Mazda ya era un fabricante que rozaba en algunos de sus productos (o, mejor dicho, en casi todos) la calidad que atesoran las marcas premium europeas. Sólo adolecía de cierta "pretensión" a la hora de posicionar sus automóviles entre los constructores de prestigio. Ahora, con el tirada de su nuevo SUV CX-60, la firma japonesa puede codearse de tú a tú con rivales alemanes de reconocida auge y tradición, y, por descontado, con cualquier otro contendiente de origen francés, italiano, castellano, checo y hasta sueco.
Su nuevo buque insignia replica -y mejora- la prescripción habitual que Mazda viene aplicando en sus últimos lanzamientos: una inteligente combinación de calidad y fiabilidad con el inmovilidad acordado entre racionalidad y emocionalidad.
En el caso de la dispositivo probada (la lectura híbrida enchufable), asimismo logra añadir a la ecuación el siempre difícil compromiso entre eficiencia y rendimiento, pues esta mecánica es la más potente de la serie, con 328 CV, y, a la vez, la más frugal y ahorradora en consumos y emisiones: sólo 1,5 litros y 33 g de CO2 de media a los 100 km con hasta 62 kilómetros de autonomía en modo totalmente eléctrico.
Estos títulos permitieron completar en la prueba efectuada un trayecto de casi 600 km con un único depósito (de solo 50 litros) por todo tipo de entornos y condiciones; incluida una breve e improvisada incursión sobre cocaína, con resultados positivamente sorprendentes con sus anchos neumáticos de verano.
A ello contribuye un sistema de regeneración de energía que permite vencer carga con celeridad si la relieve en ruta es inclinado. En ocaso y con una gobierno adecuada del dispositivo de recuperación de energía (que se puede establecer a voluntad entre el 20 y el 100%), no resulta difícil alcanzar a lo espacioso de un mismo delirio títulos superiores a los 100 km recorridos en modo full EV. Su recarga en un enchufe convencional asimismo es rápida: bastan unas 3 horas.
Sobriedad y seriedad
La fórmula elegida por la firma nipona para dotar de contenido y personalidad a su nuevo cabecilla tecnológico es un reflexivo de la tradición centenaria de la compañía y de la propia civilización japonesa. La realización interior a nivel de materiales y acabados es intachable, evidenciando un esmerado trabajo artesanal que confiere al habitáculo una medio serena y acogedora.
Como es habitual en la marca, la disposición de los mandos y controles en el puesto de conducción contesta a criterios ergonómicos, sin artificios ni experimentos. Esto se traduce en una presentación sobria, convencional y sencillo, quizás no especialmente llamativa ni diferente, pero cuidada, operativa y ejercicio.
El tacto deportivo y la sensación de agilidad y agilidad, factores innatos e inherentes a todos los modelos de la firma de Hiroshima es más secreto que evidente en el CX-60. Por sus considerables dimensiones -4,75 m de largo, 1,90 m de anchura y casi 1,70 de altura- inmediato con su elevado peso (más de dos toneladas), acusa las inercias y la transferencia de masas en cambios de apoyo y frenadas, pero, a pesar de ello, despliega una conducción rápida y enérgica.
La contribución eléctrica en las fases iniciales de rapidez aumenta de forma notoria su contundencia mecánica, mientras que la tracción total maximiza su capacidad de empuje y su estabilidad y agarre en curva.
Motor: 4 cil. de gasolina + eléctrico
Ficha técnica
Cilindrada: 2.488 cc
Potencia máxima 328 CV a 6.000 rpm
Cambio: Instintivo de 8 vel.
Apresuramiento 0/100 km/h: 5,8 segundos
Velocidad máxima: 200 km/h
Consumo medio: 1,5 l/100 km
Espléndido/orgulloso/detención: 475 / 189 / 168 cm
Maletero: 570-1.726 litros
Depósito 50 litros
Peso: 2.070 kg
Neumáticos: 235/50 R20
Precio: 57.665 euros
Respaldo de 6 primaveras o 150.000 km
www.mazda.es
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