En esta penitencia de competición que para el Barça era la Europa League el Camp Nou se vistió de blanco de forma muy notoria. En casa y de blanco. Un castigo ya antiguamente de comenzar que se concretó más tarde en un rubor de pesadilla sobre el césped. Por mor del calendario el batalla se jugó a punto de afrontar el puente de Semana Santa. Un caramelo para la fuga a sus segundas residencias de los socios del Barça y un bomboncito para el tropel de aficionados del Eintracht que se presentaron en el Camp Nou.
Entretenerse en tu estadio como si fuera una final de Copa, o peor como si fuera una final de Copa de aquellas que el conjunto barcelonista disputaba contra el Athletic y en las que eran siempre mayoría, como por arte de ilusionismo y de Garbo María Villar, los aficionados rojiblancos. Como la que se celebró en el 2015 en el circuito barcelonista, repleto mayoritariamente por seguidores del conjunto vizcaíno. Delante el Eintracht no llegó a tanto pero se le acercó. Increíble pero cierto.
Tribunas blancas
La imagen para el Barcelona como institución fue malísima en las gradas y en el césped. Resultó extrañísima
La imagen para el Barcelona como institución fue malísima en las gradas y en el césped. Resultó extrañísima. Está claro que las trabas informáticas que el club dijo colocar para evitar que las localidades cayeran de forma masiva en manos alemanas no funcionaron. Entre eso y la reventa, que se movió como pez en el agua en las inmediaciones del circuito barcelonista, la consecuencia fue un paisaje muy infrecuente en las tribunas, con querencia rival esparcida por todos los sectores y el firme peligro para la seguridad.
Eso sí el club hizo caja (blanca) pues los precios de las entradas estaban por las nubes. Ingresos a corto plazo pero pérdidas en el deporte contable puesto que la entidad no habrá compensado con la Europa League lo que tenía presupuestado por arribar a cuartos de Champions. Adicionalmente, poca ayuda para los futbolistas, que se sintieron como si aún estuvieran en el batalla de ida. Peor aún, porque realizaron un partido más regular y se vieron goleados. Vaya fiasco en todos los aspectos.
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