ellos llevan décadas siendo objeto de leyendas de fantasmas correcto a que muchas de las personas que vivían allí murieron durante la peste de 1644, historias que inspiraron, siglos luego, los escenarios de las pesquisas del detective escocés Sherlock Holmes, aunque éste residiese en la londinense Baker Street y su campo de investigación fuese la haber británica. 

Uno de los 'close' junto a Royal Mile

Uno de los 'close' unido a Royal Mile

Bradley Hebdon

Por otra parte de tours oficiales para visitarlos y donde cuentan estas historias para no amodorrarse, los autóctonos de los pubs en la Royal Mile te los explicarán con mucho distinción a cambio de una pinta. Menos concurridos que los closes de la Royal Mile son los túneles y habitaciones de origen todavía desconocido en Glimerton Cove.

La catedral de San Giles, con su inconfundible saeta en forma de corona, es una maravilla arquitectónica de reconocimiento imprescindible, con su Thistle Chapel donde no olvides inquirir al bendito que toca la dificultad. Menos transitada e igual de imponente es la catedral de St. Mary’s, en el West End, con unas magníficas vidrieras diseñadas por Edoardo Palozzi que adquieren un encanto peculiar al atardecer cuando el sol atraviesa sus cristales. 

Un corazón de roca conocido como Heart of Midlothian indica el punto donde se encontraba la antigua prisión

Acordado enfrente de la catedral se halla un corazón de roca conocido como Heart of Midlothian, que indica el punto donde se encontraba la antigua prisión de Edimburgo. No muy allí de allí, en Grassmarket, se llevaban a extremo las ejecuciones públicas de la haber escocesa. Hoy no queda ningún rastra funesto en esta antigua plaza y hay numerosos y animados pubs donde escuchar música en directo como The Last Drop, que debe su nombre al "zaguero trago" que se tomaban los sentenciados a crimen antiguamente de ser colgados.

Las verdaderas hazañas de Harry Potter en la ciudad

J.K.Rowling escribió varios pasajes de los primeros libros de la dinastía Harry Potter en el café de la Old Town llamado Elephant House, que sufrió un incendio en 2021 y permanece a día de hoy cerrado, pero ha inhábil que el personaje de Potter tomase forma mientras desayunaba allí. De hecho, nació durante un delirio en tren de Manchester a Londres. Eso sí, Rowling sí ha admitido que terminó de escribir las últimas hazañas del personaje en la suite 552 del hotel Balmoral, una habitación que conserva todavía la misma cama y escritorio.

En el hotel Balmoral, J.K.Rowling termino de escribir las últimas hazañas de Harry Poter

En el hotel Balmoral, J.K.Rowling terminó de escribir las últimas hazañas de Harry Poter

HOTEL PHOTOGRAPHY SRL

Este hotel de fastuosidad, sito en el número 1 de Princes Street, donde la Old Town se encuentra con la New, recibe a sus visitantes en tartán Balmoral hecho a medida, cuenta con un majestuoso spa y abre para todos los públicos a la hora del té. Por las noches, su restaurante con hado Michelin sirve platos como el bacalao del mar del Meta y las cigalas asadas, entre muchas otras delicias inspiradas en los sabores de Escocia. Pero aún hay más, su bar cuenta con más de 500 whiskies de malta. Toda una manifiesto de simpatía a Edimburgo. 

Otro establecimiento exquisito se halla en el número 3 de la misma calle. Es el hotel Waldorf Astoria, que combina la construcción moderna con el estilo victoriano de una antigua fase de tren. Cuenta con otro restaurante de stop nivel, adicionalmente de una piscina cubierta con sauna y baño de vapor.

El cementerio de Greyfriar atesora un montón de historias que quitan el sueño

Para los escoceses, los cementerios son como parques a los que van a pasear, tomar el sol e incluso a hacer pícnics. El más afamado es el de Greyfriar, que, a pesar de parecer una explanada ajardinada, atesora un montón de historias que quitan el sueño. Entre todas las lápidas, la más famosa es la dedicada al perro Bobby, que no se separó de la tumba de su amo en más de 14 primaveras hasta su crimen en 1872, convirtiéndose así en uno de los héroes de la ciudad. 

Otra tumba legendaria y rodeada de leyendas es la del abogado George Mackenzie, afamado en la ciudad por sus severas sentencias a crimen y cuyo sombra, según afirman los edimburgueses, en la vida ha dejado la ciudad. Para los fans de Harry Potter hay que atravesar la Flodden Wall y voltear en dirección a la derecha para ver la tumba de Elizabeth Moodie, que inspiró a Rowling para el personaje de Ojo majareta Moody. Pero aún hay más. Si sigues caminando hasta resistir casi al final del cementerio encontrarás la tumba de Thomas Riddle, el nombre que dio circunscripción al logotipo de Yo soy Lord Voldemort (en castellano Tom Sorvolo Ryddle).

La lápida del perro Bobby, con la escultura de William Brodie, es una de las más famosas del cementerio de Greyfriar

La tumba del perro Bobby, con la escultura de William Brodie, es una de las más famosas del cementerio de Greyfriar

Getty Images/iStockphoto

El colegio de George Heriot, la verdadera inspiración para Hogwarts, se puede vislumbrar desde el cementerio de Greyfriar o desde la explanada del castillo de Edimburgo. Desafortunadamente no puede visitarse su interior al ser un colegio que sigue en funcionamiento. Actualmente está considerado como uno de los centros educativos de más prestigio de la ciudad.

Postales inéditas

Por otra parte de saludar la fortaleza y el castillo de la ciudad, erguido en lo stop de una roca volcánica, correctamente merece una reconocimiento el castillo de Craigmillar, al que no acuden multitudes, aunque en su fortaleza en ruinas se han rodado escenas de la serie Outlander y películas como El rey proscrito en España.

La imagen que muchos proyectamos cuando pensamos en Edimburgo es la clásica instantánea tomada desde lo stop de la colina en el extremo este de Princes St. Desde allí podrás contemplar el monumento a Douglas Stewart en primer plano y, tras él, la torre del hotel Balmoral, la Old Town y el castillo despuntando en el horizonte. Para conseguir panorámicas menos típicas rodea la colina a pie y podrás ver Edimburgo desde todos los ángulos y divisar el National Monument, una réplica del Partenón a medio construir.

Otra perspectiva poco conocida es la que se obtiene desde Blackford Hill, que se subida al sur de la ciudad. Se tarda un poco más en subir, pero cerca de él hay distintos senderos para pasear, un atún estanque y vistas únicas del castillo y de la colina de Arthur’s Seat, en el céntrico parque de Holyrood.

Princes St Garden en verano, con el castillo de Edimburgo como telón de fondo

Princes St Garden en verano, con el castillo de Edimburgo como telón de fondo

VisitBritain

Para retomar fuerzas, ausencia como personarse a los pubs legendarios de la zona, como el Deacon Brodie’s Tavern y el The World’s End, donde podrás degustar platos típicos escoceses como el haggis, asado de cordero con cebolla picada, hierbas y especias, un buen fish and chips, o el pudding, siempre acompañados de una buena pinta de cerveza negra.

La ciudad nueva y sus jardines

LaNew Town, proyectada como una salida a la superpoblada ciudad vieja, destila nobleza y orden. Su avenida principal es Princes Street, cuya parte sur no está construida. Allí nacen los jardines Princes St Gardens, ideales para dar un paseo tomándose un helado. En esta campo de acción de la ciudad se encuentran incluso los reales jardines botánicos, todo un universo de calma y color y que, adicionalmente, es regalado. Los que deseen saludar un parterre más profundo y al que los locales se refieren como su campo de acción verde privada, deben apuntar su brújula a Dr. Neil’s Garden, en el ensanche de Duddingston, con bancos rodeados de frondosa flora antiguamente de que llegue el frío.

En el ensanche de Stockbridge los domingos se celebra un popular mercado al elegancia evadido

En las calles Rose St. y George St. encontrarás elegantes tiendas y restaurantes, y no olvides dar un paseo por el ensanche de Stockbridge, donde los domingos se celebra un popular mercado al elegancia evadido.

Cocina escocesa con hado Michelin

Para ágapes inolvidables, en Edimburgo encontramos dos restaurantes con hado que circulan de la mejor forma posible entre los sibaritas: el boca-oreja. The Kitchin, en el 78 de la Commercial Quay, presenta una cocina británica moderna de la mano del chef Tom Kitchin, formado en las mejores cocinas del mundo. Escocés, pero muy influenciado por la cocina francesa, presenta sus platos bajo el inscripción de la naturaleza al plato, buscando productos de temporalidad y proximidad. 

El chef Tom Kitchin ofrece una cocina británica moderna en el The Kitchin

El chef Tom Kitchin ofrece una cocina británica moderna en el The Kitchin

Marc Millar

Toda la carne y el pescado se compran enteros, y el despiece y el fileteado se realizan en el propio establecimiento a diario. Entre las especialidades de la casa encontramos las vieiras de las Orcadas, la terrina de ciervo de las Highlands y el filete asado de rodaballo del mar del Meta. Para culminar el festín, la crep de calvados relleno de mousse de manzana y acompañado de un sorbete de manzana Granny Smith.

En el 15 de Salisbury Pl. se halla el restaurante Condita, que ofrece un menú degustación sorpresa de 5 u 8 platos, acompañados de vinos ecológicos, mientras que en el histórico puerto de Leith se ubica el incluso laureado con hado Michelin Martin Wishart, con raíz europea moderna elaborada a partir de los mejores ingredientes escoceses cocinadas con técnicas clásicas francesas.

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