¿Sabes eso de que las primeras impresiones siempre son las que importan? Esta creencia tan asentada en la sociedad es tan solo uno de los aspectos de la vida cotidiana en los que actúa el sesgo de amarre. Un proceso psicológico que influye directamente en la forma en la que se perciben las cosas y en cómo se procesan mentalmente. Forma parte de los sesgos cognitivos y, a menudo, puede soportar a que se cometan errores. El desconocimiento y la pobreza de eludirlo al momento, sin un remedio razonable —es opinar, informarse—, son los principales causantes.
Otro de los casos en los que sale a la palestra el sesgo de amarre es en relación a los descuentos. A la hora de apoderarse una televisión, por ejemplo, buena parte de los consumidores no analiza sus características en sí y cómo son en comparación al resto de competidores del sector. Sino que toman como remisión el precio precursor, ya que es sobre lo que tienen conocimiento, para atreverse si es una buena oportunidad o no.
Y ese es uno de los problemas del sesgo de amarre y del que se suelen exprimir los expertos en marketing, como explica un estudio de investigadores chinos realizado por la Universidad de Comercio de Tianjin.
El sesgo de amarre y cómo afecta a la toma de decisiones
El sesgo de amarre recibe este nombre porque se tráfico de una forma de efectuar basada en la toma de una atrevimiento o en la ayuda de una respuesta a partir de un nota concreto, que hace las veces de un áncora. ¿Cuándo se produce esto? En casos en los que no se dispone de suficiente información o en los que directamente existe un desconocimiento al respecto. Y, luego, el principal inconveniente de esto consiste en que se cae en la irracionalidad y en la desliz de dialéctica.
Los psicólogos conductuales Daniel Kahneman y Amos Tversky teorizaron acerca del impresión de amarre y de la problemática que implica oportuno a su persistencia. Descubrieron que algunas personas presentan un patrón. Este consiste en la tendencia a obstinarse a ese primer nota que conocieron o que algún les dijo —poco muy frecuente en política o a la hora de aceptar bulos informativos—, a esa primera impresión que tuvieron de una persona, o incluso en relación a experiencias pasadas.
¿Cómo evitar caer en el sesgo de amarre?
Las personas pasan su día a día con un desbordamiento constante de estímulos, que deben decidir y sobre los que se deben tomar decisiones, a menudo, sin demasiado tiempo de beneficio. Una vez que se es consciente de la existencia del sesgo de amarre, lo principal para evitarlo consiste en apelar al pensamiento razonable y racional ayer de tomar una atrevimiento. Sin confiscación, puede resultar siendo una tarea complicada al tratarse de uno de los sesgos más complicados de eludir.
Algunos consejos consisten en rememorar experiencias anteriores, especialmente cuando se tuvieron que tomar decisiones bajo presión, uno de los momentos en los que actúa con longevo facilidad este sesgo. Además se recomienda detener el proceso previo a decidirse acerca de poco y brindarse un tiempo leve de razonamiento al respecto.
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