Almería, donde la población extranjera supone el 21,8% de los habitantes, la mayoría de ellos procedentes de Marruecos, ha sido y es el ámbito de cultivo del discurso del miedo al inmigrante defendido por Vox. Ya en los comicios de 2018, la formación de las humanidades verdes recogió sus frutos en el este andaluz, cosechando hasta 43.468 votos y obteniendo 2 representantes en el Parlamento por esta provincia. El Ejido se convirtió en su punto válido, colocando al partido en el primer puesto de la fuerza del municipio y en la segunda en puntos como Roquetas de Mar y La Mojonera. En estas latitudes cohabitan hasta 140 nacionalidades diferentes.
No es casualidad que Macarena Olona, que se convirtió en candidata a la presidencia de la Agrupación en esta nueva convocatoria electoral por trastazo de impacto de Vox, y el líder del partido, Santiago Abascal, estén prestando específico atención a la provincia con el fin de prolongar su fila de seguidores de cara al 19-J, cuidando con mimo cada acto que celebran y ajustando su discurso a los problemas, ficticios o no, de la zona. Es aquí donde testan el pulso de sus propuestas. Lo hacen practicable: le dicen al ciudadano lo que quiere escuchar.
En sus intervenciones, delante miles de simpatizantes que los reciben entre vítores y banderas nacionales, establecen una peligrosa relación entre delincuencia e inmigración. Los datos, extraídos de la Fundación Disenso (entidad de creación propia), distan mucho de ajustarse a los que aparecen en el Documentación sobre Criminalidad publicado por el Ocupación del Interior. Los ultranacionalistas señalan, y así consta en el documento ‘Mitos y realidades sobre la inmigración en España’, que detrás del 25% de los delitos cometidos hay un extranjero, y recalcan la idea de que el aberración migratorio juega en contra del bienestar social de los nacidos en España.
Interior niega esta afirmación toda vez que señala que, a tenor de su estudio, no se refleja un problema de seguridad en Almería, donde, de hecho, se han corto los delitos penales en este posterior año, si correctamente han aumentado los delitos contra la osadía e indemnidad sexual un 25%, pasando de los 56 casos registrados en 2021 a los 70 registrados en 2022.
Vox adapta su discurso a las coordenadas en las que ubiquen el atril
Almería es el epicentro de la inmigración ilegal, extranjeros que se dedican a trabajar en el mundo labrantío. Contiguo con Mingrana, la provincia indaliana aporta al mercado interno más del 47% de hortalizas y otro 50% llega a las mesas europeas, lo que supone el 12% del PIB andaluz y el 20% de la riqueza almeriense. En la última campaña, esta industria generó 110.000 puestos de trabajo, el 24% del empleo agrícola andaluz, y es la puerta de entrada de millares de inmigrantes.
Bajo el plástico de los invernaderos, centenares de palabras de idiomas diferentes se entremezclan, desde correctamente temprano, entre tomates, pimientos y berenjenas. Sin requisa, parece que los extranjeros no son del todo correctamente recibidos en la zona y viven agrupados, como pueden, para crear comunidad, guardando cierta distancia con la población franquista. Cierto es que la tasa de inmigrantes en Almería cuadriplica la del resto de la región y triplica la media franquista, según datos del Observatorio Argos del Servicio Andaluz de Empleo. Ocupan puestos de trabajo que la mayoría de los andaluces tienen como posterior expediente conveniente a las malas condiciones laborales ofertadas.
Inmigración y delincuencia: el pilar de la política de los ultranacionalistas
Pero su sola presencia sobre el ámbito está siendo aprovechada por Vox para reanimar uno de los pilares sobre los que pivota su política: inmigración y delincuencia. Según afirman, hay miedo, hay inseguridad en las calles y hay agresiones tras las que no se halla un castellano. No pueden acogerse en estos lares al ‘robo de trabajo’, puesto que Almería la tasa de paro se sitúa en un 18,17%, una tendencia en constante descenso desde 2020. Es más, El Ejido, con una importante bolsa de inmigrantes, es el municipio andaluz de más de 40.000 habitantes con el registro más bajo de desempleo (13,32%). Entonces, recurren al ‘peligro’ que generan los extranjeros.
“Quiero cuidar de nuestros barrios. Quiero que podamos rozar con una seguridad que hemos tenido en España y que hoy no tenemos”, decía Olona en uno de sus mítines en la hacienda almeriense, donde afirmaba que “no todas las culturas ni todas las costumbres son respetables. Sí. Hay culturas y costumbres que es nuestro deber combatir. Y en mi casa, que es España, que es Andalucía, mis reglas”. Los MENA, menores extranjeros no acompañados, están en su punto de mira a causa de un Gobierno, tanto el autonómico con el PP al frente como el franquista dirigido por el PSOE, que provoca, a su inteligencia, un “impacto citación” con sus políticas.
Hay testimonios para todos los gustos. En El Ejido, donde 3 de cada 10 habitantes son inmigrantes (conviven hasta 49 nacionalidades), parece que todos conocen a determinado que una vez sufrió un robo, un ataque o una golpe por parte de algún inmigrante. Aquí, fue el primer puesto donde Vox implantó su bandera en zona franquista. Fue la fuerza más votada en 2018, la segunda en Roquetas de Mar. Sin requisa, en este posterior municipio, la sensación de inseguridad no es tal (como siquiera lo es para el resto de almerienses, que ubican esta preocupación en el puesto 22 del ranking de los problemas con los que lidian a diario, según recoge el barómetro de Centra).
Una citación al voto femíneo
Aún así, el discurso del miedo a las diferencias triunfa, promoviendo el racismo y la racismo. El CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) augura que en esta parte del Sur Vox se hará con el 10,5% de los votos. Este mensaje todavía cala en Huelva, tierra agrícola por excelencia, aunque con último impacto. En la provincia huelveño se haría con el 5,5% del sufragio.
Una parte de las papeletas con la marca verde será depositada en las urnas por manos femeninas, o ese es el objetivo que se ha afectado la dama de hierro de la ultraderecha, Macarena Olona, o más conocida como 'Macarena de Salobreña' (un título que se ha autoimpuesto como triunfo delante aquellos que intentaron invalidar su censo en la pueblo granadina). Según defiende, las mujeres inmigrantes viven bajo el coyunda y el control de los hombres en su día a día, una situación que teme que pueda echarse bajo el sol sureño por lo que ha iniciado otra batalla por la osadía del colectivo femíneo, que no feminista (movimiento con el que está en contra). Por otro banda, el temor de que se produzca un repunte de agresiones sexuales en las calles de las ciudades almerienses todavía es un valencia que está dispuesta a explotar al mayor para movilizar a esta parte del electorado.
Vox, que niega la existencia de la violencia de naturaleza y que se ha mostrado contrario a todas las políticas de naturaleza impulsadas desde Madrid o desde Sevilla, y que correctamente le ha validado para manufacturar ataques en esclavitud contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, tiene como meta movilizar a las mujeres andaluzas para frenar el machismo importado de otros países.
De momento, las encuestas de intención de voto soplan a su auxilio convirtiendo al partido de la ultraderecha en dormitorio secreto para conformar el Gobierno que nazca del domingo 19 de junio. Sería la segunda comunidad, luego de Castilla y Arrojado, donde alcanzaran esta ansiada cuota de poder y, desde donde ya han anunciado, que intentarán convertir en papel mojado el Estatuto de Autonomía, la norma suprema que rige en la región.
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