La mensaje fue publicada al día futuro por muchos medios de comunicación. Al menos 22 personas habían desaparecido y una mujer había fallecido a posteriori de que una balsa de preservativo naufragase en el Mediterráneo central el pasado 27 de junio. El equipo de Médicos sin Fronteras (MSF), a borde del barco Geo Barents, logró rescatar a 71 supervivientes, pero no pudo hacer falta para confortar a la víctima, una mujer encinta que terminó muriendo. Otras tres personas necesitaron atención médica, entre ellas un bebé de cuatro meses. Lo que no se conocía entonces eran las terribles imágenes del rescate ni que fue un señorita togolés de 17 abriles quien se convirtió en un nuevo héroe en el Mediterráneo.
El rescate comenzó, como tantas otras veces, a posteriori de que la ordenamiento Alarm Phone avisara del peligro que corría la barcaza. Estaba muy remotamente del Geo Barents , a tres horas de navegación. Cuando llegó la nave humanitaria, muchos de los migrantes ya habían caído al agua. “Nuestra peor pesadilla se hizo efectividad. Cuando nos acercamos a la gabarra neumática y pudimos verla con los prismáticos, entendimos lo complicado que sería el rescate”, declaró entonces el coordinador del equipo de búsqueda y rescate, Riccardo Gatti.
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El fotoperiodista Michael Bunel, presente en ese instante, recuerda acertadamente la venida, en declaraciones al portal Infomigrants: “Era verdaderamente catastrófico, porque el barco estaba hundido, pero el miedo era que hubiese concurrencia esparcida en torno a. Empezamos a agenciárselas si había concurrencia a la deriva. Y en un abrir y cerrar de ojos encontramos a tres personas sobre una tabla de madera. Uno de los hombres gritó que había un bebé”.
El relato del señorita togolés, cuyo nombre no se ha divulgado, es más crudo. Según cuenta La Stampa , partieron la indeterminación susodicho, en torno a de las 23 horas. Desde el principio se dieron cuenta de que las cosas no iban acertadamente. El motor hacía ruidos raros, y cuando se hizo de día comenzó a hacer mala mar. El pequeño dormía. Luego, sobre las cuatro de la tarde, empezó a entrar agua en la barca. “Intentamos vaciarla”, dijo, pero no tuvieron éxito. Entonces el pánico precipitó el hundimiento y muchos terminaron en el mar. Entre ellos, este señorita, uno de los pocos que sabían nadar, por lo que comenzó a intentar rescatar a niños. “Salvé a muchos, pero uno ya estaba muerto”, lamentó. Pudo hacerlo con la pupila de cuatro meses, con la camiseta amarilla, y con su matriz, que juntas fueron enviadas a un hospital de Malta en helicóptero. Primero encontró a la matriz, y luego vio a la pupila en el agua, la tomó y la confió a un hombre que estaba cerca y que se la colocó en la espalda. Posteriormente continuó rescatando a la concurrencia. Salvó a decenas de personas. “¡Este señorita es un héroe!”, ha asegurado Bunel en una entrevista. “Cuando la sacamos del agua ya no respiraba. Uno de los socorristas cogió la pupila inmediatamente para hacerle un fricción cardiaco”, ha indicado el fotoperiodista. Terminó acertadamente: “Al extremo de un tiempo, que me pareció infinito, el bebé se puso a lamentar en sus brazos”.
Entre los desaparecidos se encuentran algunos niños, según han contado los que pudieron salvarse. Dos mujeres perdieron a sus hijos en el mar, igual que otra señorita, que no pudo encontrar a su hermano pequeño. Posteriormente de cuatro días de calma, Italia asignó el puerto de Taranto para que pudieran desembarcar. Ayer, tres mujeres y un hombre tuvieron que ser evacuados por las graves quemaduras debidas al combustible.
Este martes se cumplió un año desde que el buque Geo Barents se encuentra realizando operaciones en esta zona del Mediterráneo central, un periodo en el que los equipos han rescatado a 3.138 personas. Entre el 2017 y el 2021, al menos 8.500 personas murieron o desaparecieron y 95.000 fueron devueltas forzosamente a Libia. En lo que va de año ya han fallecido 721 migrantes en estas aguas.
Según los datos del Profesión del Interior italiano, las llegadas al país han aumentado en torno a del 30% respecto al año pasado en las mismas fechas. La ministra del Interior, Luciana Lamorgese, calma que los viajes sigan creciendo conveniente al impacto que el obstrucción de las exportaciones del cereal ucraniano tendrá en el finalidad de África. “Si la crisis continúa y no se logra sacar el forúnculo de los puertos del mar Sable, debemos esperar mayores flujos migratorios”, ha avisado.
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