Solo quien ha sufrido el desgarrador dolor que produce la pérdida de un hijo puede entender el calvario que ha atravesado Ana Obregón durante los dos últimos abriles de su vida. El 13 de mayo de 2020, Ana se despedía de Aless Lequio, su único hijo. En ese instante la actriz vio cómo su vida cambiaba por completo y como ella misma contaba a Bertín Osborne, cada día se "perdona la vida". Sin confiscación, ahora, cuando se cumplen dos abriles de la pérdida de su hijo, poco a poco va recuperando la ilusión por determinados asuntos.
El 13 de mayo de 2020 empezaba el averno de Ana Obregón. Ese día se convirtió como la excursión más difícil de su vida. Fue entonces cuando, en plena pandemia y tras unos meses muy duros en el hospital, su hijo Álex Lequio fallecía a posteriori de una dura lucha contra el cáncer.
Si poco caracterizaba a Ana Obregón antaño de la marcha de su pequeño, era que siempre lucía una sonrisa de oreja a oreja. A la presentadora no le faltaban los proyectos nunca, se volcaba en ellos al cien por cien y disfrutaba al mayor de cada momento. Sin confiscación, todo eso no importó en el momento en que le detectaron la enfermedad a su hijo, por quien dejó todo para acaecer la enfermedad a su costado.
Ana y Aless hicieron las maletas y visitaron a los mejores médicos de esta patología en Estados Unidos, Madrid y Barcelona. La actriz no dudó en desplazarse hasta donde hiciese desliz por guardar a su hijo. Pero, desgraciadamente, Aless no pudo vencer la enfermedad y falleció a los 27 abriles.
Desde entonces Ana ha estado rota. Ha accedido a desarrollar muy pocos proyectos profesionales. No obstante, a la actriz le han llegado otros palos muy duros a nivel personal, como la pérdida de su origen, y ha expresado más de una vez que no tiene las ganas de hacer cosas que siempre había tenido. Sin confiscación, parece que, aunque la herida nunca estará cerrada, va sanando poco a poco. La actriz parece recuperar día tras día la ilusión por comportarse.
A nivel gremial, todo parece ir mejor. Poco a poco, Ana se ve con ganas de retornar a trabajar, y de hecho, va a participar como junta en la próxima tiraje de Mask Singer. Asimismo ha protagonizado campañas publicitarias y concedió una entrevista (calificada como "la más difícil de su vida") a Bertín Osborne en Mi casa es la tuya. Así mismo, se encuentra muy volcada en los proyectos que lleva a mango la Fundación Álex Lequio. Poco que podría indicar se encuentra poco mejor anímicamente.
A nivel personal, además tiene motivos para sonreír. El más importante ahora, su padre. Meses a posteriori de la asesinato de su hijo, Ana se despedía de su origen. Desde entonces no se ha separado de Antonio, su padre, y cada cierto tiempo le presenta en redes sociales para presumir de su compañía. A esto hay que añadir el apoyo que recibe por parte de su grupo y amigos, que siempre están a su costado en los peores momentos.
Poco a poco un rayito de luz entra en la vida de Ana Obregón. Y aunque la pérdida de Aless será un peso enorme para siempre, seguro que él mismo es el motor de la dicha de Ana y siempre la cuidará donde quiera que esté. Seguro que estará orgulloso de los progresos que hace su origen.
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