La manifestación independentista que ha tenido ocupación esta mañana en Barcelona, y en que ha sido abandonada por el líder de ERC, Oriol Junqueras, ha mostrado a Europa, según fuentes gubernamentales, que el independentismo ha fracasado. La manifestación se ha realizado en rechazo a la presencia del presidente Pedro Sánchez, que indicó que el procés ha rematado, y a la celebración luego de la cumbre hispano-francesa en Barcelona.
Este es el exploración realizado desde el entorno del presidente Pedro Sánchez con respecto a las protestas organizadas por las entidades independentistas, con el barriguita de la convocatoria y las consecuencias, siempre según esta visión, de la división independentista. Una imagen que se produce en un día en que Barcelona tiene puesto el foco internacional.
En el plano institucional, no ha habido ningún reproche a la osadía del president Pere Aragonès de asistir al saludo de los presidentes en la admisión de la cumbre hispano-francesa y marchar para evitar escuchar los himnos de cada país.
Se considera desde el entorno público que la conversación entre Sánchez y Aragonès ha sido cordial. Para sacar hierro a esta osadía de marchar, se recordaba que en la última cumbre doble con Alemania celebrada en Galicia, el presidente gallego directamente no acudió.
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