La temida palabra

Los bancos centrales tienen el poder de crear capital, pero cuando temen que la inflación se desborde aumentan los tipos de interés.

El capital del BCE o de la Reserva Federal de EE.UU. tiene garantías ilimitadas. Ayer del año 1971, el dólar podía cambiarse por oro, y de ahí surgió la letrero de Fort Knox y las películas que basaban la trama en un asalto para robar las reservas del país más poderoso del mundo. Hasta que el entonces presidente Nixon declaró que Fort Knox había sofocado las reservas de oro. A partir de entonces todo el mundo acepta los dólares de papel. Y incluso los dólares digitales, siempre que un parcialidad de primera fila los garantice.

El director Paul Volcker luchó como nadie para que la inflación no hiciera perder valencia al preciado dólar de papel. Tenía en su mano todas las herramientas necesarias. Si asomaba el peligro de inflación (un aumento no deseado de los precios de posesiones y servicios), aumentaba los tipos de interés y las aguas volvían a su cauce. Un día, mientras paseaba ,se le acercaron unos periodistas y le preguntaron: “¿Señor director, ¿debemos tener miedo a la próxima inflación? ¿Estamos entrando en una recesión, o dos trimestres seguidos con el PIB agorero?”. Y él contestó: “Uno no sabe cuándo va a producirse una recesión y a veces mientras va caminando descubre que ya se ha producido”.

Los inversores huyen de las bolsas por miedo a una recesión inminente

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La cuestión es tan compleja que cientos de miles de cibernautas buscan en Google la palabra “recesión”. Existen algoritmos para dar un valencia matemático al número de veces que aparece en la pantalla del ordenador la temida palabra. Algunos preguntan cuándo se producirá. Otros cuánto puede alargarse. Todo expedición en torno a cuándo tendremos dos o más trimestres con caídas del PIB. Tenemos miedo a ella porque va acompañada de paro, caída de la demanda de posesiones y servicios y lo peor es tener que descender la inflación con una recesión. Es el término desafortunado de “estanflación”. En España hemos llegado al 10,8% de inflación y las causas son conocidas.

Con la inflación pierden valencia los ahorros y en bolsa las acciones valen menos, porque el valencia de una obra depende de los beneficios futuros. Y incluso pierden los bonos soberanos. La prima de aventura de la deuda de Italia (la diferencia con el Bund de Alemania) aumentó rápidamente. Pero la presidenta Lagarde ya había despabilado que el BCE evitaría que se fragmentaran los mercados. Y la primera diámetro de defensa que tenía eran los fondos del Plan de Emergencia contra la pandemia que ya terminó en junio, pero sus fondos se utilizaron para comprar deuda soberana de Italia y de Grecia.

Si la zona euro tiene una tasa media de inflación del 8%, cuando su objetivo a medio plazo es del 2%, lo apropiado es insistir el precio del capital. Pero las hipotecas a tipo variable serán más caras.

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