Caminando por el filo de la navaja

El Gobierno de Pedro Sánchez, especialmente el equipo financiero de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, parecen poseer reses la disputa sobre la desarrollo fresco de la riqueza y sobre su petición de que el Instituto Franquista de Estadística (INE) estaba contabilizando mal el crecimiento, de guisa tal que no recogía el vigor de la recuperación que si estaban registrando en otros indicadores, especialmente, aunque no solo, el del empleo. El INE finalmente ha claudicado, eso sí con cambio de presidente mediante, el pasado verano, y ha agradecido que la riqueza española cerrará el año con un incremento superior al 5% del producto interior bruto (PIB), lo que se produce en un año completo, gracias a revisar al subida los dos primeros trimestres.

Pero aunque ese agradecimiento cambia algunas de las reflexiones que se han realizado hasta ahora sobre la desarrollo de la riqueza -la fuerza de su recuperación, la superación de las penas tras la covid y su nivel respecto al momento antecedente a la pandemia- y con ese molinete reivindica parcialmente las reiteradas afirmaciones de Calviño sobre la fuerza del crecimiento gachupin, no es menos cierto que el INE igualmente ha atestiguado que durante el tercer trimestre, de julio a septiembre, cuando la subida fue de tan solo una décima, la actividad estaba languideciendo.

La riqueza española camina por el filo de la cortaplumas, ese puritano y peligroso sendero entre el estancamiento y la recesión, en camino por cierto con el resto de las grandes economías de la eurozona. Aún así, la mayoría de las apuestas optan aún por considerar poco probable la recesión, una caída en zona película durante al menos dos trimestres consecutivos. En las jornadas de riqueza de S’Agaró, celebradas hace poco más de un mes, los responsables de los servicios de estudios de los tres grandes bancos españoles - Enric Hernández (Caixabank); Juan Cerruti (Santander) y Rafael Domenech (BBVA)- se inclinaron por descartarla, los dos primeros y considerarla probable pero muy leve, el tercero.

La autorizada voz del representante del Faja de España, Pablo Hernández de Cos, se abonó en su postrer mensaje financiero, esta misma semana, a la visión relativamente eufórico y considerarla improbable. Aunque reconoce que tanto el postrer trimestre de este año, a una semana del obstrucción, y los dos primeros del año próximo serán muy débiles en términos de crecimiento, el postrer dictamen enfatiza rasgos más positivos que en anteriores ocasiones.

Beds for patients are seen in partitioned rooms at a makeshift fever clinic at a stadium amid the Covid-19 pandemic in Beijing on December 20, 2022. (Photo by Jade GAO / AFP)

La situación sanitaria en China arroja más incógnitas sobre la riqueza mundial




JADE GAO / AFP







Roubini pronostica el fin del mundo, aunque ya lo hizo durante la pandemia y no sucedió

El Gobierno cuenta. para sortear la recesión, con la tributo al crecimiento de los fondos europeos y con la ampliación de su capacidad de reacción gracias al incremento de la colecta de Hacienda al obstrucción de este año 2022. Lo que le permitiría disponer el próximo deporte de más fortuna para programas de ayuda o emergencia económica si estos fueran de nuevo necesarios.

La anemia del crecimiento en Europa es una ingenuidad que, por otra parte, figura en los cuadros de mando de los rectores de la riqueza europea. Esta misma semana, el vicepresidente del Faja Central Europeo (BCE), el gachupin Luis de Guindos lo explicaba con claridad en una entrevista en el diario francés Le Monde en la que, en términos europeos ya da por hecha la recesión: “La política monetaria funciona frenando la demanda, lo que frena el crecimiento, no hay otra posibilidad. Pero si no hacemos falta, la situación será peor, ya que la inflación es una de las razones de la recesión presente. Reduce la renta apto de los hogares y afecta particularmente a las personas más vulnerables. Reduciendo la inflación, contribuimos al crecimiento”.

A medida que se produzcan más subidas de tipos de interés, los encontronazos con los gobiernos de la eurozona serán más virulentos, especialmente los más endeudados. Como ha agradecido la colega de De Guindos, Isabel Schnabel, miembro del comité ejecutor del BCE, “Por lo común, a los gobiernos no les gustan mucho las subidas de tipos de interés. Pesan sobre la situación fiscal, ya que a los estados les resulta más caro emitir nueva deuda. Por lo tanto, podemos esperar un a reacción de rechazo cada vez maduro y debemos resistirlo. Es exactamente por eso que los bancos centrales son independientes”. La disputa está servida.

Del mismo modo, se han rebajado los perfiles de crisis energética a gran escalera que se había temido al principio de la recuperación tras la pandemia y sobre todo como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. Siquiera es hacedero imaginar cómo se transformará el maniquí financiero teutón, el gran personaje de la eurozona, su tren y principal afectado por la supresión, más allá de sufrir una de las recesiones más graves de toda el campo de acción.







En el BCE ya dan por hecha la recesión. En España aún se confía en evitarla

Ese es el camino que tienen por delante la riqueza europea y la española. La formalidad de la recesión, o el estancamiento temporal en el mejor de los escenarios, dependerá de un conjunto tan voluble de factores que pocos se atreven a ser más precisos. Entre esos escasos osados figura en posición destacada el profesor de la Universidad de Nueva York y asesor Nouriel Roubini, conocido por sus tenebrosos pronósticos. Especialmente renombrado tras anticipar el crack del 2008, pronostica para Europa “una recesión larga y fea” en un contexto en el que a su sumario “la tercera supresión mundial efectivamente ya ha comenzado”. Pero como resolver una vez no implica infalibilidad perenne, cerca de recapacitar aquí que Roubini había anticipado una especie de Gran Depresión como consecuencia de la parálisis de la pandemia, la “religiosa de las crisis de deuda estanflacionaria (estancamiento con inflación) en los próximos abriles”. Situación que no se ha materializado, y ya han pasado dos abriles, con los contornos apocalípticos previstos por el doctor catástrofe. Esperemos que siga siendo así, con permiso de China y su descontrolada ola de covid, una alargada y perturbadora sombra sobre la riqueza mundial.

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