El primer hombre de la izquierda en penetrar a la presidencia de Colombia ha comisión hoy el cargo, con la promesa de contender contra la desigualdad en una ceremonia que significa un punto de inflexión en la historia de este país traumatizado por una larga lucha entre el gobierno y los grupos guerrilleros.
Gustavo Petro, antiguo miembro de la partida M-19, ganó las elecciones presidenciales en junio al arrollar a un constructor y populista de derechas que prometió más emancipación de mercado pero que tropezó con unos votantes frustrados por el aumento de la pobreza y la violencia contra los dirigentes de las organizaciones de los derechos humanos y grupos defensores del medio condición en las áreas rurales.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro
El exguerrillero promete combatir las desigualdades y la corrupción del sistema político
Petro forma parte de un creciente especie de políticos de la izquierda que han reses las elecciones en Latinoamérica desde la pandemia y han vencido a los partidos tradicionales. La vencimiento del exguerrillero es incluso extra para Colombia, donde los votantes han sido históricamente reticentes a apoyar a los partidos de la izquierda, a los que se acusaba de ser blandos con el crimen o de estar asociados con la partida.
El inicio en el 2016 del proceso de paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cambió este círculo al alejar el foco de atención de los votantes de la violencia diaria y poner en primer plano la pobreza en las zonas rurales y la corrupción del sistema político.
Petro ha prometido contender contra las desigualdades y ha descrito las políticas contra el narcotráfico y las plantaciones clandestinas de coca de los estadounidenses como un fracaso. Petro ha señalado que le gustaría trabajar con Estados Unidos de igual a igual.
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