Cuando hasta el mismísimo Alberto Álvarez, alías Tito, de Élite Taxi, la principal entidad de taxistas del campo de acción metropolitana, admite que en las últimas semanas y en determinadas franjas horarias el tiempo de calma de un taxi supera lo razonablemente aceptable es que poco no está funcionando correctamente. Mientras algunos usuarios se petrifican articulación en stop esperando ver aparecer la ansiada luz verde, los profesionales del volante apuntan a causas ajenas al número de licencias, como por ejemplo una “nefasta movilidad” que ha multiplicado por mucho los tiempos para aparecer a los servicios, asegura Tito.
Hay una verdad incuestionable. Y no es otra que la haber catalana vuelve a estar a reventar de turistas y visitantes, con una ocupación en la mayoría de los hoteles que roza ya el 80%. A ese trajín de huéspedes con ganas de moverse, de mirar y de examinar de aquí para allá, hay que sumar las otras 10.000 personas que desembarcan en tromba en la ciudad cualquier domingo en el que coinciden tres cruceros.
Parada en la plaza de Catalunya, ayer por la tarde
Estos últimos días se simultanearon los grandes buques de pasajeros, con el Gran Premio de Catalunya de Montmeló, el primero de los fines de semana del Primavera Sound y un interminable número de eventos que estimulan la ciudad, su posesiones, sus servicios, pero que colapsan fielmente la flagrante propuesta de taxis del campo de acción metropolitana de Barcelona.
El sector profesional coincide con los responsables del Instituto Metropolitano del Taxi (IMET), el organismo autónomo que depende el Ámbito Metropolitana de Barcelona y que administra y gestiona el taxi, en estabilizar que el servicio “está correctamente dimensionado” y que no se necesitan más vehículos negros y amarillos en las calles. Una portavoz el Imet admite que en momentos muy puntuales “puede incrementarse el tiempo de calma” pero que en líneas generales “la propuesta está correctamente dimensionada a la demanda”.
No opinan lo mismo varios responsables de grandes hoteles de opulencia consultados, que prefieren que no se cite el nombre de sus establecimientos “para evitar conflictos” y que suspenden el servicio de taxi que ofrece la ciudad. “Hace un mes que operamos con dos vehículos del hotel, discretos para no alzar suspicacias, y que trabajan con nuestros clientes”, explica el director de un hotel del Eixample. ¿Era necesario? “Absolutamente. Salir un fin de semana a la calle con el articulación levantando para despabilarse un taxi es disparatado porque no hay; y adicionalmente te arriesgas a que el transporte esté en condiciones pésimas. Aunque lo peor es la inexistencia de vehículos a determinadas horas y días. Ni retentiva los viajes que hicimos a Montmeló para el Gran Premio de Catalunya”.
Los taxistas advierten de que la nueva movilidad alarga mucho los trayectos
No muy remotamente, el responsable de seguridad de otro gran hotel, con solera y tradición, confirma las quejas. “Hemos empezado a tener clientes que llaman desesperados a la recibo, a la salida de restaurantes o discotecas, para pedirnos que les vayamos a congregar con lo que sea porque pueden tolerar una hora esperando”.
Tito Álvarez asume la precariedad del servicio en los picos de demanda, pero insiste en que la alternativa no son más coches, ni más licencias. “Hay un sinfín de remedios alternativos que implican muchos más sectores, no solo al del taxi. Nosostros no somos los únicos responsables del problema”, insiste. Un compañero que acaba de calar a la parada de Franesc Macià asegura que con la nueva movilidad de la ciudad, con sus múltiples obstáculos, cambios de sentido, obras o cortes incomprensibles como el de la Via Laietana, los tiempos de los recorridos se han multiplicado. Y pone ejemplos. “Al mediodía tenemos muchos servicios en el Port Vell, salir o entrar de esa zona sin el trayecto en itinerario recta de antaño, nos obliga a dar muchísimas vueltas antaño de calar al punto de recogida o salir de allí con un cliente. Esas carreras ahora son más largas y más caras para el legatario”.
Tito añade más. Pide en voz incorporación una vieja reivindicación del sector en la mesa de trabajo para la progreso del servicio: incrementar el transporte colectivo y el manifiesto en momentos y fechas puntuales. “¿Cuántos taxis necesitas para pincharse el parada cuando atracan cuatro cruceros? ¿Alguno se cree que con 1.000 taxis más o con más coches de arriendo con conductor se solucionaría esas puntas de demanda? En total, aún tendríamos un tráfico más complicado”.
El sector se queja hace tiempo de la desliz de profesionales a los que poder contratar para que la flota de vehículos pueda estar operativa las 24 horas. “¿Tanto cuesta convocar exámenes mensuales y no semestrales en presencia de la desliz de chóferes?”, se pregunta el propietario de dos licencias.
Que se vacunen de paciencia todos los que este fin de semana busquen un taxi en la ciudad.
Publicar un comentario