El miedo a la oscuridad es uno de los temores más frecuentes en niños pequeños. Aunque no es muy habitual en perros, estos igualmente pueden sufrirlo. Se niegan a avanzar en un pasillo o habitación sin luz, no quieren caminar cuando lo sacas a pasear de tenebrosidad y se queda paralizado o tráfico desesperadamente de retornar a casa…
Los perros pueden tener muchos miedos. La nictofobia es el pavor a la oscuridad o a la tenebrosidad y puede resultar muy desagradable para un can. Esta puede deberse a diversos factores, los cuales determinarán el modo de proceder para aliviar el temor de tu mejor amigo peludo y procurarle así el mejor bienestar.
Causas del miedo a la oscuridad en perros
El miedo a la oscuridad es especialmente recurrente en perros cachorros o ancianos. En el primer caso, se sienten vulnerables porque no han sido familiarizados con la desidia de luz en su periodo de socialización. En el segundo, puede indicar una pérdida de visión, de modo que es necesario asistir al veterinario lo antiguamente posible.
Todavía puede deberse a una experiencia traumática ocurrida en un momento de oscuridad, que hace que tu perro asocie la desidia de luz con poco pesimista. O incluso si tú sientes miedo a la oscuridad, tu perro puede percibirlo, de modo que se lo estarías contagiando inconscientemente.
Cómo ayudar a tu perro a vencer el miedo a la oscuridad
Una vez descartado que se trate de un problema de pérdida de visión, hay que ayudar al can a perder esa sensibilidad y temor a la desidia de luz. Para ello, es imperativo proceder con paciencia. Si le forzamos, podemos empeorar la situación.
El trabajo para vencer el miedo a la oscuridad debe comenzar en casa, un entorno seguro para tu can. Prueba a practicar juegos con túneles –ya sea comprados o aceptablemente colgando mantas oscuras de algunos muebles–, animando al can a que los cruce o se introduzca en ese recoveco mediante premios.
Todavía puedes apagar las luces principales de una estancia e iluminarla con una mancha auxiliar. Insta a tu perro a entrar en la habitación mediante premios, caricias y palabras de humor. Una vez interiormente, pasad un rato jugando con esa luz tenue. Conforme veas que esta ligera oscuridad ya no le supone un problema, ve reduciendo más la luz de esa habitación.
Una vez superado el miedo a la oscuridad interiormente de casa, toca salir a la calle. Empieza dándole paseos al atardecer, cuando la luz natural va disminuyendo pero no es de tenebrosidad todavía. Procura incluir juegos que le entretengan, en oportunidad de limitaros solo a caminar. Asegúrate de alentar a tu mascota con premios y mostrándole afecto.
A medida que veas progresos, retrasa cada vez más ese paseo, hasta que podáis hacerlo de tenebrosidad. En este sentido, deberás seguir animándole mediante el refuerzo positivo. Todavía será de gran ayuda ponerle un collar reflectante, para que él se sienta más seguro y a ti te resulte más casquivana encontrarlo si se escapara y se desorientara.
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