Cada vez hay más radares pedagógicos en la red viaria doméstico. Los últimos se han instalado en la provincia de Burgos. Así lo ha anunciado el profesión de Transportes, Movilidad y Dietario Urbana (Mitma), que ha colocado este tipo de dispositivos para controlar la velocidad en los extremos de las travesías de la carretera N-234 a su paso por las localidades de Cuevas de San Clemente, Barbadillo del Mercado y Hontoria del Pinar.
Algunos conductores se pueden preguntar si estos aparatos tienen capacidad sancionadora cuando detectan que un transporte circula superando el techo mayor permitido. La respuesta es que no; de ahí que se denominen pedagógicos. La finalidad de estos radares es ayudar a los conductores a moderar la velocidad y mejorar las condiciones de seguridad viario de los peatones en las travesías.
Estos dispositivos, equipados con tecnología LED y alimentados con energía solar, detectan la velocidad de paso de un transporte por un punto concreto e informan al conductor del ritmo al que va mediante un panel digital. Cuando la velocidad es correcta se muestra el valía numeral en color verde con el mensaje de texto “gracias” o un emoticono sonriente. Si la velocidad es excesiva, aparece en rojo y el mensaje de texto “peligro” o un emoticono triste.
Incluso pueden acopiar datos
Según informa el ayer citado profesión, “para completar su función de seguridad, igualmente pueden registrar datos estadísticos de tráfico tales como velocidades medias, máximas o la intensidad de vehículos”. Pero en ningún caso, sirve para multar a los conductores.
Estos radares pedagógicos no deben confundirse con otros de funcionamiento parecido que sí sancionan. Tal es el caso de los 17 cinemómetros de punto que el Comunidad de Barcelona instaló a finales del verano pasado en entornos escolares y en ubicaciones consideradas de aventura a causa de la circulación a velocidades inadecuadas.
Los radares pedagógicos no deben confundirse con otros de punto de funcionamiento parecido que sí sancionan
Tras cuatro meses de funcionamiento en período pedagógica, el 16 de enero de 2023 comenzaron a denunciar a quienes circulan por encima de los límites permitidos: 30 km/h en el caso de los 12 situados cerca de colegios y 50 km/h para los 5 instalados en otras localizaciones.
Los conductores saben que se acercan a un punto de velocidad vigilada -y sancionable- porque existe una señal específica previa que así lo alerta. Un dispositivo radar controla el ritmo al que se desplazan los conductores y esa velocidad se muestra unos metros más delante en un panel de información variable, parecido al de los controles pedagógicos.
Una vez el dispositivo, aplicando el correspondiente beneficio de error, detecta un exceso de velocidad, envía la información al centro de control, donde se verificará que se prostitución de una infracción. En el caso de que sea así, se denunciará al conductor y se iniciará el proceso sancionador.
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