Hogwarts Legacy es un sueño hecho sinceridad para la mayoría de los fans de Harry Potter. La movimiento se traslada al siglo XIX, muchos abriles antaño de lo manido en los libros y las películas del popular mago con una cicatriz en la frente. Tu, tu personaje, recibe(s) una carta de admisión en la escuela de nigromancia y hechicería de Hogwarts, pero poco se sale de la norma: tienes 15 abriles y la profesora Weasley quiere que empieces directamente como un pupilo de botellín curso. Así que recibes unas cuantas clases particulares durante el verano, empaquetas todas tus cosas y te dispones a embarcarte en esta aventura por el mundo mágico.
Estás viviendo un sueño. Durante los primeros compases del coyuntura, tocas todas las teclas que llevas abriles esperando – desde que leíste o viste por primera vez Harry Potter y la piedra filosofal. Asistes a la ceremonia de comprensión del año escolar y te asignan una casa poniéndote un sombrero que palabra encima de la comienzo, recibes clases de Defensa contra las Artes Oscuras, visitas Hogsmeade y te haces con tu primera varita (sin olvidar, claro, que como Harry tu incluso tienes que equivocarte un par de veces causando el caos en la tienda) y terminas enfrentándote a un peligro a todas luces rabiosa para terminar de dejarte claro que eres el preferido.
Parece que el estudio norteamericano Avalanche Software tenía una repertorio de contenido obligatorio para hacer las delicias de los fans y todo está entredos en las primeras cuatro horas de coyuntura. No hay beneficio para el ocultación, todo va de cara y está muy claro: tu personaje es singular, es el preferido, eres el Harry Potter de este multiverso mágico y pasarás, sí o sí, por todos los puntos secreto que definen la historia de origen de un gran mago. Además te tocará adentrarte en el Bosque prohibido y en la sección restringida de la biblioteca.
Luego de cinco horas de coyuntura, aprendes a evaporarse con tu escoba, ya has hecho todo eso que te hacía ilusión existir en primera persona desde que leíste los libros o viste las películas y, quizás, piensas que Hogwarts no tiene mucho más que ofrecer. Pero es en este momento cuando empieza la nigromancia y el coyuntura se abre por completo.
Hogwarts es para todo el mundo
A pesar de lo que pueda opinar J.K. Rowling en su cuenta de Twitter y en declaraciones públicas, Hogwarts – y en singular Hogwarts Legacy – es para todo el mundo. Avalanche Software se ha esforzado en hacer un coyuntura muy accesible en todos los aspectos. Las primeras horas son un tutorial muy derrochador hecho específicamente para atraer y prolongar la atención de esas personas que son fans de Harry Potter, pero que probablemente no han jugado nunca a un videojuego de este tipo.
Mientras deambulaba por la escuela de nigromancia, no podía detener de pensar en mi hermana pequeña. Ahora tiene 21 abriles y su mayor contacto con los videojuegos fue el Nintendogs de la Nintendo DS. Nunca le ha interesado el ocio electrónico, pero lleva meses preguntándome cuándo me mandarían una copia de Hogwarts Legacy. Se ha manido vídeos del coyuntura, conoce la data de dispersión y sabe a la perfección decenas de detalles del título.
Las primeras horas de esta aventura están diseñadas para satisfacer a personas como mi hermana: le dan todo el contenido que calma, todos esos utensilios secreto que captivaron a millones de niños y jóvenes con Harry Potter y la piedra filosofal, pero, por otra parte, le enseñan a divertirse, a moverse y a orientarse por el mundo rajado y a controlar el sistema de combate.
A los jugadores más expertos, esos que llevan centenares de horas acumuladas en sus respectivas consolas y ordenadores, el inicio se les podría hacer paulatino, pero es un tedio que merece la pena. Una vez superada esta escalón original y con el mundo efectivamente rajado delante ti, es cuando Hogwarts Legacy desata todo su potencial.
El ciclo de sueño-vigilia
Luego de unas cuantas horas de sueño, llega la ayuno. Suena el despertador y toca levantarse de la cama. El mundo de Hogwarts Legacy es enorme y abrumador. Cada pasillo de la escuela se ha diseñado con mucho mimo y cariño, es el reino que da cobijo a Dream en The Sandman. Pero, como en la popular serie de Netflix, las ruinas y la decadencia acaban por imponerse a la calma de la reconstrucción. Avalanche Software ha puesto una ingente cantidad de esfuerzo en asentar este reino mágico, pero ha dejado por el camino otros utensilios que deberían ser igual de importantes.
Mientras que el aderezo es excelente, la interacción con los utensilios allí presentes y la simulación dejan proporcionado que desear. Los diálogos son aburridos, están pobremente animados y, aunque la historia es lo proporcionado interesante, logra perder tu atención por lo soporífero de la espectáculo. Lo mismo sucede con las clases o tus compañeros de Hogwarts: son misiones y capital, cosas que están ahí para que tu personaje avance, desbloquee habilidades y mejore, pero distan mucho de ser relaciones que se sientan reales.
Las promesas y ansias de sencillez que propone el coyuntura – y las expectativas que genera – chocan de frente con la sinceridad limitada y controlada de los entornos interactivos. Todo lo que no está previsto no existe en el videojuego y la sencillez convive encorsetada pegado a los límites impuestos por el código de programación. Sucede poco parecido a lo manido en Ghost of Tsushima, donde el aderezo es tan atún que, a veces, hasta llega a hacerte olvidar que todo es una representación.
Priorizar es secreto y memorizar qué contenido eliminar es casi más importante que proponer qué añadir. Crear un gran mundo rajado con todo el detalle que tiene Hogwarts implica necesariamente que otras facetas del coyuntura dispondrán de menos capital para su incremento. Así que, aunque es una caridad no poder divertirse al Quidditch, se entiende que todo es cuestión de prioridades.
¿Presión a 'Hogwarts Legacy'?
Para quien no esté al tanto de la polémica: hace abriles que la autora de Harry Potter se posicionó públicamente en contra de las personas trans y la autodeterminación de apartado, sirviendo de altavoz a discursos de odio y de la extrema derecha. Y, pese a que Avalanche Software ha reiterado en varias ocasiones que J. K. Rowling no se ha implicado en el incremento, a muchos fans de Harry Potter se les plantea un dilema decente a la hora de comprar Hogwarts Legacy. Por un costado, este coyuntura es un sueño hecho sinceridad, mientras que, por otro, cada saldo contribuye a aumentar la fortuna de Rowling gracias a los royalties.
Cuando decía que este coyuntura es para todos, para cualquier persona que quiera divertirse, no solo me refería a la sagacidad y a la experiencia. En Avalanche Software se han esforzado mucho para distanciarse de J. K. Rowling y ofrecer un entorno seguro e inclusivo en Hogwarts. Hay personajes que, aunque no se diga explícitamente, se puede deducir que son trans y el sistema de creación de personaje está pensado para todo el mundo se sienta cómodo y pueda expresarse como quiera. Pese a esto, desde que se anunció el coyuntura, en redes sociales se ha llamado al presión como protesta delante las declaraciones y el posicionamiento de Rowling.
Hogwarts Legacy se debate entre el sueño y la ayuno, entre las promesas y la sinceridad de aquello que es capaz de ofrecer. Es un gran mundo rajado, la obra definitiva del mundo mágico, pero incluso es un tapiz al que se le ven las costuras, como los enormes grabados en tela que recubren las paredes del ala de astronomía de Hogwarts, exacto antaño de conseguir a la clase del profesor Fig.
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