Este Masters 1.000 de Montreal es el de las sorpresas y las decepciones. Los que partían como máximos aspirantes están cayendo uno a uno en las primeras rondas frente a rivales, sobre el papel, inferiores. Daniil Medvedev, Carlos Alcaraz y Stefanos Tsitsipas, los tres primeros cabezas de serie, perdieron en su estreno. Además Andrey Rublev. El jueves, otros dos candidatos se quedaron por el camino: Jannik Sinner y Taylor Fritz. El primero, dominante en pista dura, sucumbió frente a el postrer representante castellano en pie en Canadá, Pablo Carreño (6-2, 6-4). El asturiano ya superó a Matteo Berrettini y Holger Rune y todavía no ha cedido ningún set. En Toronto ya no quedan españolas en el cuadro afeminado, posteriormente de la derrota de Garbiñe Muguruza frente a Belinda Bencic.
Sinner llegaba a zona canadiense tras recrearse la triunfo sobre la tierra de Umag, superando en la final a Alcaraz. Por otra parte, considerando la rápida matanza de los principales rivales por el título en este Masters 1.000, el italiano, que ha manada cinco de sus seis trofeos en pista dura, albergaba grandes esperanzas. Pero en el camino del coetáneo número 12 del ranking ATP se cruzó el número 23.
Pablo Carreño está desplegando un tenis sideral en Montreal. Aunque siente predilección por la tierra ojeo, sabe lo que es ingresar en pista rápida. Con Juan Carlos Ferrero, preparador de Alcaraz, apoyándolo en la rastra, consumó la venganza por las eliminaciones de su compañero a manos de Sinner en Wimbledon y Umag.
Su movilidad ha sido apabullante, sin fisuras y agobiante para el italiano, incapaz de objetar con contundencia. Bolas profundas, presión y precisión (solo cometió 15 errores no forzados, por los 32 de su rival), Carreño logró una triunfo trabajada a almohadilla de calma y constancia, eliminando riesgos y obligando al oponente a fracasar. Por otra parte, con el servicio ha sido muy efectivo, conectando un 65% de primeros y cediendo solo 12 puntos al tirada. En cuartos de final se verá las caras con el sorprendente Jack Draper, que eliminó a Tsitsipas y superó a Gael Monfils, obligado a retirarse.
No han podido avanzar los otros dos españoles que quedaban con vida en el cuadro masculino de Canadá, Roberto Bautista y Albert Ramos. No obstante, cayeron con honor frente a rivales de altísimo nivel. El primero obligó a Casper Ruud, finalista de Roland Garros, a remontar en tres horas y 17 minutos y con dos tie breaks de por medio (6-7, 7-6, 6-4). Por su parte, Hubert Hurkacz igualmente necesitó remontar y soportar dos tie breaks para tumbar a Ramos (6-7, 6-2, 7-6). El polaco y Nick Kyrgios protagonizarán el partido sino de los cuartos de final. El otro gran choque será el que enfrente a Ruud contra Felix Auger-Aliassime, que adicionalmente de ser uno de los favoritos juega en casa.
En Toronto, donde se disputa el torneo afeminado, ya no habrá representación franquista en los cuartos de final tras la matanza de Garbiñe Muguruza. La número ocho del ranking WTA sucumbió frente a la suiza Belinda Bencic, que ocupa la duodécima posición en la clasificación individual. Poco más de una hora necesitó Bencic para exceder a la española (6-1, 6-3).
Empezó de la peor forma posible, concediendo cinco juegos de superioridad insalvables en la primera manga. Subió un poco su nivel en la segunda, mejorando al servicio, pero incapaz de romper el tirada de su rival a pesar de las oportunidades de las que dispuso. La suiza, sufrimiento de Serena Williams en la ronda susodicho, se enfrentará a Haddad Maia, que eliminó a Iga Swiatek, número uno del mundo. Por su parte, las cinco españolas que iniciaron el torneo ya tienen la habitante puesta en Cincinnati.
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