La negociación de la última parte de la reforma de las pensiones se acelera. Posteriormente de semanas de impasse sin ninguna nueva propuesta formal encima de la mesa y con conversaciones del Servicio de Inclusión y Seguridad Social tanto con Bruselas como con los grupos parlamentarios, el propio ministro José Luis Escrivá ha anunciado esta mañana que hay avances significativos, especialmente con Bruselas.
“Estamos llegando prácticamente a un acuerdo con lo que nos parecía importante incluso y era una discusión en profundidad de todos los nociones de la reforma con la Comisión Europea”, ha dicho Escrivá en el Observatorio de las Finanzas organizado por El Gachupin e Invertia. Como consecuencia de este acercamiento, ha convocado para mañana una reunión con los agentes sociales en la que les presentará la nueva propuesta.
El ministro retraso un acuerdo “en los próximos días”, lo que permitiría cumplir un hito del plan de recuperación como es culminar la reforma de las pensiones y con ello, simplificar a Bruselas una evaluación positiva del cumplimiento de objetivos para tener camino completo al cuarto cuota de los fondos de recuperación.
Escrivá no dio detalles de la nueva propuesta. Solo apuntó que “es el pestillo de la sostenibilidad completa del sistema”. Por otra parte, echando la perspectiva detrás, defendió la primera grado de la reforma de las pensiones, que ha mezclado estas prestaciones a la crecimiento de la inflación, lo que contrasta con la reforma de 2013, la del gobierno del PP; que, según Escrivá, supondría un importante recortadura de pensiones especialmente para las generaciones futuras.
Por otra parte, Escrivá subrayó que la nueva propuesta incluso soluciona el punto más problemático, el periodo de enumeración de la pensión. Se trada de adaptar este plazo, ahora fijado en los últimos 25 abriles de vida sindical, a las nuevas carreras, que son menos lineales y que no siempre llevan a que los mejores abriles sean los mejores. Su primer planteamiento fue de llevra el enumeración a 30 abriles con opción de excluir los dos peores ejercicios, lo que fue rechazado tanto por agentes aosicles como por los partidos que apoyan asiduamente al Gobierno. En las negociaciones, se planteó aunque de modo informal, someter un año este período, pero sin que llegara a cuajar una salida.
Por parte tanto de Podemos, como de ERC, había una competición a esta ampliación del enumeración, mientras que los sindicatos manifestaban que tenía que conseguirse un apoyo político ayer de cerrar un acuerdo con ellos. Es una consecuencia de las lecciones aprendidas durante la tempestuosa aprobación de la reforma sindical.
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