Si solo puedes ver una serie en Semana Santa, que sea 'Severance'

Severance es una de esas series que aparecen de vez en cuando y que tienen una delegación muy clara: no dejar indiferente a nadie. Se nota en la dirección de Ben Stiller calculada al milímetro, en el universo de ciencia ficción de inspiración retro que reubica al espectador, en las ideas que deja caer el creador Dan Erickson con un punto de partida descabellado: que las empresas puedan introducirte un chip en el cerebro para diferenciar tu vida personal de tu vida gremial y que estas no se mezclen.

El centro de la serie es Mark (Adam Scott), un hombre que trabaja en Lumon Industries, una empresa biotecnológica, opaca y con un fundador de tintes mesiánicos donde ni tan siquiera los empleados entienden qué están haciendo en la oficina. Mark aceptó que le separaran su yo personal (el fueri) y el yo gremial (el dentri) con la esperanza de olvidar durante unas cuantas horas al día que su mujer estaba muerta. Pero esto le lleva a una situación que no resuelve los problemas.

Adam Scott, de 'Parks and Recreation' a 'Severance (Separación)'.

A Mark (Adam Scott) le iba adecuadamente dividir si 'yo gremial' de su 'yo personal' para olvidar a su difunta mujer unas cuantas horas al día. 

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Cuando está en la oficina, ni tan siquiera es consciente de sobrevenir tenido una mujer o si tiene una hermana. Cuando sale de allí, automáticamente siente el duelo que le aplasta. ¿Y lo peor de todo? Que como sus dos mitades no se pueden comunicar ni conocer falta la una de la otra, está a merced de Lumon Industries. Quizá él no desconfía de la empresa pero una nueva trabajadora indicación Helly (Britt Lower) vive un báratro al no poder dejar el trabajo: le dicen que su lectura extranjero no quiere dimitir.

En la serie de Apple TV+ todavía está la siempre recomendable Patricia Arquette en la piel de una supervisora lunática, manipuladora y dispuesta a todo para satisfacer a unos jefes que ni le muestran la cara; está John Turturro como un trabajador satisfecho con las condiciones laborales hasta que conoce un miembro de otro unidad, que tiene el rostro de Christopher Walken.

De Apple TV+

Juega con diplomacia con el pensamiento mágico de poder separar lo gremial y lo personal, como si se tratara de una independencia y una optimización del tiempo

Nos encontramos un supervisor interpretado por Tramell Tillman que representa a la perfección ese patriarca que va de colega mientras te exprime con una sonrisa o Dichen Lachman como la consejera de bienestar que ofrece unos tratamientos ridículos pensados para seres fraccionados que no deberían cuestionarse esa ingenuidad cerrada y claustrofóbica, siempre en esa oficina de pasillos inacabables y departamentos aislados los unos de los otros.

Severance es una consejo sobre lo que estamos dispuestos a hacer por el capitalismo. ¿Cuántas veces se nos venden cambios como avances cuando en ingenuidad hipotecamos un poquito más nuestra soltura? Juega con diplomacia con el pensamiento mágico de poder separar lo gremial y lo personal, como si se tratara de una independencia y una optimización del tiempo, cuando precisamente Severance nos recuerda que somos todavía lo que trabajamos (no tanto por nuestras acciones en la empresa sino porque nuestras experiencias en el entorno gremial definen quienes somos).

Britt Lower es Helly, una mujer desesperada porque no puede salir de Lumon Industries.

Britt Lower es Helly, una mujer desesperada porque no puede salir de Lumon Industries.

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Pero lo estimulante es ver la capacidad de Erickson y Stiller para darse la mano y entregar un mundo irreal, cercano, calculado que es compatible con mostrarnos la humanidad que se esconde en los trabajadores de Lumon Industries, que se cuestionan lo que hay allí fuera cuando uno de los compañeros se va de un día para otro y sin una explicación convincente por parte de los directivos. A menudo está a punto de dejarse devorar por la estética pero Erickson domina suficientemente el guion para que el thriller psicológico no sea exclusivamente artificio.

Y, cuando se entra en la recta final de la primera temporada, no queda otra opción que tener la respiración frente a la tensión creciente de unos individuos que toman conciencia de su valía más allá de su condición de activo para la empresa. Si solamente tienes tiempo para ver una serie por Semana Santa, que sea Severance.

De infarto

Cuando se entra en la recta final, no queda otra opción que tener la respiración frente a la tensión creciente

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