Florence Pugh es parecido de tul, de vestidos de corte princesa, de impacto. La actriz británica consigue asombrar con su look en cada esterilla roja a la que acude. Y es que en los últimos dos primaveras, la protagonista de Don't worry darling ha conseguido afinar su estilo con tal habilidad que lo ha convertirlo en un influyente referente en los grandes eventos de Hollywood.
El armario de Pugh vivió un cambio radical en 2020, año en el que fue nominada a un Oscar como Mejor Actriz Secundaria por su papel en Mujercitas. Su nombre empezó a sonar con más fuerza y sus apariciones en esterilla roja se intensificaron. Cambió los trajes sobrios y anodinos por vestidos de traje.
La organza y el tul son sus grandes aliados para enterarse la atención de los flashes. Sabe darles solemnidad, juguetear con la tela para demostrar su movimiento y salir en las fotografías de photocall con más clemencia y glamur que el resto. Lo demostró con el espectacular Valentino sable que llevó en el Festival de Venecia, donde consiguió viralizar el maravilloso diseño italiano tras posar con él en la esterilla roja anejo a su abuela.
Tiene auténtica predilección por el rosa y los patrones con mucho cuerpo
Apostó de nuevo por Valentino y sus románticas transparencias para asistir a la premiere de Wonder, en el Festival de cine de Londres. Un vestido digno de una destino de cine que no pasó desapercibido.
Sin bloqueo, y a pesar de tener una auténtica predilección por el rosa y los patrones con mucho cuerpo, Pugh se atreve con todo. Innova sin derramarse de su estilo. Prueba y arriesga en color, corte y sobre todo en peinados y joyas. Una apasionada de la moda que ensalza las alfombras rojas y les otorga el glamur del que a veces carecen.
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