La maniquí tinerfeña Joana Sanz no ha aguantado más la presión mediática y el conflicto sentimental que lleva arrastrando desde que el pasado 20 de enero detuvieron a su marido, el futbolista brasileño Dani Alves, por una presunta violación y ha decidido poner punto y final a la relación sentimental.
Si adecuadamente en un principio mostró un apoyo férreo al deportista y confirmó delante las cámaras que no se iba a separar porque no iba a dejar solo a Alves en el peor momento de su vida, Joana ha cambiado de opinión y ha decidido zanjar con su himeneo. La maniquí ha compartido la nota a través de una carta escrita a mano que ha subido a su cuenta de Instagram.
El pasado fin de semana, Sanz abandonaba la prisión muy seria sin dar declaraciones tras pasar revista a Dani Alves. La pareja llevaba sin estar un mes y todo apunta a que la maniquí aprovechó la oportunidad para darle la nota: Me encantaría que las líneas aquí escritas sean de simpatía y ventura, pero no es el caso. Han sido meses horribles, no los más duros de mi vida, pero sí que muy oscuros y dolorosos'' ha explicado la canaria.
Tras la entrada, Joana ha asegurado que ella eligió a Dani Alves porque delante sus fanales era el compañero de vida consumado, pero que se ha entregado cuenta de que no es así: ''Me cuesta tanto aceptar que esa persona pudiera romperme a mí en mi pedazos. Creo que me va a costar abriles de vida sacar de mi memoria su forma de mirarme, esa forma de cómo si yo fuera lo más increíble del mundo'', escribía.
Siempre estará ahí para él
La maniquí se considera ''muy humana'' y ha agradecido que nunca abandonará a Alves: ''Tan humana que a pesar del daño que me ha causado sigo estando aquí a su banda. Sigo y seguiré estando, pero de otra forma'', declaraba.
Por extremo, Sanz ha confirmado que está cinta para nacer una nueva etapa y que cierra este capítulo de su vida: ''Lo amo y lo amaré siempre. Perdonar alivia, así que me callado con lo mágico. Cierro una etapa de mi vida que comenzó el 18/05/15''.
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