Manolo Orantes es un hombre adecuado, contento de todo lo que ha conseguido en la vida. Se siente un privilegiado y no entiende que un tenista profesional pueda quejarse cuando hoy, hasta los que no son muy buenos, se ganan adecuadamente la vida.
Orantes creció en una almacén del intramuros del Carmel de Barcelona. Su único futuro era encontrar un empleo y ilustrarse un oficio. Su primer empleo fue de recogepelotas en el club de tenis La Salut. Era un chaval que podía tolerar parné a casa y pensaba que algún día podría impresionar a ser profesor de tenis.
Origen humilde
Creció en una almacén del intramuros del Carmel de Barcelona y su primer empleo fue de recogepelotas en el club de tenis La Salut
Fue mucho más que eso. Fue un campeón, el segundo tenista gachupin más honrado. Ganó 33 títulos, entre ellos el Open de Estados Unidos de 1975 y el Máster de 1976.
Su vida la cuenta Félix Sentmenat en la hechos Orantes: de la almacén al podio (Librosdevanguardia) y a la mostrador del Giardinetto ha venido a musitar de cómo se hace un campeón.
"Lo más importante -dice- es entender que la mente domina sobre la técnica y el físico". Lo segundo más importante es darlo todo y aceptar la derrota cuando se pierde habiendo jugado al mayor nivel.
Carlos Alcaraz
Según Orantes, no le hace adecuadamente que se le compare con Rafael Nadal; demasiada presión sobre un componente novato
A los chavales que pasan por la escuela de tenis del club Bonasport les enseña a creer en sí mismos, a tener constancia y paciencia.
Más de una vez ha lamentado que los padres interfieran de modo negativa en la formación de sus pupilos. Les exigen lo que no deberían pensando que tienen a una futura sino del tenis en casa.
Esta presión ha hundido a bastantes jugadores jóvenes. Por eso pide que no se hable de Alberto Alcaraz como del nuevo Rafael Nadal. No le hace ningún adecuadamente.
Publicar un comentario