Muchos intentan renegar, pero existe un no sé qué en eso de ver una película en televisión que, aunque se haya pasado mil veces, uno se quede clavado en el sofá y la vuelva a ver otra vez. Puede que a uno le pueda la costumbre, quizá la razón sea nostálgica por el título que se emitirá o tal vez la chucha por no levantarse a delimitar el mando nos deje mirando la pantalla; sea lo que sea, cientos de personas pasan por la misma situación cada oscuridad. Por suerte para todos, siempre hay poco que ver para tener lugar el rato.
No hay ausencia como un buen drama para dejarnos pegados al sofá, y si de historias de superación sabe alguno, ese es Rocky Balboa. Un personaje al que dio vida Sylvester Stallone y que ya forma parte de la historia del cine, tanto por su divisa como la de sus pupilos. Neox emite esta oscuridad a partir de las 22:00 Creed II: La divisa de Rocky (2018), que hace las veces de secuela de Creed (2015), pero igualmente da fin a la clan Rocky.
Una película en la que Rocky vivirá precisamente su combate definitivo, en este caso no con él en el ring, sino con su perenne rival: Ivan Drago.
Una historia que en esta ocasión se enfoca en el conflicto más humano, en la historia de padres e hijos tan recurrente en Rocky. Eso sí, sin dejar de costado el honor.
En esta ocasión veremos a Ivan Drago (Dolph Lundgren), el perenne rival de Rocky Balboa, en la presente, siendo como un fracasado a cargo de su hijo Viktor Drago (Florian Munteanu). Tras perder contra Rocky hace más de tres décadas lo perdió todo, y se convirtió en una deshonra para la nación rusa.
Por otro costado, Donnie Creed (Michael B. Jordan), hijo de Apollo Creed, a quien ya vimos en Creed, se debate entre las obligaciones personales y el entrenamiento para su próxima gran pelea, con el desafío de su vida por delante: enfrentarse a Viktor Drago, que está siendo entrenado por Buddy Marcelle, su antiguo rival. A Dios gracias Rocky Balboa está a su costado a lo abundante de todo el camino, y juntos se cuestionan por lo que vale la pena batallar y descubrirán que ausencia es más importante que la grupo.
Entre todos ellos, destaca el personaje de Viktor Drago, un bisoño que vive atormentado por la deshonra y la vergüenza de un padre que no logra exceder el pasado, el renuncia de su causa y que tiene que hacer lo posible por devolver la dignidad a su grupo. Un bisoño con una interior que lucha por salir, pero que no sabe efectivamente si quiere estar allí, con el que muchos empatizarán, sabiendo lo que es comportarse bajo el atadura de un padre o una causa que pone el peso o todas las expectativas sobre ellos. Un trabajo magnífico de Florian Munteanu.
Una secuela que a los fans de la clan les recordará enormemente al planteamiento de Rocky III y no es para menos, pues con esta película se pretende dar final a toda la clan de lucha donde el deporte importa, pero es lo de menos, pues se manejo de resolver todos los conflictos que han ido quedado pendientes a nivel emocional durante los más de 30 abriles que ha durado la divisa de Rocky.
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