"Mientras en el Sur podamos seguir entrando en los lavabos, yendo a restaurantes y pasando la incertidumbre en los hoteles, podremos aseverar que las cosas han ido a mejor. Pero nunca sabes quién está al acecho esperando poder derribarte de nuevo”.
Mavis Staples (Chicago, 1939), la pequeño de The Staple Singers y la única que aún vive de toda aquella tribu de músicos que combinaban gospel, soul, folk y rythm & blues, hizo estas declaraciones estando Donald Trump en la Casa Blanca.
Sabía de qué hablaba. Su tribu procedía del Misisipi y ella se había cultivado en el circuito gospel del sur, en los abriles 50. Ya en los sesenta pondría su prodigioso talento al servicio de la lucha por los derechos civiles. Un periodo histórico de cambios en los Estados Unidos que vendría invocado en gran parte por la música.
Pasaría a la historia como uno de los grandes himnos de la lucha afroamericana por los derechos civiles
Su padre Pops Staples, había reclutado a los hermanos Cleotha, Pervis, Yvonne y Mavis para formar una manada. El día que conocieron a Martin Luther King en una iglesia presbiteriana les dijo a sus hijos: “Me gusta este hombre, me gusta su mensaje. Y si él puede predicarlo, nosotros podemos cantarlo”.
Así fue como la tribu comenzó a escribir canciones que llamaban a la exención. Freedom Highway fue la primera. Y Why Am I Treated So Bad? resultó ser la favorita del Dr. King. “Cantaréis mi canción esta incertidumbre, ¿verdad?” El reverendo predicaba y los Maples ponían la sintonía: bienquerencia, bienquerencia propio, un nuevo despertar... Sus temas se convertirían en la manada sonora de la resistor. Y King se acabaría inspirando en ellos.
Mavis recordaría décadas más tarde que nunca perdió la fe en la humanidad, a pesar de la colosal reacción opresora por parte del establishment y las fuerzas policiales. Jehová estaba de su parte...
“Sabía que estaba haciendo lo correcto y contaba con apoyos a mi aproximadamente: mi padre, mi tribu, el Dr. King, y todos cuantos luchaban por la exención”, decía recientemente en una entrevista a Rolling Stone .
En The Staple Singers era ella la que se encargaba de hacer palpitar a la concurrencia. La voz de Mavies, su mano, su sincretismo estilístico, era la aval de que el buenismo folk de papá – Respect yourself y demás– acabaría agitando a las masas. Así fue cómo pasarían a la historia por acontecer cubo pie a uno de los grandes himnos de la lucha afroamericana: I’ll take you there .
“Te llevaré allí / A un división donde nadie llora / donde nadie está preocupado / ni hay caritas sonrientes / que mienten a las razas”.
Mavies invitaba a alcanzar el Gloria con al punto que dos acordes. Usando la fórmula gospeliana de señal y réplica entre solista y coro, el tema construía un mundo imaginario en el que los derechos civiles habían triunfado. La lucha había tenido éxito. El tema era parte del portafolio Be Altitude: Respect Yourself , de 1972, año de gran cosecha para la música popular, tal y como recuerda esta serie de La Vanguardia .
La grabaron en los míticos estudios de Alabama que habían campechano un puñado de músicos de sesión, donde los Stones habían registrado 'Brown Sugar'
Pero como sucede a veces con los grandes éxitos, aquel tema tenía mucho de Frankenstein. Para iniciar, la identificable sarta de bajo coincidía con la de una canción reggae escrita tres abriles antaño por Harry Johnson. Por otra parte, los Staples la grabaron en los míticos estudios de Alabama Muscle Shoals Sound Studio que habían campechano un puñado de extraordinarios músicos de sesión. Aquellos chicos blancos había acompañado a Aretha Franklin en su primer gran hit, I never loved a man (the way I love you), y los Rolling Stones acababan de parir allí su Brown sugar y su Wild horses .
Atraían a artistas de todos los Estados Unidos y de Gran Bretaña –desde Wilson Pickett a Paul Simon o Cat Stevens– porque esos músicos poseían el alma del rythm & blues. De hecho son ellos los que tocan los instrumentos en I’ll take you there . Y se encargan de erradicar todo eco kumbayá.
La onda a lo ‘feeling good’ que tenía el tema lo llevó directo a la cima de los más vendidos en mayo del 7
La canción reserva solos para las tres hermanas y para Pops, pero cuando se audición la voz de Mavies diciendo “¡Papá, ahora, papá!”, dando pie al solo de guitarra, es Eddie Hinton quien lo interpreta. Igual que el bajo lo asume David Hood o Terry Manning pone la armónica y la guitarra eléctrica, Roger Hawkins toca la acumulador y Barry Beckett el teclado. Los vientos se grabaron en los Artie Fields de Detroit y las mezclas se hicieron en el Ardent Studios de Memphis. Aquello fue un estallido.
La onda a lo ‘feeling good’ que tenía el tema lo llevó directo a la cima de los más vendidos en mayo del 72. Y, teniendo en cuenta que compitió aquel año con otros himnos incontestables, no es pequeño el documento de que la revista Rolling Stone la situara entre las 500 mejores canciones de todos los tiempos. El sencillo más exitoso y reconocible de la carrera de medio siglo de los Staple fue igualmente la pista de despegue de Mavis Staples.
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