La inflación se dispara al 10,8% en julio, su nivel más alto desde 1984

La inflación vuelve a dispararse. Ya hay que remontarse casi cuarenta primaveras para dar con niveles similares a los actuales. La energía, la comida, la presión de la demanda de las familias y la reverso de los turistas, con una subida generalizada de precios turísticos, inflan el monstruo.

En julio crece seis décimas y llega al 10,8% interanual, según el nota precoz este viernes por el INE. Allá de dar un respiro, marca su nivel más suspensión desde septiembre de 1984. Detrás de la subida, el jaloneo de los precios de los alimentos y de la electricidad, que hace un año bajó, según destaca el instituto estadístico. Incluso impactan el vestido y el calzado, que no bajan tanto como en julio del 2021. El leve respiro viene desde los carburantes, que bajan.

Incluso sube seis décimas la inflación subyacente, aquella que no tiene en cuenta la transformación de los productos frescos y la electricidad. Se sitúa en el 6,1%, un mayor desde enero de 1993 "Es un mal nota. Es la principal tarea que tiene por delante el Gobierno de España", dijo el presidente Pedro Sánchez en una intervención este viernes. 

"La tendencia es que suba más, ahora en verano la concurrencia está gastando, es el primero en condiciones tras la pandemia. Y están subiendo los precios turísticos: los hoteles han subido muchísimo, los vuelos incluso. Veremos cuando se refleje más delante. En septiembre, con una posible escasez de energía, puede conservarse incluso al 14%-15%", expone Juan Carlos Higueras, analista crematístico y profesor de EAE Business School.

A eso se suma que "las medidas del Gobierno no están funcionando". "No son medidas para batallar contra la inflación. Los 20 céntimos de los carburantes son solo un alivio, el tope del gas si hay que compensar no se nota en la elaboración significativamente, dar un cheque de 200 no ayuda con la inflación...", repasa.

Un surtidor en una gasolinera de Barcelona

Los carburantes han bajado en comparación a la subida de julio del 2021

Xavier Cervera

"La inflación es un engendro mundial y una de las principales consecuencias de las tensiones geopolíticas que están produciendo un incremento continuado de los precios de la energía, especialmente del gas, y incluso de los alimentos", apuntan desde el Empleo de Finanzas.

Desde febrero del año pasado, cuando estaba en el 0%, la inflación ha iniciado una ascenso imparable que la ha llevado a las dos cifras. De entrada las subidas se limitaban a la electricidad y los carburantes, pero el longevo coste energético se ha ido extendiendo al resto de productos, contagiando a toda la cesta de la transacción. Por delante, más curvas. "La inflación pone en peligro el nota de crecimiento del 2022. Estamos viendo cómo los costes operativos se están trasladando a los productos y eso siembra dudas sobre cómo todo ese conjunto de medidas, sobre todo de política monetaria, es capaz de controlar el crecimiento de los precios y no entrar en recesión. Al igual que ha ocurrido en EE.UU., que ha entrado en recesión técnica, incluso veremos poco similar aquí", asegura Javier Molina, portavoz de la plataforma eToro.

Al repostar, al desplazarse, en las facturas... La inflación incluso se nota al ir al supermercado, donde se han conocido desde subidas de precios a la redunflación, suministrar el precio a cambio de menos producto. Según un cálculo de la OCU, los españoles están pagando en su cesta unos 830 euros extra por la subida de precios. "Hay un problema de expectativas que se retroalimenta. Los que generan la ofrecimiento suben precios, se anticipan. No tiene deducción que el grasa se triplique. Cada vez suben más los precios. Con la excusa del IPC todos están subiendo precios. Esos céntimos que sube el café parece que no se notan, pero en porcentaje es una subida musculoso", comenta Higueras.

Comparativa

Los hogares gastan 800 euros más al hacer la transacción

Tras amenazar con irse al 10% en marzo (con el 9,8%) morapio una caída al 8,3% en abril, para luego retornar a incrementarse hasta el 10,2% de junio, la más suscripción desde abril de 1985, hace casi 40 primaveras. Con desgracia tras desgracia sobre el faltriquera del consumidor, desde el Ejecutante se intentó impedir las subidas con la deducción y suspensión de impuestos en la elaboración eléctrica -el IVA pasó del 21% al 10%, se suspendió el impuesto a la reproducción, el de electricidad se rebajó al imperceptible del 0,5%- y con una subvención de 20 céntimos al repostar. Más tarde siguió el tope al gas en el mercado mayorista eléctrico, al ver que los precios seguían disparados. 

Para enterarse lo que más ha subido habrá que esperar al nota definitivo, el 12 de agosto. Mes sobre mes, comparando lo que valían las cosas en junio con los precios de julio, el IPC pérdida dos décimas, tras la musculoso subida del 1,9% del mes antecedente.

La inflación en la eurozona se pone en récords

Los precios siquiera dan respiro en la eurozona. La media en los países de la moneda única se situó en el 8,9% en julio, según el nota precoz por Eurostat hoy.  Los alimentos, tabaco y bebida suben un 9,8%, nueve décimas más, los alimentos frescos el 9,4% (+1,2 puntos) y la energía trepa el 39,7%, por debajo del 42% previo. 
​Por países, Estonia tiene la longevo tasa, con el 22,7%, seguida del 21% de Letonia y el 20,8% de Lituania. España entra en un segundo clan, con cifras superiores al 10%. En él quedan Eslovaquia (12,8%), Eslovenia (11,7%), Holanda (11,6%), Grecia (11,5%), Chipre (10,6%) o Bélgica (10,4%).

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