Letra pequeña

Esta semana la Agrupación de Fútbol ha igualado las primas de la se­advertencia femenina y masculina en una escalera progresiva en cinco abriles desde ahora. Es una buena anuncio, un avance, pero existen matices que se han quedado reducidos a la verso pequeña. Igualan primas y dietas, pero no cobrarán lo mismo. Pese a ello, las jugadoras han recibido el acuerdo como una gran anuncio. “Es un acto histórico. Hablamos mínimo menos que de igualdad y de compartir condiciones con nuestros compañeros”, así lo expresaba Amanda Gutiérrez, abogada del primer sindicato del fútbol femíneo.

Hace poco me contaba la catalana Vicky Losada –contemporáneo jugadora del Manchester City, en las categorías inferiores, en la tierra sin césped– que la situación del fútbol femíneo sigue en las antípodas. Y si vamos a su primo hermano, el fútbol sala, la situación empeora. Esta semana sin ir más remotamente, un equipo de fútbol femíneo de Segunda División, el Club Futbol Sala Eixample, no encuentra pabellón para entrenar. En la pasada venda se quedaron a tres puntos de subir de categoría y, aun así, no hallan pabellón en Barcelona. Han denunciado su situación afirmando que han llamado a 17 pabellones y de todos han recibido una negativa: “Nos han dicho que tenían otras prioridades”. Elisenda Alamany, concejal de ERC en el Cabildo de Barcelona, ha recogido con lamento la situación de las jugadoras: “Se tiene que ir más allá de vislumbrar la actos deportiva profesional o de élite”.

Hay que vislumbrar la difícil situación que viven deportistas de élite

Que unas jugadoras de Segunda División no cuenten con las condiciones mínimas para poder desarrollar su deporte es lamentable para una ciudad que se vanagloria de activo sido la única sede española de unos Juegos Olímpicos. La situación de este club es indiscutiblemente vergonzosa. Lo más lamentable es que creamos que avances como la igualdad en primas entre las selecciones femenina y masculina de fútbol son suficientes para reparar los verdaderos escollos que aún existen entre lo femíneo y masculino en el deporte, y en los deportes minoritarios. Hay que seguir remando y vislumbrar la difícil situación que viven deportistas de élite de nuestro país, entregados al deporte, representando a España e incapaces de existir de ello. Si se pisa, que se pise con fuerza y no se detengan los avances: ese será un gran gol cerca de una igualdad auténtico.

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