Me compré un coche híbrido enchufable hace un año, dispuesto a dosificar en gasolina y en CO2. Vivo en Barcelona, donde muchos de los puntos de carga están en aparcamientos de BSM, de modo que pagas por cargar (eso, si hay cobertura) y pagas por retrasar. Y no hay muchos.
En el postrero año, que recuerde ahora, he estado en Andorra, l’Hospitalet y Castelldefels, y cuando logré encontrar un punto para recargar el coche había que bajarse una aplicación, registrar una polímero de crédito, solicitar la carga… ¿No sería más dócil que, como en las gasolineras, pagaras con la polímero por la carga suministrada? Mientras sea una app y no un servicio, será un fracaso.
Además he intentado que en el parking donde tengo una plaza alquilada instalen un enchufe y un contador y abonar así el consumo. Solo la instalación cuesta 2.000 euros. Las ayudas públicas previstas se acabaron. He buscado otros aparcamientos donde me lo puedan favorecer, y he topado con la muro. En todo esto podrían colaborar ayuntamientos o áreas metropolitanas: menos discursos y más pragmatismo. La gasolina sigue subiendo.
Ignacio Orovio
Barcelona
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