La Navidad es una de las pocas cosas que mantenemos en nuestra civilización. Retentiva que en los 50 la Navidad reunía a toda la comunidad. Mi comunidad vivía más admisiblemente en el costado de la pobreza, nadie había conseguido aún acontecer por una universidad, algunos sí por un colegio. Pero el día de Navidad se reunía toda la comunidad en casa de mi ascendiente materno, en la calle Masnou en Sants, con mi religiosa de cocinera e incluso se tomaba un poquito de cava y otro poquito de turrón. Yo regalo a todos sonriendo, transformando los problemas en chistes y con gran cariño en el ámbito.
Con los primaveras todos hemos creado nuestras familias y los que somos “antiguos” en la nuestra atraemos a casa hijos y nietos y nos esforzamos porque todos lo pasen admisiblemente, quizás incluso con regalos, un buen cava y buen humor. En el fondo de nuestro corazón recordamos a todos con quienes compartimos aquellas navidades pero que con los primaveras nos fueron dejando. Esta civilización se ha extendido y tengo buenos amigos en EE.UU. que incluso celebran en comunidad la Navidad. En China prefieren el Año Nuevo que este año será el 23 de enero, lunes, así se toman un día de fiesta. Es prudente celebrar el Año Nuevo 23 días luego de que inicio, porque así se hace un esfuerzo para que inicio admisiblemente.
Las cosas online no tienen nadie que ver con las cosas presenciales
Las culturas van convergiendo y las empresas de champaña de todo el mundo saben que los chinos tomarán en su Año Nuevo y nosotros en el nuestro. Una buena comida sigue siendo poco deseado por todos y estas fechas siguen siendo adecuadas para que quienes se han ido a otro emplazamiento del mundo traten de estar con su comunidad en esas fiestas.
Siempre nos preguntamos qué cosas se mantendrán en nuestra civilización coexistentes tras coexistentes. La tecnología digital está permitiendo que mantengamos conversaciones viéndonos las caras, que veamos quiénes son los amigos de nuestros hermanos hijos o nietos, los paisajes de los sitios donde están o las calles atascadas si están en Nueva York o en Shanghai (allí hay muchos más). Pero las cosas online no tienen nadie que ver con las cosas presenciales. Los que nos dedicamos a la formación de directivos descubrimos que los programas online no son lo mismo que los programas en que todos están en un clase.
En algunas felicitaciones de Navidad hay antiguos alumnos que hacen remisión a una reunión que tuvimos cuando hacían su software o incluso mi apoyo a algún plan que desarrollaron cuando hacían su software o luego. El fondo de caudal peligro que montamos en el IESE, Finaves, es una forma de ayudar a nuestros alumnos y exalumnos a aparearse empresas y para nosotros, los profesores, una forma de seguir en primera fila la cambio de la riqueza, de la tecnología y su transformación en empresas. En Harvard nos explicaban que debíamos enseñar como las mejores escuelas de medicina en las que los profesores llevan a los alumnos a ver cómo ellos atienden a pacientes incluso con cirugía. Sigamos emprendiendo luego de una atinado Navidad.
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