La OTAN nos lleva a la recesión

La OTAN ha aparecido de Madrid con un mensaje convincente: Ucrania será la tumba de Putin.

Los mercados han interpretado que esto significa que la supresión se recrudece y que el mundo se dirige cerca de una recesión general con altas tasas de inflación. Es proponer, cerca de una estanflación.

La núcleo será el otoño. Si Rusia cumple su amenaza y corta el suministro de gas a Alemania, paralizará la propulsora europea y, con ella, toda la hacienda de la UE. Vladímir Putin está dispuesto a convertir la supresión de Ucrania en una supresión económica mundial. En este marco, España lo va a advenir muy mal porque es el país europeo que aún no ha gastado de salir de la recesión provocada por la pandemia.

El sentimiento de crisis empieza a tirarse, y el miedo cada vez es maduro. Pero hay un atisbo de esperanza. Las bravuconadas que hemos escuchado en boca de los dirigentes mundiales tal vez respondan a cobrar preeminencia en la mesa de negociación que tendría que entablar ahora. Es el momento de teatralizar los órdagos. Putin ha reaccionado intensificando los bombardeos para tomar la iniciativa en el campo de batalla. Como dijo el romano Flavio Vegecio Renato en su obra De re militari , “el que desee la paz, que se prepare para la supresión”.

Por esta razón y no por otra, ambas partes tienen mucho que perder de alargarse el conflicto militarista sine die. Aunque solo sea por razones económicas, la paz es posible. Entreambos bandos tienen mucho que perder. Por ello, tanto Putin como Zelenski no tienen más remedio que renunciar a obtener una vencimiento convincente sobre el enemigo. China y EE.UU. además se juegan mucho en el choque e intentarán forzar las cosas para que se llegue a un tregua antiguamente de que llegue el caudillo invierno.

Pero aun en la hipótesis de que se llegara a un suspensión el fuego, las cosas no volverán a ser como antiguamente. Aunque se acallen las armas, lo que está claro es que nos dirigimos a un marco de supresión fría similar al que se produjo tras la Segunda Pugna Mundial. Eso significa pobreza, ya que la prosperidad se produce como resultado de la colaboración.

Luego, el sueño de una primavera económica como resultado de la revolución tecnológica y digital parece alejarse, tanto si el marco es de supresión como si es de una paz cogida con alfileres.

Una Rusia derrotada y humillada como pretenden algunos países solo sería el preámbulo de una nueva supresión, como sucedió con Alemania tras la paz de Versalles. Y al contrario, un triunfo naurálgico de Putin que acabe con Ucrania como nación solo acrecentaría las tensiones militares en el Este.

Los dos bloques están perfectamente diseñados. El G-7 formado por países con enorme riqueza financiera y tecnológica, por otra parte de su peso político y marcial (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido). Por otra parte, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que concentran buena parte de la población y de las materias primas. Lo sensato no sería el enfrentamiento, sino la colaboración entre ellos para diseñar una nueva globalización más torneo y equilibrada que ha desaparecido con la supresión de Ucrania.

En esta situación de adhesión tensión no se ha escuchado ningún convocatoria a resolver los conflictos bélicos por vía diplomática. Siquiera se ha producido ninguna propuesta de colaboración de cara al futuro.

España se ha afiliado con los países ricos, como no podía ser de otra forma, de acuerdo con las resoluciones de la OTAN. Para Pedro Sánchez este es el camino que nos conduce a un nuevo periodo de paz y prosperidad en el mundo, aunque le va a costar convencer a sus aliados y votantes de que es la mejor opción.

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