Tres abriles posteriormente de permanecer 18 meses en un calabozo en la mazmorra de Curitiba tras un causa politizado e irregular sobre un dudoso caso de corrupción, el avezado líder de la izquierda brasileña Luiz Inacio Lula da Silva vuelve a la presidencia brasileña por tercera vez.
Se calcula que más de 300.000 personas participarán en las festividades que se celebren este domingo en Brasilia tras la toma de posesión de Lula y su vicepresidente, el centrista Gerardo Alckmin.
Representación institucional de todos los países del mundo
Casi todos los gobiernos del mundo serán representados en la ceremonia de un político que, durante sus dos periodos presidenciales anteriores, (2003-2010), siempre con destino a alarde de no tener enemigos en el mundo. No es así en Brasil, sin secuestro, donde Lula aún registra elevados índices de rechazo en parte de repoblación.
Entre los seguidores de Lula y del Partido de los Trabajadores (PT) que llegaban a Brasilia desde todo el país se respira un medio ambiente de exaltación tras cuatro abriles bajo el polémico presidente ultraconservador Jair Bolsonaro en los que Brasil se convirtió en un laboratorio de a ultraderecha negacionista y una paria para gran parte de la comunidad internacional. “Nunca había manido tanta multitud en Brasilia para la toma de posesión” dijo un militante del PT de Rio de Janeiro consultado el sábado.
Pero el hecho de que 58 millones de brasileños votaran a Bolsonaro en octubre , y que decenas de miles se hayan valiente a las calles desde entonces en protesta por lo que consideran -sin fundamento alguno- un resultado fraudulento, arroja una sombra sinestro sobre la toma de posesión Bolsonaro -siguiendo los pasoso de su admirado Donald Trump- decidió no asistir a la trasferencia de poder para la entrega de la distintivo del presidente saliente al nuevo rompiendo con una tradición solo interrumpida hasta la data por los golpes de estado.
El ultraconservador voló el jueves a Kissimmee en Florida donde se ha alojado en la mansión del ex profesional de lucha disponible brasileño José Aldo, al parecer, para suceder todo el mes de enero. Bolsonaro podría permanecer aún más tiempo si llega a la conclusión de que él y su comunidad corre aventura de ser magistratura por un amplio tono de presuntos delitos, desde supuestos crímenes contra el estado de derecho a la malversación de hacienda manifiesto para la importación de inmuebles.
Pero en un discurso trasmitido por video el jueves, Bolsonaro desaconsejó actos violentos de “todo o ausencia”. Ya se ha esfumado en gran medida el temor a actos de desestabilización al estilo de lo que ocurrió en el asalto trumpista al Capitolio en Washington hace dos abriles. “El bolsonarismo está sobrado desmovilizado pero hay algún peligro de atentados” dijo una entrevista concedidas La Vanguardia la experta en bolsonarismo Leticia Cesarino de la Universidad de Santa Catarina en el sur de Brasil.
Hace una semana la policía desarticuló un plan bolsonarista para burlar contra el aeropuerto de Brasilia con camión-bomba. Aunque las fantasiosas redes sociales bolsonaristas ya interpretan el mini confinamiento del ex presidente como el precursor de una intervención marcial, todo indica que Lula ha conseguido aplacar a los principios de las fuerzas armadas más estrechamente vinculadas al bolsonarismo tras un astuto diálogo con la cúpula marcial por parte del nuevo ministro de defensa, José Mucio Monteiro.
35 millones de brasileños salieron de la pobreza con Lula
Lula -que se presentó a sus primeras elecciones presidenciales en 1989- asume el poder en medio de una crisis humanitaria en Brasil donde el anhelo ya amenaza a más de 30 millones de habitantes en un país de 207 millones, según el nuevo censo. Su objetivo: recuperar, aunque sea solo en parte, el éxito espectacular de sus dos primeros gobiernos (2003-2010) cuando 35 millones de brasileños salieron de la pobreza en un contexto de estabilidad macroeconómica y paz social.
El nuevo presidente volverá a impulsar iniciativas regionales latinoamericanas en política exógeno aprovechando la recuperación del poder de la izquierda Latinoamérica desde el Cono Sur hasta el Rio Feroz. Conocido por sus dotes diplomáticas, pretende coordinar un movimiento de no alineamiento para contrarrestar las peligrosas diviesos geopolíticas entre Oeste, Rusia y China. “Brasil es un país esencial para el invariabilidad mundial por su tamaño, población, y fronteras con diez países suramericanos, y con África; ahroa tendrá liderazgo asimismo conveniente a la gusto democrática que recupera”, dijo en una entrevista concedida La Vanguardia, el ex canciller y asesor de Lula en política exógeno.
La décimo del presidente venezolano Nicolás Prudente en la toma de posesión es un indicio de que el péndulo geopolítico se ha desplazado de forma decisiva en América latina. Al mismo tiempo Lula buscará alianzas con Washington en áreas como la protección de la Amazonia. La atrevimiento de nombrar ministra de Medioambiente a Armada Silva, ha sido aplaudo en Washington y en Europa. La veterana medioambientalista fue ministra de Lula entre 2003 y 2008 pero , tras poner en marcha políticas que facilitaron una reducción del 84% de la deforestación, abandonó el segundo gobierno de Lula por discrepancias con el maniquí desarrollista del PT ( ver Tendencias).
Pero repetir las hazañas de la primera término del siglo no será posible. Aunque Lula ha improvisado una mayoría en ambas cámaras, la derecha tiene un liga robusto en el Congreso y el bolsonarismo sigue muy activo.
Reducción del debe
El entorno financiero es mucho más difícil que hace vigésimo abriles. Brasil tiene una abultada deuda pública en un momento de subidas de tipos de interés e a escalera mundial . El proclamación de Fernando Haddad, un histórico del PT, como ministro Hacienda, ha provocado angustiarse en los mercados, aunque el poderoso camarilla mediático Cosmos acaba de aplaudir a Haddad por fijar una meta de reducción del debe mas riguroso que el Paulo Guedes, el líder financiero de Bolsonaro.
Pese a la fuerza de la derecha, el nuevo presidente ha conseguido elapoyo en el Congreso para la primera medida considerada crucial: la asesinato del techo sobre el compra publico establecido durante el gobierno del presidente interno Michel Temer.
Asimismo Lula parece contar con el apoyo del Tribunal supremo que ha ilegalizado el llamado “presupuesto secreto” de Bolsonaro liberando más fondos para el nuevo gobierno. “Estas victorias señalan que el gobierno del PT cuenta con la buena voluntad de los demás poderes”, dijo en una entrevista Lúcio Rennó, analista político de la Universidad de Brasilia.
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