Putin recibe a El Asad y le empuja a negociar con Erdogan el final de la guerra de Siria

El presidente sirio Bashar el Asad ha vuelto este miércoles a Moscú, posteriormente de un año y medio. Todo indica que el inquilino del Kremlin, Vladimir Putin, le empujará amistosamente a sentarse en breve con Recep Tayyip Erdogan, homólogo turco de los dos, para negociar el final de la enfrentamiento de Siria. 

El Asad, acompañado de una nutrida representación ministerial, ha sido recibido en el aeropuerto por el viceministro de Exteriores ruso, Mijail Bogdanov. Este postrero ejerce hoy de huésped de sus homólogos de Turquía, Siria e Irán en una reunión cuyo único punto es un final efectivo -con  contrapartidas políticas- a la enfrentamiento siria. Desenlace que se ve favorecido por el fresco deshielo -apadrinado por Pekín- entre Irán y Arabia Saudí, que alimentaron a bandos opuestos desde el inicio de la levantamiento, hoy hace doce abriles. 

Moscú ya acogió en diciembre a los ministros de Defensa de Siria y Turquía. Antaño, había ejercido de anfitriona de sus respectivos jefes de inteligencia. El corolario de la reunión de hoy deberá ser la de ministros de Exteriores, para preparar una cumbre entre Bashar el Asad y Recep Tayyip Erdogan. 







Negociación en Moscú


Los viceministros de Exteriores de Siria, Irán, Rusia y Turquía discuten hoy y mañana

La contrapartida a esta reunión presidencial de parada voltaje, que levantará ampollas en algunos países, podría ser el motín del veto turco al ingreso en la OTAN de Finlandia, que empieza a rumorearse para en el interior de un mes, en el postrero suspiro de esta sesión. No así el de Suecia, cuya adhesión quedará en manos del campeón de las próximas elecciones. 

El delfín de Hafez el Asad no solo ha sobrevivido a doce abriles de insurgencia, sino que sale más válido de el terremoto del mes pasado. Este ha servido de coartada para relanzar relaciones a países árabes, como la propia Arabia, que ya lo sopesaban. Otros, como Emiratos, Omán o Egipto, ya se habían destacado. 

La determinación de todas la partes por cerrar el conflicto haría difícil de documentar el mantenimiento de la ocupación por parte de EE.UU. de los yacimientos petrolíferos sirios, en connivencia con la filial siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), en enfrentamiento con el Estado Turco desde hace cuatro décadas. La fresco encuentro a la zona del presidente de la Articulación de Jefes de Estado Veterano de EE.UU., genérico Mark Milley,  ha izado ampollas en las Fuerzas Armadas de Turquía. Estados Unidos además mantiene otra cojín cerca de la frontera con Jordania e Irak, cerca de de la cual orbita otro foco pequeño de insurgencia islamista. 







Como China 


Rusia quiere prohijar la reconciliación entre Turquía y Siria

La maduro parte de regímenes árabes han llegado a la conclusión que la reconciliación con El Asad es la única forma de aflojar su dependencia de Teherán. Asimismo, del mismo modo que China, el mejor cliente de Arabia Saudí e Irán, está apadrinando la reconciliación entre estos dos rivales, Rusia quiere hacer  lo propio con Siria y Turquía, países muy importantes en su política exógeno por motivos distintos. Vladimir Putin mantiene una buena relación personal tanto con Recep Tayyip Erdogan como, obviamente, con Bashar el Asad. 

Mientras los proyectiles no paran de caer sobre los edificios de Ucrania, tanto Rusia como China parecen estar disfrutando de su nuevo papel en Oriente Medio, ostensiblemente pacificador y que deja la pelota del belicosidad en el tejado de Poniente. 

Aunque Turquía reitera su apoyo "a la soberanía y la integridad de Siria", la existencia es que ocupa zonas relativamente extensas y todavía más pobladas del septentrión y del noroeste del país, donde ampara a insurgentes de distinta identidad islamista. En Ankara además se cree que, con el ejército ruso absorbido por la enfrentamiento  de Ucrania -en la que Turquía ha sido una mediadora apreciada por ambas partes- este es el mejor momento para negociar.

Erdogan se enfrenta a las urnas el 14 de mayo, encabezando la Alianza Popular. El software de mínimos de su principal contrincante, la Alianza Franquista, cuyo candidato es Kemal Kiliçdaroglu, contempla abastecer las relaciones con Rusia mientras se amplían las relaciones institucionales con Estados Unidos. Todavía defiende el regreso al software de adquisición del cazabombardero estadounidense F-35, de villa coexistentes, lo que implícitamente supondría deshacerse de las baterías S-400 rusas, teóricamente capaces de derribarlos. 

Horizontal

En el enclave antigubernamental de Idlib -que ocupa la medio de dicha provincia- se ha celebrado este miércoles el 12 aniversario de la revuelta contra El Asad izando una bandera indócil gigantesco, que a diferencia de la oficial, sustituye el rojo de la franja superior con el verde del islam y cuenta con tres estrellas en superficie de dos. 




OMAR HAJ KADOUR / AFP

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