El ‘jardín del desamor’, el paraíso escondido del paisajista Iñigo Segurola

En un pequeño valle de Euskadi, muy cerca de Oiartzun, un hombre solitario y de porte vigoroso levantó con sus manos un huerta. Allí nacieron, crecieron y se multiplicaron en orden (y en desorden controlado) cientos de plantas, árboles y flores del mundo impávido. Se entregó a la extenuante tarea en cuerpo y alma, para darle tiempo a su corazón para recomponerse, ya que lidiaba con el final de su relación de pareja. Ahora, cuando contempla este huerta tan vivo, admite que casi se le va la vida en el empeño. Al oficio le puso de nombre Lur Garden, pero podría haberlo llamado el Pensil del Desamor. El cultivador y paisajista se fuego Iñigo Segurola. Religioso como es de la diosa Mari, que gobierna el clima, las aguas y los frutos de la tierra, está convencido de que sus influjos empapan los rincones del oficio. Probablemente, ni la diosa Mari se habría atrevido con tan ingente tarea.

El 'rey' Iñigo Segurola, en el trono. Estas rocas areniscas provienen de una cantera que en su época abasteció de este material al ensanche de San Sebastián

El 'rey' Iñigo Segurola, en el trono. Estas rocas areniscas provienen de una cantera que en su época abasteció de este material al ensanche de San Sebastián

Manu Joven

“Yo he estado los últimos ocho abriles de mi vida, cuando comenzó este esquema, con una situación personal que no era la más adecuada, y este huerta fue una entretenimiento que se convirtió casi en una alejamiento, en una posesión, en una obsesión… que casi se me va la vida. Yo de repente me separo y creo que todos mis problemas se habían fracasado, y cuando me separo me doy cuenta de que me había sucio personalmente en todo ese proceso. Cuando se acabó todo, toqué fondo, y ha habido como un renacer de las cenizas… al principio tuve una relación muy tormentosa con el huerta, porque ya no tenía fuerzas, mi cuerpo se negaba”.

Iñigo SegurolaPaisajista y creador de Lur Garden

Lo explica Segurola a Magazine Lifestyle mientras hace de gurú por el huerta. Es una confesión que ayuda a entender el desgaste físico y la experiencia emocional que empañan su discurso, muy meditado. ¿Fue una catarsis? “Absoluta. Fue una obsesión en la que me abandoné. Yo no quería estar con gentío, no quería. Solo trabajo, trabajo, trabajo… ¡Había tanto que hacer! Ahora me da vahído cuando veo todo lo que he hecho y todo lo que tengo que apoyar. Cuando toqué fondo, me pregunté: ‘¿Quién eres tú?’”.

Estas formas de huevos fritos, que se hicieron para aprovechar unos aros metálicos, inspiraron la organización ovoidal de los espacios de Lur Garden

Estas formas de huevos fritos, que se hicieron para emplear unos aros metálicos, inspiraron la estructura ovoidal de los espacios de Lur Garden

Manu Joven

Él es Iñigo Segurola y no es un desconocido. Fue el perito en la sección de cultivo de los programas de televisión Bricomanía y Decogarden, que llenaron horas de consejos en Tele 5 y La 2. Y sabe de lo que palabra porque es ingeniero técnico agrícola por la Universidad Pública de Navarra, tiene un extremo superior en Bloque del Paisaje por la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo (Escocia) y un curso internacional de Planificación y Diseño del Paisaje en la Universidad de Paisajismo de Wagheningen (Holanda). Tiene experiencia docente y un sentido del humor que convierte las visitas guiadas a Lur Garden en una clase para disfrutar y asimilar.

El jardín tiene rincones donde el visitante experimenta la sensación de formar parte de la naturaleza

El huerta tiene rincones donde el visitante experimenta la sensación de formar parte de la naturaleza

Manu Joven

La abutarda que aspira a ser pardal

Segurola tiene un sentido del humor que le sirve para adoptar una cierta perspectiva sobre su trabajo y su implicación en él. Su discurso está atiborrado de metáforas: "Yo durante los últimos abriles de mi vida he estado construyendo este gran huevo, sin conocer muy aceptablemente lo que estaba haciendo. Llegó el momento de tocar fondo y empezó a surgir el pollito de interiormente, que empezó a romper el cascarón. Durante el año pasado fui un Calimero que iba andando con medio huevo por encima de la individuo, como empezando a asimilar a enredar y emprendí el revoloteo y me gusta definirme como abutarda; esta tripa [se da unos golpecitos en la barriga], que me salió por no cuidarme, no me permite todavía estallar como una golondrina, pero ave abutarda, esteparia de revoloteo raso es una definición con la que estoy contento. No sé si llegaré a ser un pardal o poco más, pero por lo menos ya estoy volando y la verdad es que ahora estoy personalmente estupendamente aceptablemente".

Su huerta es una mezcla de planificación y laissez faire. “Trabajando con la naturaleza aprendes que no tienes un control completo sobre lo que va a ocurrir, que tienes que polemizar con el aceptablemente y con el mal. Te viene una helada tardía y la tienes que absorber porque no has podido evitarla; te vienen los calorazos y el secorro y los tienes que encargarse. Mari, que es la diosa del aceptablemente y del mal, te da el sol y igualmente te da el pedrisco. En ese sentido, Mari representa la Principio Tierra”, razona.

El arroyo que abraza por un costado Lur Garden nutre de agua y humedad el jardín y escuchar el discurrir de sus aguas es placentero cuando se cierran los ojos

El riachuelo que abraza por un costado Lur Garden nutre de agua y humedad el huerta y escuchar el discurrir de sus aguas es placentero cuando se cierran los luceros

Manu Joven

De ahí que Segurola enseñe durante el represión los mercadería que tuvieron las decisiones que tomó y que fueron un fracaso, las que no pensó y que han transmitido un fruto espléndido y las que tomó casi sin interés, pero que han sido una sorpresa mayúscula. “Muchos de los mejores aspectos del huerta no han sido preconcebidos. Han desencajado de esa inercia de poseer estado sometido a hacer poco que no sabía ni lo que estaba haciendo. Para mí esto ha sido un lado de pruebas y un educación increíble. Ha sido mi máster, mi doctorado y mi todo, en cuanto a conocimiento de plantas. Además aprendes que en el esquema del diseño que desarrollas hay un coeficiente que es el tiempo, que lo va a condicionar todo y que va a hacer que esto mute. Tú tienes que ser como un director de orquestina. El huerta es un espacio dependiente, que depende de por vida del cultivador. Si tú no lo mantienes, se convierte en naturaleza y pierde la esencia de huerta”.

De paisajistas y arquitectos

Segurola reflexiona sobre el trabajo del paisajista y lo compara con el del arquitecto: “Yo siempre digo que un arquitecto no necesita ser albañil para ser un buen arquitecto, pero creo que es necesario que un paisajista tenga una cojín jardinera; el arquitecto trabaja con materiales que están muertos y nosotros trabajamos con materiales que están vivos y para controlar un poco lo que va a ocurrir, la fuente de educación es cuando trabajas con ellos. Un arquitecto hace su prominencia, entrega su obra y cuando la entrega está en su momento clave y empieza en todo caso un decaimiento. Nosotros cuando entregamos una obra entregamos a un chaval en pañales que no sabes si llegará a los 18 abriles, cómo envejecerá… es afirmar, que va a ir mutando”.

Segurola es un amante de las hortensias anabelle y tiene en su jardín más de treinta variedades

Segurola es un adorador de las hortensias anabelle y tiene en su huerta más de treinta variedades

Manu Joven

“Hay diseñadores, paisajistas, que hacen diseño de jardines muy contenidos, muy estáticos, con todo muy determinado, que casi no dan pie al afloramiento sencillo de la naturaleza -prosigue Segurola-. Yo siempre digo que hay que trabajar aceptablemente la parte estática (los setos, las piedras, las formas que con el tiempo evolucionan de una forma muy lenta) con la dinámica, que es la que va cambiando y evolucionando. Yo cuando tengo un esquema intento hacer un poco de psicólogo y entender cuánto de dinámico y cuánto de petrificado acepta esa persona a la que le voy a hacer el huerta, para hacerle el huerta que el va a poder mandar".

En el Jardín del Musgo, el esqueleto del rostro de una vaca ha sido invadido por este tipo de plantas

En el Pensil del Musgo, el osamenta del rostro de una vacuno ha sido invadido por este tipo de plantas

Manu Joven

¿Y qué se van a encontrar los visitantes en Lur Garden? Pues un espacio de casi 20.000 metros cuadrados que “es un huerta de jardines o un huerta de habitaciones”. En total, una quincena de habitaciones que se comunican entre sí, aunque cada una tenga su soberanía natural. Está el Pensil Azur, donde predominan plantas de este color “y que ahora empieza a chasquear”, explica Segurola. Además el Pensil del Espejo, con un gran estanque de 25 metros de forma ovoide, rodeado de “cipreses de los pantanos, de porte plañidero, que da esta quietud... Al poco que haya un poco de brisa, no permite que el huella espejo sea consumado”, se lamenta. “Tiene, en coronación, los árboles del papel de Taiwán (nombra la especie en latín)... A mí no se me hace disonante, se me hace forastero”, defiende. Está el Pensil de la Extravagancia, “el espacio más contenido, más coqueto, donde le empecé a meter colores fucsias, granates, colores más estridentes, y aquí está el estanque...”. ¡Y qué afirmar del Pensil de las Hojas Grandes! “Este huerta lo hice para conservar una planta de Pimiento, la Gunnera manicata, que es fascinante y te puede hacer hojas de dos y tres metros de diámetro...” Y el Pensil Jurásico, y el de los Musgos, y la Pradera...

En Lur Garden abundan los nenúfares, las plantas de agua, los helechos... que se han convertido en un hábitat habitual de libélulas, ranas y otras especies

En Lur Garden abundan los nenúfares, las plantas de agua, los helechos... que se han convertido en un hábitat habitual de libélulas, ranas y otras especies

Manu Joven

Segurola desparrama un torrente de conocimientos en la peregrinación por estos espacios, unidos por un camino de piedras que colocó con sus manos, una a una. Mientras comenta lo que otro no vería, está irresoluto de las libélulas (“tengo controladas siete variedades distintas”), se comunica con las ranas (“¡croaacccc!”), que le responden, maldice sin maldad los daños de los topillos, se emociona con el revoloteo de las mariposas, palabra con las hortensias (“tengo más de 30 variedades”), anima a escuchar el discurrir del río, a disfrutar del silencio... No hay duda de que Mari está al acecho.

Una bruja le confesó a Segurola que en esta balsa, donde el agua no se corrompe, existe una puerta dimensional

Una maga le confesó a Segurola que en esta balsa, donde el agua no se corrompe, existe una puerta dimensional

Manu Joven

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