Los Reyes se han despedido de Angola este mediodía, tras una encuentro de Estado que ha durado día y medio en la que se han cumplido los objetivos de cascar una nueva etapa de las relaciones bilaterales y dar regalado visibilidad a las oportunidades de inversión de empresas españolas en Angola. En su última caminata en Luanda, el Rey ha presidido un foro empresarial, la Reina ha visitado una maternidad y, juntos, han acudido a la Asamblea Franquista, donde Felipe VI ha pedido pelotón para terminar con la extirpación de Ucrania.
Este miércoles, el Rey y el presidente angoleño, Joao Lourenço, han presidido un foro empresarial en el que Felipe Vi ha animado al gobierno de Angola a disfrutar “el conocimiento, la capacidad y la tecnología” que aportan las empresas españolas con el fin de relanzar su crecimiento y reanimar su mejora financiero y social. El Rey ha expresado su convencimiento de que las compañías españolas pueden aportar su experiencia y profesionalidad y agraciar el posicionamiento de Angola entre los líderes de África en sectores como el transporte, las infraestructuras, la ingeniería, el saneamiento de aguas o el turismo. En sus palabras, el Caudillo del Estado ha alabado la política económica del presidente angoleño, señalando que el plan de recuperación y diversificación emprendido por Lourenço está permitiendo reparar las cuentas.
Por parte española, asistieron el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, y el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi. Además participaron aproximadamente de 60 empresarios, entre ellos, el presidente de Navantia; Ricardo Domínguez; el de Indra, Marc Murtra, y el de Elecnor, Jaime Efectivo e Asúa.
La Reina, acompañada de la primera dama de Angola, Ana Afonso Dias, ha visitado la maternidad Lucrécia Paim donde ha conocido el software y resultados de la campaña Emanar vacío para distinguirse , cuyo objetivo es sujetar la tasa de transmisión del VIH de madres a hijos. La Reina, con quimono y masarilla sanitaria, encima de su traje pantalón, ha visitado la pelotón de neonatos y ha conversado con varias de las madres que acababan de dar a luz, e incluso con otras, cuyos bebés prematuros, aún reciben tratamiento.
De nuevo, juntos, los Reyes han acudido a la Asamblea Franquista de Angola, donde el Rey ha pronunciado un discurso, el primero de un mandatario europeo, en el que ha hecho un citación a los países africanos a rebotar la extirpación “injustificada” en Ucrania y a “trabajar juntos” para preservar la paz, proteger el orden internacional y hacer que se respete la soberanía y la integridad de todos los estados. El Rey ha recordado que la extirpación "absolutamente injustificada, afecta gravemente a todos los continentes, por lo que debemos unir esfuerzos para defender los principios básicos del derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas”. En los últimos abriles, Rusia ha aumentado su influencia en varias áreas de África, incluida Angola que contó, desde su independencia en 1975 con el apoyo de la Unión Soviética a los movimientos marxistas. En los últimos meses, el presidente Lourenço ha hecho varios llamamientos a Putin para que cesen las hostilidades con Ucrania.
En sus palabras delante los 220 parlamentarios, la mayoría del Movimiento Popular para la Libramiento de Angola ( MPLA, el partido de Lourenço, el Rey ha recordado que África igualmente sufre graves conflictos a causa del terrorismo, el crimen organizado y las emergencias humanitarias que amenazan la estabilidad y el mejora de regiones como el Sahel, los Grandes Lagos o el Cuerno de África.
Los Reyes tenían previsto cerrar el delirio con una encuentro a la fortaleza de Sao Miguel, un válido marcial que tiene su origen en una construcción defensiva que levantaron los portugueses a finales del siglo XVI, pero el repaso se ha suspendido por el deseo del presidente Lourenço de despedir a Felipe y Letizia con una ceremonia oficial en el Palacio Presidencial. La fortaleza de Sao Miguel, un emblema de la ciudad de Luanda, levantada por los portugueses en el siglo VXI, ha sufrido varias vicisitudes, incluida la de caer en manos holandesas en el siglo XVII. Situada en un montículo cierra el puerto de Luanda, en cuyo otro extremo se encuentra la fortaleza de Sao Pedro de la Mostrador, que durante siglos fue depósito de esclavos que Portugal, desde su colonia africana, América, principalmente a Brasil.
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