La asociación Salvem Barcelona ha enviado una carta al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el ministro de Civilización, Miquel Iceta, para que promuevan en presencia de la Unesco la candidatura del Eixample de Barcelona a patrimonio de la humanidad. Los solicitantes entienden que, a posteriori de poseer analizado los criterios de selección que utiliza el Comité de Patrimonio Mundial para osar qué propuestas son aceptadas, el Eixample de Cerdà reúne todas las condiciones para que el Estado y la Generalitat avalen esta candidatura que “con seguridad ha de ser apoyada por todos los ciudadanos, a los que hacemos un citación para que la iniciativa tenga el impulso y la fuerza que merece”.
Esta petición es la segunda batalla que lleva a punta la asociación que dirigen el abogado y economista Jacint Soler Padró y el incluso economista Francec Granell, que hace una semanas presentaron una denuncia por la vía penal contra el esquema de la Superilla Eixample del gobierno de Ada Colau por entender que podría haberse cometido un delito urbanístico al pretender implantar este plan de transformación de algunas calles del distrito sin revisar el Plan Genérico Metropolitano.
Los promotores inciden en el carácter peculiar de la obra de Cerdà y en la riqueza artística que atesora
La petición hace remisión al “conjunto urbanístico y arquitectónico que representa el Eixample de Barcelona, evidencia simbólico del carácter de la ciudad”. En la carta enviada a Pere Aragonès y Miquel Iceta, los promotores de esta iniciativa argumentan que el Eixample, de modo parecida al Plan Haussmann de París, constituye “un ejemplo histórico de la planificación urbanística, iniciado en el siglo XIX”. “La configuración morfológica del Eixample, el trazado, la trama cuadricular paralela al mar, la definición de la manzana tipo com los espacios laterales o chaflanes, determinan una visión muy comprensiva del esquema”. “Un planeamiento –añaden– que combina aspectos tan trascendentes como la sanidad, la edificación, el ocio, la movilidad, abriendo el Eixample al espacio metropolitana, y respetando los derechos del ciudadano en el entorno urbano”.
La petición a las administraciones central y autonómica incide en la “originalidad” del plan Cerdà, comparable a otros proyectos arquitectónicos o urbanísticos como los de Le Corbusier o Mies van der Rohe.
Recuerda, asimismo, la existencia en el Eixample de un conjunto arquitectónico único,
con edificios que ya forman parte del patrimonio de la humanidad obligado por la Unesco, como la Sagrada Família o las casas Batlló y Milà, así como de otras joyas del modernismo como las obras de Lluís Domènech Montaner o Josep Puig i Cadafalch, sin olvidar a arquitectos como Sagnier, Jujol, Sert y el arte desplegado en muchos edificios por grandes artesanos y escultores.
“Preservar el representante histórico que hemos recibido de quienes nos han precedido, y que este representante sea obligado mundialmente –como lo es ya Barcelona– es a la vez una obligación y una responsabilidad”, señalan los autores de la propuesta.
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