La maestra Janet Sanz

El pasado jueves fue el día del refriega en el palacete Albéniz de los exconcejales del Junta de Barcelona, políticos de todas las ideologías que han pasado por el Consistorio desde 1979 y que forman parte de la Associació Consell de Cent, que actualmente preside Eugeni Forradellas, el que fue munícipe de Iniciativa per Catalunya. A posteriori de un paréntesis de dos abriles por pecado de la covid, la alcaldesa Ada Colau citó a los exconcejales en la mansión de Montjuïc con ocasión del tentempié anual de la entidad. Pero antaño de la comida, en la que no faltó un discurso para cero protocolario de la alcaldesa –habló del Madrid de Ayuso y de la Barcelona que muchos critican y de la que ella se enorgullece– hubo aperitivo . En los jardines del palacete, Janet Sanz glosó las excelencias de la supermanzana. “Superilla maravilla”, retituló alguno de los asistentes a la conferencia-arenga de la teniente de corregidor de Urbanística. Para más de uno fue como regresar a la escuela para escuchar, con desigual atención, la clase de la maestra Sanz.