Desde que se volvió renombrado como Aragorn en El señor de los anillos este estadounidense criado en Argentina que ha favorito Madrid para comportarse se ha prestado poco a las superproducciones. En cambio ha optado por desafíos como Crímenes del futuro, su recuentro con David Cronenberg, que llegará a las carteleras españolas en septiembre, e incluso por dirigir sus propios proyectos, como la flamante Falling, que asimismo protagonizó. Por eso sorprende verle en Trece vidas , la película de Ron Howard que producida por Amazon cuenta la historia de los niños atrapados en una cueva en Tailandia rescatados con una arriesgada maniobra. Mortensen encarna a Rick Stanton, un buzo inglés, lo que le obligó a mercar un estado físico impecable ya cumplidos los 60. Igualmente participan en el avaricioso tesina Colin Farrell y Joel Edgerton.
Colin Farrell, Joel Edgerton y Viggo Mortensen en 'Trece vidas' 
¿Cómo fue transformarse en un buzo rescatista?
Nos preparamos mucho. Gracias a Dios Ron y su equipo nos dieron muchísimo tiempo para que estuviésemos listos. Hablé durante meses con Rick Stanton porque eso ocurrió durante la pandemia. Nos encontramos y me puso en contacto con muchedumbre a la que había entrenado en el ártico de España, en las montañas. Me explicó que las rocas eran las mismas de Tailandia y las condiciones asimismo, aunque el agua iba a estar un poco más fría, porque era invierno. Rick me dijo que lo probara. Y eso hice. Lo probé y me pareció espantoso, no entendía por qué cierto podía bucear en un pantano subterráneo por diversión. Pero como actor lo tienes que poder hacer correctamente. Encima en este caso no todo pasaba por escuchar cómo acento Rick. Tuve que cultivarse todo lo que pude sobre su trabajo. Y él me mostró mucho material.
¿Cómo fue el rodaje?
Viajamos a Tailandia y todos los actores que interpretamos a los buzos nos preparamos meticulosamente. Lo estudiamos todo con mucho cuidado. Sabíamos que no sólo se trataba de que lo que hiciéramos resultara factible, asimismo queríamos sobrevivir a la filmación. Encima Ron es un gran narrador e hizo Trece vidas como un filme independiente titán.
Una imagen de 'Trece vidas', de Ron Howard 
¿En qué sentido?
Los tailandeses hicieron sus escenas en su idioma. Vigésimo primaveras detrás, con otro director, todos habrían hablado en inglés, y la trama habría girado en torno a los occidentales, mostrando su heroísmo. Aquí no. Y no era un filme de enseres especiales. Estábamos bajo el agua, haciendo lo que se ve en la pantalla. Gracias a Dios, hubo un momento en el que Rick le dijo a Ron que creía que habíamos aprendido lo suficiente para hacer las escenas de verdad. Que nos iban a supervisar pero que confiaba en que lo íbamos a poder hacer correctamente. Y así fue. Ron pudo filmarnos de cerca y en el agua.
¿El filme ejemplifica el poder de la solidaridad comunitaria?
Totalmente. En estos tiempos en los que tantos líderes exhiben un comportamiento egoísta, avaricioso y deshonesto como si fuera un ejemplo, es maravilloso un evento que ejemplifica la colaboración altruista. Nadie de los que participó en este esfuerzo lo hizo para hacerse rico. Ni Rick ni los otros buzos que llegaron del extranjero ni los tailandeses lo hicieron para progresar en sus vidas o porque querían obtener poder político. Lo hicieron porque era lo correcto. Se demostró es que los humanos son capaces de cosas asombrosas si trabajan juntos. A veces lo olvidamos e incluso nos fascinamos por muchedumbre que se comporta verdaderamente mal, vemos cómo logran las cosas así, se vuelven poderosos y por eso creemos que hay que sufragar por ellos. En cambio en este caso, un camarilla de muchedumbre que no era conocida se unió y logró concretar poco asombroso por todas las razones correctas. Es poco que se debería imitar más a menudo...
No ha hecho muchas películas comerciales desde que participó en 'El señor de los anillos'...
Soy muy cuidadoso a la hora de comprometerme con una película, porque se que es poco que llevará mucho tiempo. Desde el momento en el que dices que sí son meses de preparación. Luego llega la filmación, el trabajo con el sonido luego, y finalmente toca la promoción, que puede arrostrar meses y meses. Es un proceso que lleva entre un año y medio y dos primaveras. Es mucho trabajo y una parte significativa de mi vida, por eso me lo pienso mucho antiguamente de sostener que sí. Y no me decido por lo que me van a satisfacer, por si la muchedumbre la va a ver o por lo que le va a aportar a mi carrera. Me demando si es poco de lo que va a conllevar la pena murmurar cuando llegue el momento de promoverlo, o si voy a tener que cambiar de tema y hacer bromas sobre las cosas divertidas que pasaron en la filmación. Lo cierto es que yo quiero comprometerme completamente con cada tesina que hago y serle útil. A principios de mi carrera, hubo momentos en que me estaba quedando sin metálico, poco que les pasa a muchos, y tenía que apañarse poco que me permitiera satisfacer la renta. Pero he tenido mucha suerte desde hace muchos primaveras, me ha ido lo suficientemente correctamente como para hacer solo aquello que verdaderamente me interesa. He hecho muchas películas en las que me han pagado muy poco, y en algunas hasta puse metálico yo como productor. Y eso ha sido maravilloso.
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