Kartini Thomas es una actor estadounidense que crea sus piezas en la isla francesa de Oleron. Angelika Kogevina es una ceramista griega afincada en Barcelona y cuya obra acento de todos los azules de su isla, Corfú. La tierra firme y las islas se confunden en Baltimore, origen de Daniel Cavey, artesano del marga que vive en Italia y que se inspira en el mundo marino.
Valérie Gutton, escultora, igualmente vive en una isla, un tanto peculiar, porque no está rodeada de agua, sino de más tierra. Es la Île de France, el mismo motivo donde estos cuatro creadores (y unos cuantos más) han desembocado con sus piezas, sus acentos y su sensibilidad bajo el mantón de la prestigiosa feria Maison & Objet en la sección Crafts dedicada a la adhesión artesanía.
Opuestos y complementarios
La obra barroca y cercana al manga de Studio Kartini contrasta con la sencillez poética y onírica del trabajo de Angelika Kogevina
En su última tirada, la cita parisina, una de las más importantes del mundo en diseño y ornamentación, ha hecho trizas esa lista, a veces fina y a veces gruesa, entre el arte y la manufactura. Las pruebas de ellos son piezas cerámicas extraordinarias, cargadas de osadía y de una sensibilidad que acento de sol, sal, espuma y mar rizada, olas en onda, algas flotantes, conchas abiertas semienterradas en la orilla. Asimismo de monstruos, mitología, biología y civilizaciones antiguas.
Las piezas de Thomas son extraordinarias, un compendio de pericia técnica, de aventura porcelánica emparentada con el manga y un humor desatado y juguetón que no deja indiferente: o gustan o maravillan. Son obras de arte desenfadadas que se burlan de la sacralidad del mirar y no tocar porque en ingenuidad están concebidas para montarse y desmontarse.
De hecho, muchas de sus piezas son de quita y pon. Por ejemplo un volcán, al que se le puede añadir una montón de humo y distintos cráteres en forma de flores tropicales. Dibujos animados petrificados. Igual sucede con su serie de monstruos, primos lejanos de las chimeneas de Gaudí en la Pedrera y de las criaturas hambrientas de Takashi Murakami, y cuyas piezas apilables encajan como las de un tótem indio y no por casualidad, la parentesco de los nativos americanos corre por las venas de la actor.
El trabajo de Kartini Thomas puede estar estos días en el certamen de cerámica de Giroussens, cerca de Toulouse, y del 9 al 12 de junio en la Biennale Révelations que se celebrará en el Grand Palais Éphémère de París.
Como la de Kartini Thomas, la obra de Angelika Kogevina está expuesta en la avenida donde Maison & Objet ha desenrollado la felpudo roja y donde están los nombres de narración. Como las piezas de la actor estadounidense, las de la ceramista griega imantan la examen de los visitantes atraídos por un mezcla poderosa de (resultón) sencillez y un vehemencia que canta a la imperfección en la forma, a la desproporcionalidad pretendida. A la vez son tan finas que parecen hechas de porcelana porque brillan con un fulgor hipnótico.
Las piezas de esta creadora están hechas a mano e incorporan asas (¿tal vez son alas de pájaro? ¿O azar aletas de pez?) que hablan de su alucinación por el mundo: Corfú, Atenas, Gales, Barcelona… Kogevina acento de sus orígenes y coordenadas con un idioma ahíto de matices. Su interpretación de los esquifos (vasijas de cerámica de la antigua Grecia en forma de cuenco o taza popularizadas en el VII adC.), respiran puro siglo XXI.
Los cálices y los jarrones de las Cícladas (más islas en este archipiélago exquisito), siempre piezas únicas, confrontan el mito y la rito a la cotidianeidad y lo hacen con amistad, sin hacer ruido y rehuyendo la ritual de arte, aunque a su forma lo sea.
El trabajo de Kogevina puede estar en el prestigioso museo Benaki de Atenas y desde el 18 de agosto en la túnel Chris Boïcos Fine Arts de la isla de Paxos, donde exhibirá yuxtapuesto a otros ceramistas griegos y igualmente valencianos como Xavier Montsalvatje y Rafaela Pareja, nombres poderosos del panorama ceramista castellano.
Los destellos en el pabellón Crafts de Maison & Objet continúan con las esculturas de albarrada de Valérie Gutton, composiciones que recuerdan a las piezas que los suprematistas presoviéticos colgaban en esquinas en sus primeras muestras hace más de 110 primaveras y que igualmente retrotraen un poco al trabajo de Jean Arp y de Sophie Tauber-Arp.
Gutton crea objetos ensamblando piezas de colores sobrios que previamente ha plegado, cortado y horadado. Para Daniel Cavey, en cambio, el proceso paseo al ritmo del torno inspirado con piezas que beben del mar, las algas y la artesanía de las culturas precolombinas. Sus objetos parecen estar vivos, pues les van creciendo extremidades y partes del cuerpo que invitan al desequilibrio.
Las manos y el horno son el pan y el morapio de todos estos artistas. Asimismo de Irene Reyes, una joyera española que ha presentado sus últimas creaciones en Maison y que igualmente hornea sus piezas únicas. Son diminutas al flanco de las obras ostentosas y un poco kitsch de Françoise Abraham que presenta a sus niños golfistas de más de patrón y medio de cúspide y que están decorados como si de una albarrada llena de grafitos se tratase.
En paralelo a otras disciplinas artísticas que están en remadura y ocupando espacios museísticos, como la fotografía histórica y contemporánea, las artes cerámicas escalan posiciones y están atrayendo la atención de galerías y museos que antiguamente no exhibían este tipo de arte de forma tan periódica.
Esta temporada primavera-verano está siendo propicia para la celebración de la cerámica en todas sus vertientes, desde la más cercana a la artesanía, a la alfarería y el torno, a la más atrevida donde prima la provocación, la exploración de nuevas técnicas y de caminos que la acercan a la escultura, la pintura y las artes urbanas. De todos los colores y para todos los gustos.
La artesanía catalana, en específico la cerámica de autor se ha paseado en barca estas semanas formando parte de la prestigiosa muestra Homo Fáber con una selección de 31 artistas de varias generaciones (Roger Coll, Ruth Cepedano, Madola, Carme Coll, Luesma & Vega, Marcet + Vila d’Abadal…) y de técnicas muy distintas. Es una muestra impulsada por la Generalitat y la asociación de galerías de arte GAC y está comisariada por Mònica Ramon y Rubén Torres. A su paso por Venecia, la muestra volverá a darse a conocer en un formato desigual en la Biennale Révélations de París que se celebrará del 9 al 12 de junio en el Grand Palais Éphèmére. Cita extra nº. 1
La nueva colección de cerámica contemporánea del Museu del Disseny es portentosa (más de mil piezas de 230 artistas distintos) y se suma a la de piezas más antiguas heredadas del antiguo museo en el Palau de Pedralbes. En la muestra Transgressions que arranca el 8 de junio y que está comisariada por Isabel Fernández del Honesto es un paseo por las nuevas técnicas y la visión conceptual de la cerámica que atraviesa los campos del arte, el diseño y la bloque. Entre los destacados, algunos nombres: Joan Serra, Sophie Aguilera Lester, Martín Azúa, Núria Torres, Ojea Studio…Cita extra nº. 2
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