El relato de la decadencia económica de Barcelona, de la ciudad del “no a todo”, de la ampliación del aeropuerto que no despega, de los JJ.OO. de invierno que se derriten al sol y del Hermitage que nunca llega parece haberse instalado en la sociedad, frente al renacer de Madrid, que ha aparecido airosa de la cumbre de la OTAN, que hace de la “facilidad” su bandera y que atrae hacienda gracias a sus ventajas fiscales.
Sin retención, la ingenuidad ofrece un panorama más matizado. Porque si acertadamente es cierto, como dice el profesor del IESE Pedro Nueno, que “se percibe que en Madrid hay buen circunstancia y entusiasmo y quizá en Barcelona poco menos”, no todo está perdido. Madrid parece favor enemigo su propia novelística, pero la hacienda catalana, que ha pasado en poco tiempo de la autocomplacencia a la depresión, aún tiene activos para traicionar.
Son estas algunas de las reflexiones del colectivo de ejecutivos y emprendedores agrupados más o menos de Nueno, el denominado “género de Harvard” que se ha reunido este año en Madrid –y van por la impresión número vigésimo– para analizar, desde la hacienda, la situación económica de Barcelona.
Cumbre en la hacienda
Una treintena de empresarios y ejecutivos se citaron en Madrid el pasado lunes en la nueva sede del IESE para batallar sobre el futuro crematístico de la ciudad de Barcelona. Emerge la idea de crear un ‘hub’ entre las dos metrópolis rivales
Una disyuntiva simbólica, la de citarse en Madrid, porque es aquí donde el IESE estrenó en febrero su nueva sede, en las extrarradio de la hacienda española, un edificio de gran magnitud que marca un punto de inflexión no solo arquitectónico sino culto, para acoger al creciente número de estudiantes en el centro madrileño que ahora ya se equipara con el de Barcelona.
No obstante, en contra de la dinámica negativa y de las percepciones de muchos barceloneses, la hacienda catalana todavía tiene mucho que opinar. “Somos mas resilientes de lo que pensamos. No estamos tan mal”, exclama Gabriel Masfuroll Lacambra, presidente del género de clínicas Mi. “Lo que ocurre es que a veces nos ven mejor desde fuera”, reconoce Ignacio García-Nieto Portabella, consiliario delegado del género financiero Riva&García. Y a continuación pone algún ejemplo concreto de ello. “Se palabra de helicoidal de decadencia, pero la Copa del América es la demostración de que la colaboración público-privada funciona. El festival de música Primavera Sound se sigue celebrando, aunque con muchos esfuerzos, en Barcelona. Tenemos que poner en valencia lo que tenemos”.
Más ejemplos en este sentido vienen de Michael Goldenberg, director caudillo de Value Retail Management Spain. “Los hechos demuestran que se llevan a sitio logros a pesar de la política, como el hecho de que Intel haya predilecto este año a Barcelona para su manufactura de chips o que el hospital Sant Joan de Déu haya puesto en marcha uno de los centros de oncología pediátrica más importantes del mundo”.
¿Un único ‘hub’?
Barcelona debe recuperar su autoestima y averiguar complicidades con su ciudad rival. Si las dos metrópolis pudieran venderse como un único eje o ‘hub’ al foráneo, tal vez esta unión podría beneficiar a ambas desde su complementariedad
Para Fernando Serrate, consiliario independiente, miembro de los consejos asesores de diversas entidades, “hay rankings como el de la EAE que posicionan Barcelona como la cuarta ciudad del mundo para vislumbrar talento. A lo desprendido de estos abriles hemos sufrido la desindustrialización, la huida de sedes empresariales, los problemas de configuración del espacio conocido municipal, los movimientos antisistema. Pero en Barcelona hay un entorno tecnológico, biomédico, que deberíamos convertir en nuestro nuevo relato, más allá del clásico de la burguesía catalana, porque tenemos que competir en la lugar completo”.
Un cierto optimismo desprende todavía Anna Birulés, exministra y presidente de Finaves, que cita el caso de los nómadas digitales: “No hay que olvidar que hay extranjeros que optan por venir a conducirse a Barcelona aunque trabajen en otro sitio”. “Una cosa es que algunas empresas puedan sentirse frustradas delante la Empresa, pero Barcelona es una ciudad preparada delante el cambio constante de la sociedad líquida, con un 22% de su población que es extranjera”, hace notar Josep Lluís Sanfeliu, presidente y cofundador de Asabys Partners. “Puntada dar una envés por el circunstancia que hay en el Poblenou o en el 22@... Madrid se puede permitir no ser tan líquida porque tiene más funcionarios”.
Susana Rodríguez, directora comercial de Savills Aguirre Newman España, indica una signo llamativa: el 40% del espacio de oficinas de Barcelona el año pasado se ha destinado a empresas digitales. Y en el 2021 la hacienda catalana concentró un 70% de la inversión en el mercado de oficinas en contra del restante 30%, que fue a Madrid: normalmente suele ser al revés. No parecen datos de una ciudad sumida en la decadencia.
Garmendia opina que Catalunya está atrapada en la nostalgia, cuando tiene un gran presente
La exministra de Ciencia y presidenta de la Fundación Cotet Cristina Garmendia invita a justificar en lo que dicen los datos y las cifras más allá de las frases hechas. Aunque es cierto que la Comunidad de Madrid en el extremo periodo ha reses cinco puntos en su peso en el PIB de España y hasta ha superado al de Catalunya (un 19,3% frente al 19%), todavía es cierto que la cuota catalana se ha mantenido constante a lo desprendido de los abriles y tan pronto como ha variado de forma sustancial. “Catalunya tiene capacidad de resistor y unos fundamentos incuestionables”, apunta la exministra, que hizo en este sentido un convocatoria a la serenidad.
“La capacidad económica se mide en décadas. Centros de investigación, pymes ágiles y la civilización de la innovación, que es la que ha tenido Catalunya toda la vida, son una serie de cualidades que Madrid no necesitaba tener gracias a su sorpresa capitalidad o sorpresa sede”. Para Garmendia, la sociedad catalana está atrapada en “la nostalgia”, cuando Catalunya debería pensar más en lo que ya es, en las capacidades que tiene instaladas y centrarse en el futuro. Es más: en superficie de competir con Madrid debería intentar aliarse con ella.
Una idea, esta última, seductora y provocadora que suscita algún consenso. “Sería deseable que Barcelona y Madrid se vendieran al foráneo juntas, desde su complementariedad, como si fueran un único hub , un solo eje, en un mundo globalizado”, propone el abogado Ramon Faus. “Madrid y Barcelona deberían ser un mismo equipo, como a veces ha ocurrido con el Teatro Existente y el Liceu, aunque tal vez esto sea increíble”, reconoce García Nieto.
La Copa del América, la manufactura de Intel o el Primavera Sound: la ciudad ya cuenta con activos de valencia
Dicho eso, adicionalmente de averiguar complicidades, Barcelona todavía tiene que poner orden en su casa. Como dice Josep María Romances, presidente de Closa Investments Bankers, “la decadencia no es que sea mala en sí, pero hay que tocar fondo para que la ciudad vuelva a tener un relato que catalice estas ganas de cambio”. José María Montuenga, socio de Ema Partners, sugiere que “frente al populismo y la demagogia, a los empresarios les queda suponer por un mejor gobierno corporativo que haga crecer el talento”. A su vez, Santi Tarín, presidente ejecutante de Master Consulting, recuerda de la "errata crónica de médicos de clan que sufre Barcelona y de la penuria de cumplir con los Objetivos del Ampliación Sostenible (ODS) para impulsar un crecimiento más equitativo y solidario.
En el sector inmobiliario todavía quedan unas cuantas barreras por aventajar. Luis Hernández, presidente y consiliario delegado de Renta Corporación, lamenta que “en el sector residencial muchos inversores ahora prefieren evitar a Barcelona. Otras ciudades como Madrid o Málaga suscitan más interés. Tenemos cada vez más intervencionismo, y ese es el problema que hace huir el hacienda”.
A su vez, Gerard Duelo, presidente del Consejo Común de los Coapis de España, recuerda que “en Madrid no hay tanta escasez del suelo, ni hay un movimiento okupa tan extendido, ni se pretende regular los alquileres ni aplicar recargos de vivienda social sobre la obra nueva. Todo esto hace que haya más oportunidades fuera de la ciudad de Barcelona”.
La sombra del éxito de Málaga planea sobre el clásico dualismo entre las dos metrópolis
Susana Rodríguez, directora comercia de Savills Aguirre Newman España, ofrece un referencia significativo sobre este desequilibrio: solo el 8% de la inversión de arrendamiento en el 2021 se fue a Barcelona.
¿Existe algún maniquí que seguir? Durante el aproximación, más allá del habitual dualismo entre Barcelona y Madrid, ha aparecido varias veces el nombre de Málaga, donde los poderes públicos lideran la transformación de la ciudad. Liling Qi, socia directora de Qimeng Abogados y directora caudillo de Puente China-España, reconoce que la marca Barcelona es difícil de estropear, pero es verdad que “la visión de un político puede transfigurar la ciudad si toma decisiones valientes”.
Al final, como defiende Goldenberg, “podemos quejarnos de los políticos, pero deberíamos hacer un poco como Italia, donde la vida empresarial funciona al beneficio de la incertidumbre de las administraciones”. En este sentido, Jordi Nadal, fundador y director de Plataforma Editorial, cita un poema de Vicente Aleixandre: “Hacer es conducirse más”. Pues haz, Barcelona.
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