El sector turístico gachupin retraso recuperar los niveles de ocupación previos a la pandemia de la covid este año. Exceltur, la asociación que agrupa a las grandes empresas turísticas españolas, confía en cerrar el año con unos ingresos de 151.000 millones de euros, lo que supondría alcanzar el 98% del PIB del sector registrado en el 2019, cuando se marcó un mayor histórico. Vuelve el turismo, pero lo hace en el verano con los embalses más vacíos en lo que va de siglo, al encontrarse solo al 45,3% de su capacidad.
Según datos de la Estructura Mundial del Turismo, mientras un ciudadano europeo en su hogar habitual consume entre 50 y 200 litros de agua al día (poco más de 100 litros en el caso de los catalanes), un turista puede consumir más de 400 litros de agua al día. Adicionalmente, José Carlos Diez, director del Foro de la Capital del Agua, recuerda que “la viejo parte de los turistas se concentra en zonas costeras, que son las que más estrés hídrico padecen, y puntual en julio y agosto, que son los meses más secos del año”.
Cifras
400 litros de agua consume un turista de media al día, mientras que un europeo en su casa gasta entre 50 y 200 litros
Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (Aeas), tranquiliza afirmando que “el aprovisionamiento para consumo humano está resguardado”, pero advierte del gran endeudamiento existente en inversiones en infraestructuras urbanas de aprovisionamiento. “Solo se acaba ejecutando el 25% de los planes de inversión hidrológicos, lo que provoca que las infraestructuras estén cada vez más obsoletas, en detrimento de la calidad del agua y del rendimiento de las redes, porque se producen más pérdidas de agua”, afirma Morcillo. “Llevamos desde el 2010 sin cambiar en infraestructuras del agua, y esto es un problema en tiempos de sequía”, añade Diez.
Según cálculos de Aeas, el agua urbana necesita una inversión anual de 2.500 millones de euros adicionales, hasta los 4.900 millones, para poder certificar la calidad, la sostenibilidad de los servicios y afrontar desafíos futuros como el cambio climático o los más exigentes requerimientos regulatorios en materia de calidad del agua, potabilización, depuración y reutilización. Cubrir el endeudamiento de inversiones en el ciclo urbano del agua se estima que generaría el equivalente a más de 43.000 empleos anuales a tiempo completo en España y supondría una reducción de las pérdidas de agua en la red de distribución de entre un 14% y un 22%.
Factores
Los bajos precios que se pagan por el agua en España no incentivan a cambiar en eficiencia
El Foro de la Capital del Agua destaca incluso la importancia de la toma de medidas para optimizar la administración hídrica, con exclusivo acento en la digitalización. Diez insta, por ejemplo, a la instalación de sensores en los acuíferos para evitar su sobreexplotación. Toni Sánchez Zaplana, director de innovación de Hidraqua (agrupación Agbar), afirma que sí es está avanzando en este campo. “Desde nuestros hub Dinapsis para la transformación digital, situados principalmente en ciudades turísticas, hemos desarrollado algoritmos de inteligencia fabricado que nos permiten obtener una predicción de los consumos del agua a primaveras horizonte. Los resultados son aplicados a nuestros sistemas expertos de planificación de nuevas infraestructuras, con lo que podemos conocer los fortuna necesarios para minimizar el impacto del incremento de población en las zonas turísticas en épocas estivales y, por otro banda, adaptarnos al cambio climático”.
Diez apunta a una última problemática: “El bajo precio que el consumidor paga por el agua en España en comparación con otros países”. En su opinión, unos precios más elevados serían un incentivo para cambiar en eficiencia.
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