Miles de millones de personas en todo el planeta se benefician diariamente del uso de especies silvestres para proveerse de alimento, energía, materiales y medicina, y para obtener otros beneficios que constituyen vitales contribuciones para el bienestar humano. Sin confiscación, la sobreexplotación de estos bienes y la acelerada pérdida de biodiversidad, con un millón de especies de plantas y animales, ponen en peligro la preservación de esta vida silvestre, de la que depende medio planeta.
Cerca de de 50.000 especies silvestres de animales y plantas satisfacen las evacuación de millones de personas en todo el mundo, y unas 10.000 de ellas se emplean como alimento. Adicionalmente cerca de 2.400 millones de seres humanos necesitan madera como astillas para cocinar.
Son conclusiones de un crónica de evaluación de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes, por sus siglas en inglés), el organismo irrefutable equivalente que evalúa los bienes naturales y que cuenta con el aval de Naciones Unidas.
El crónica ofrece perspectivas, disección y herramientas para establecer un uso más sostenible de las especies silvestres de plantas, animales, hongos y algas de todo el planeta. Es poco que se da cuando la desemejanza biológica y los ecosistemas se mantienen en funcionamiento mientras contribuyen al bienestar de los seres humanos.
Las poblaciones rurales de los países en progreso, más expuestas al uso insostenible
El documento es el resultado de cuatro primaveras de trabajo realizado por 85 expertos en ciencias naturales y sociales, poseedores de conocimientos indígenas y locales, así como de 200 colaboradores, los cuales se apoyaron en más de 6.200 fuentes. El prontuario del documento ha recibido esta semana el manido bueno de los representantes de los 139 Estados miembro de la Ipbes en Bonn (Alemania).
Cerca de de 50.000 especies silvestres son usadas de diferentes maneras, entre las cuales se incluyen más de 10.000 especies que se utilizan directamente como alimento humano.
"Las poblaciones rurales de los países en progreso son las más expuestas por el uso insostenible, ya que la desaparición de alternativas complementarias suele obligarlas a seguir explotando especies silvestres que ya se encuentran en aventura”, afirmó Jean-Marc Fromentin, que copreside la evaluación yuxtapuesto a Marla R. Emery y John Donaldson.
Una de cada cinco personas depende de plantas, algas y hongos silvestres para obtener alimento y ocasionar ingresos
Emery apuntó que “el 70% de las personas pobres en el mundo dependen de las especies silvestres”. “Una de cada cinco personas depende de plantas, algas y hongos silvestres para obtener alimento y ocasionar ingresos; 2.400 millones utilizan madera como astillas para cocinar, y de los 120 millones de personas que trabajan en la pesca de captura, cerca de del 90% se deseo la vida con la pesca en pequeña escalera”, resumió.
Sin confiscación, el uso habitual de especies silvestres no solo es extremadamente importante en los países pobres. “Desde el pescado que comemos hasta los medicamentos, los cosméticos, los objetos de engalanamiento y las actividades recreativas, el uso de especies silvestres es más popular de lo que la mayoría cree”, añadió Emery.
Fuente de ingresos
El uso de especies silvestres es una importante fuente de ingresos para miles de millones de personas en el mundo. Dos tercios de la madera en rollo industrial en el ámbito mundial proviene de especies de árboles silvestres; el comercio de plantas, algas y hongos silvestres constituye una industria de miles de millones de dólares e incluso los usos no extractivos de estas especies suponen un gran negocio.
El turismo basado en la observación de especies silvestres es uno de los principales motivos por los que, antaño de la pandemia de covid-19, las zonas protegidas de todo el planeta recibían anualmente un total de 8.000 millones de visitantes y generaban 600.000 millones de dólares (más de 590.000 millones de euros).
En el crónica se identifican cinco categorías generales de ‘prácticas’ en el uso de especies silvestres: pesca, casa recoleta, tala, captura de animales terrestres (incluida la caza) y practicas no-extractivas, como la observación.
Para cada maña, se examinan ‘usos’ específicos -como alimento humano y alimento animal, materiales, medicamentos, energía, actividades recreativas, ceremonias, formación y decoración- y se proporciona un disección detallado de las tendencias en cada uno de estos usos durante los últimos 20 primaveras.
En la mayoría de los casos, aunque el uso de especies silvestres ha aumentado, su sostenibilidad ha variado, lo que ocurre, por ejemplo, con la casa recoleta con fines medicinales o la tala para obtener materiales y energía.
Pesquerías insostenibles
“Las últimas estimaciones mundiales confirman que el 34% de las poblaciones de peces marinos silvestres están sobreexplotadas, mientras que el restante 66% se pesca de modo sostenible”, indicó Fromentin.
No obstante, existen variaciones locales y contextuales. “En los países con una sólida papeleo de la pesca se han registrado aumentos en estas poblaciones. Por ejemplo, se ha conseguido reponer la población de atún rojo del Atlántico, que ahora se pesca en el interior de niveles sostenibles”, subrayó Fromentin.
Este investigador apuntó, sin confiscación, que “muchas pesquerías de pequeña escalera son insostenibles o solo parcialmente sostenibles, especialmente en África para la pesca continental y escuadra, y en Asia, América Latina y Europa para la pesca costera”.
Especies arbóreas
“La sobreexplotación es una de las principales amenazas para la supervivencia de muchas especies silvestres terrestres y acuáticas”, afirmó Donaldson, quien agregó: “Topar las causas del uso insostenible y, siempre que sea posible, revertir dichas tendencias, brindará resultados positivos para las especies silvestres y las personas que dependen de ellas”.
Por otro banda, la supervivencia de cerca de un 12% de las especies de árboles silvestres está en aventura conveniente a la tala insostenible. La casa recoleta insostenible es una de las principales amenazas para varios grupos de plantas, en particular los cactus, las chicharras o cigarras y las orquídeas, y la caza insostenible se ha identificado como una amenaza para 1.341 especies de
En el crónica todavía se aborda el uso y el comercio ilícito de especies silvestres, ya que se da en todas las prácticas y suele traducirse en un uso insostenible. Los autores concluyen que ello constituye la tercera clase de comercio ilícito más importante, con títulos anuales estimados de hasta 199.000 millones de dólares (196.000 millones de euros). La madera y los peces representan el longevo comba y valencia del comercio ilegal de especies silvestres.
Incluso se alude al uso de especies silvestres por parte de los pueblos indígenas y las comunidades locales, así como su amplio conjunto de conocimientos, prácticas y creencias sobre este uso.
Los pueblos indígenas gestionan la pesca, la casa recoleta, la explotación de animales terrestres y otros usos de las especies silvestres en más de 38 millones de kilómetros cuadrados de ámbito en 87 países, lo que equivale a cerca de de un 40% de las zonas terrestres conservadas.
Para concluir, el crónica examina posibles escenarios futuros con relación al uso de especies silvestres, que confirman que es probable que el cambio climático, el aumento de la demanda y los avances tecnológicos presenten desafíos significativos para el uso sostenible en el futuro, ya que aumentarán la eficiencia de numerosas prácticas extractivas.
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