El acusado del robo de vino en Atrio: "Si yo soy el ladrón, dónde tengo las botellas?"

El acentuado del robo de 45 botellas en el restaurante-hotel Atrio de Cáceres, Constantin Dumitru, ha proclamado este miércoles su inocencia en el pleito y se ha preguntado dónde están las botellas “si yo soy el ratero”.

Dumitru se ha acogido a su derecho a la última palabra en el pleito que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Cáceres, que hoy ha quedado conocido para sentencia.

La otra acusada, Priscila Guevara, ha guardado silencio delante el tribunal, que ahora tendrá que emitir un utilitario distinto, ayer de emitir sentencia, sobre la petición de la puesta en espontaneidad “inmediata” formulada por la letrada de la defensa, Sylvia Córdoba, quien ha pedido una sentencia absolutoria.







La abogada de los acusados considera que las pruebas presentadas por la Policía son "actos de fe ciega"

A su pleito, se han vulnerado derechos fundamentales de sus defendidos durante el proceso, desde la detención el pasado verano, mientras que las pruebas presentadas por la Policía son “actos de fe ciega”. 

En su opinión, no aportan “evidencias legales”, y ha pedido la inútil de las pruebas periciales y que se desechen los testigos.

Tanto la fiscal como la aseguradora han mantenido sus peticiones de condena de mazmorra, de 4,5 y 5 abriles, respectivamente, en sus conclusiones definitivas.

La bodega del restaurante Atrio en Cáceres

La bodega del restaurante Atrio en Cáceres 




EFE

La cargo pública ha rebajado la indemnización a 753.454 euros para la aseguradora, lo tasado por la interesada. “¿Dónde están las botellas me demando yo, si yo soy el ratero, quisiera retener dónde están”, ha afirmado Dumitri.

El acentuado ha dicho que no hay pruebas y ha expuesto las "incongruencias" del relato sobre si el robo había sido por encargo o quisieron cambiar las botellas por un coche.

“Me vuela la cabecera al pensar que un hotel de cinco estrellas y dos estrellas Michelin, que tiene una bodega de tanto nivel, con vinos históricos, no tenga cámaras de vigilancia", ha notorio.









Sylvia CórdobaLetrada de la defensa


"No hay que platicar de qué ha pasado ahí adentro o no -agregaba-; un seguro de casa inmediatamente te dice que pongas cámaras aquí y aquí para poder, el día que te roben, devolverte lo que te han robado”.

Su abogada ha tratado de desmontar las pruebas de los peritos que han comparecido hoy, comenzando por los restos de ADN de los dos acusados hallados en el retrete de la habitación 107 de Atrio, que, para Córdoba, no les sitúan en el ocupación.

Sobre la identificación facial, ha recordado que no llegó a hacerse con las imágenes de las cámaras de seguridad por no tener calidad suficiente para “emitir ningún pleito”, como han asegurado hoy las responsables de la Policía científica.

Bodega del Hotel Atrio en Cáceres.

Algunas botellas de la bodega del Hotel Atrio en Cáceres 




Atrio

“No caben 45 botellas en dos bolsas de deportes y con cuatro toallas, ni por espacio ni por la celeridad con las que las porta ese hombre”, ha aguzado la letrada de la defensa respecto a lo que se ve en las imágenes de seguridad.

Asimismo ha cuestionado que el tasador contratado por la aseguradora fuera habituado en vinos, tal como él ha dicho, que valoró los sustraídos en 753.454,45 euros, según el crónica realizado en febrero de 2022 y aportado ahora, sin las facturas de las botellas, compradas con destino a el año 2000 por Atrio.

En este sentido, el abogado de la aseguradora, actor civil en el caso, Rafael Montes, le ha planteado por qué la defensa no hizo su propia tasación y ha defendido que el perito goza de conocimientos técnicos y prácticos tras 25 abriles como tasador.

Sobre el relato de la cargo, ha asegurado que existen dudas de cómo se accedió a la bodega, sin cámaras en su interior, solo en la sala de catas anexa, pues “no existe la disco de cuando entra” la persona que se ve en las imágenes, por lo que “podría sobrevenir estado abierta” la puerta, ha dicho.

La letrada ha recordado que así se la encontró el sumiller al día subsiguiente, por lo que ya no se hablaría de un robo con fuerza sino de un hurto.

Adicionalmente, ha expresado que “casualmente” unos amigos de los dueños ocupaban la habitación 106, cuya contraseña fue utilizada ayer que la maestra para intentar desobstruir la bodega, según el relato del Empleo Divulgado.

Por su parte, la fiscal del caso ha puntualizado que, aunque no existe una “prueba directa”, la prueba indiciaria “acredita que los acusados son autores del delito”, pues se ha demostrado, a su pleito, que los ladrones se alojaron en la 107 y estos eran los acusados.

Así, les atribuye la autoría de un delito de robo con fuerza con dos agravantes relacionadas con el valencia monetario y el valencia histórico de las 45 botellas de caldo.

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