RECOMENDACIONES EN CASTELLANO
Falta más oportuno para entablar como recitación veraniega que Mentideros de la memoria (Tusquets) del escritor mexicano Gonzalo Celorio, narrador y ensayista. Aquí la dinamismo se da en estos retratos de los escritores más representativos de la humanidades latinoamericana, como Arreola, Borges, Cortázar, Rulfo, Bryce Echenique, Honorable Monterroso o García Márquez. El interés está no sólo en lo que se nos dice sino en la aventura de ponerse en contacto con ellos. Y lo seguimos leyendo con el mismo encanto con el que leemos sus novelas.
Poderoso como siempre o más que nunca Rafael Reig en El río de cenizas (Tusquets), aquí sin la indigencia de ruptura de otros libros suyos y centrado en la agitada vida del narrador, marcada por su simpatía por la ginebra y su fijación erótica, en la que persigue y le persiguen los pechos y los pezones. No tengo mucho más que asegurar, sino guiar la recitación de la que posiblemente es la novelística más atractiva el autor.
Retratos de Arreola, Borges, Cortázar, Rulfo, Bryce Echenique o García Márquez nos reconectan con lo mejor de Latinoamérica
La fascinante imaginación de Gonzalo Suárez en la colección de relatos El cementerio celeste (Humanidades Random House ) nos lleva por otros derroteros. El cervantino profesor Grubb, persona y personaje, es un transformador de la sinceridad, que manipula lo verosímil y lo insólito sin que caiga nunca en la pura invención. Estamos en presencia de el triunfo de la invención.
Una sorpresa muy agradable es la novelística de Xita Rubert Mis días con los Kopp (Logotipo). Interiormente de esta camino de escritura de la extrañeza que parece acompañarnos en la novelística coetáneo, ahora se nos escamotean los detalles para sumirnos en la plenitud de lo no dicho, donde se oculta más que se revela. A través de una variada recinto de personajes, lo fascinante es la ciudadanía con la que se vive lo más retirado a la sinceridad.
Pocas escritoras han causado un viejo impacto en la coetáneo novelística como la argentina Camila Sosa. A Las malas le ha seguido la colección de relatos Soy una tontapor quererte (Tusquets), ambas marcadas por la intensidad de la prosa y las referencias explícitas al sexo. La escritora está siempre presente, dando más fiabilidad a situaciones en realidad insólitas, con frases impactantes. Lógicamente, el tono autobiográfico es el que da fuerza al relato, con todo lo que de morboso tiene la vida de la narradora.
Uno de los rasgos más notables de la escritora mexicana Margo Glantz es cómo sabe mudar su profunda estudios en materia mucho novelística, marcada por la provocación, para llevarnos a situaciones insólitas. Apariciones (Firmamento) es una novelística muy compleja, donde el sexo siempre presente tiene como fondo todo lo que la religión tiene de profano y venerable. Glantz ha llegado más remotamente que nunca en estas visiones de masturbaciones, cuerpos que se desnudan, penetraciones, flagelaciones.
La autora de Sor Juana Inés de la Cruz: ¿Santoral o diario? está profundamente familiarizada con todo lo relacionado con la religión. Y muy especialmente con la mística. Pero todavía está la imagen de esta pupila con las piernas abiertas tan cercana al maniquí de Balthus. Y en el energía en lo amatorio hay no poco de pornográfico. Y todo hay que leerlo interiormente de la simpatía por lo extravagante y lo insólito. Y asimismo, esta auténtica exhibición pornográfica hay que leerla con todo lo que tiene de desenfadado humor. Margo Glantz es aquí más Glantz que nunca.
RECOMENDACIONES EN CATALÁN
La pandemia provocó un pánico normal en el sector del volumen: parecía que el sistema se iba a derrumbar. Fueron meses de solidaridad, esfuerzo sostenido, de inventos varios. La cosa no acabó tan mal y cuando la situación empezó a normalizarse tuvimos varios manguerazos de libros que, en su momento, habían quedado retenidos. Todo el mundo quería explotar la coyuntura y que se hablara de él. En definitiva: hemos pasado dos abriles de estrés, con muchos libros para escoger, nuevos autores y una intensa trompetería que culminó en un Sant Jordi, que si no hubiera sido el único día de sirimiri del año en un país en el que ya nunca llueve, hubiera resultado histórico (aún así funcionó muy correctamente).
Ahora estamos en un momento de cierta flojera, fruto de las tensiones vividas y de la yerro de papel. Siquiera está mal: tendremos un verano para recuperar, releer y entregarse atención a libros sin tantos flashes mediáticos.
Tras el estrés cultural de la pandemia, un momento de laxitud, con reediciones, libros de culto y nuevas vías
Los primeros libros que les quiero guiar son dos reediciones: Contes urbans de Mercè Ibarz (Logotipo) reúne dos volúmenes de cuentos: A la ciutat en obres i Febre de carrer. Representaron el paso del mundo originario de Saidí, que ha sido recuperado y actualizado en el Tríptic de la terra, cerca de una nueva experiencia urbana compleja, de sinceridad y memoria, material y espiritual. Muchos lectores, que cuando se publicaron estos libros, en 2002 y 2005, no estaban, los descubrirán y se reconocerán en ellos.
Eduard Màrquez comparte con Mercè Ibarz el interés por las grandes cuestiones globales que suscitó la erradicación de Bosnia. Aparece en La palmera de blat de Ibarz y en El silenci dels arbres de Eduard Màrquez, que L’Altra incorpora a su catálogo vigésimo abriles posteriormente de la primera estampado. Es una novelística breve, simbólica y humana, sobre el sufrimiento y el papel del arte –la música– en los grandes dramas colectivos. La casa de la creación tiene las puertas abiertas cuando la erradicación ha vuelto a Europa
Dos libros de novedad salen de la pandemia: Sense futur de Joaquim Carbó (Destino) y no tan remotamente como parece, Tardes de diumenge de Vicenç Altaió (Comanegra). Carbó es uno de los seniors de la humanidades catalana, tiene noventa abriles y ve como su mundo personal desaparece. Los descalabros culturales colectivos todavía le afectan, pero intenta no hacerse mala raza. Es el registro final de Carbó como autor para adultos. Vicenç Altaió ha pasado de la hiperactividad como delegado cultural y, recientemente, actor cinematográfico, a una vida más o menos contemplativa. Desde esta posición pasa revista a cuarenta abriles de civilización, desde Tàpies y Brossa al chef Paco Pérez. Con un propósito de resumen equivalente, aunque cáustica, Albert Roig realiza su cómputo en Els posseïts (L’Altra) con los referentes de Blai Bonet, Gabriel Ferrater, J.V. Foix y Joan Vinyoli.
Siquiera está mal: tendremos un verano para recuperar, releer y entregarse atención a libros sin tantos flashes mediáticos
Y ahora, los libros de influencia. El que he docto con más finura es La mesura de l’home de Hèctor Rivadeneyra Moll, heterónimo de Javier Pelado. Lo edita Males Herbes. Se ha definido como un clásico instantáneo y le va como anillo al dedo. Es el mundo coetáneo proyectado en el futuro y es el espacio clásico de la ciencia ficción, como recién estrenado. Ya me han oreja platicar estas últimas semanas de la humanidades sencilla, de problemas humanos. Si les gusta, les recomiendo Matrioxques de Marta Carnicero Hernanz (Quaderns Crema) que conecta la imposibilidad de tener un impulsivo con el drama de concebirlo a la fuerza, y La llista de les coses impossibles de Laura Gonzalvo (Columna) sobre los accidentes que trastocan la vida pequeña, consentida y burguesa.
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