Todo lo que debes saber si quieres comprar un coche embargado

Coger un coche suele significar un esfuerzo financiero considerable, aunque existen algunas alternativas a los concesionarios de siempre para poder hacerse con un transporte sin comprometer la estabilidad financiera. Una de las vías más frecuentes consiste en optar por los coches de segunda mano. Y, en cambio, no se tiene tan en cuenta la posibilidad de comprar un coche embargado, a pesar de que hay auténticos chollos.

Posiblemente una buena razón que explique este engendro se deba al desconocimiento normal. Un coche embargado es un aceptablemente que ha sido retenido, por bancos, entidades financieras o incluso el propio Estado, a su titular correcto a una deuda irresoluto. Estos vehículos pasan a protagonizar una subasta en la que serán vendidos al mejor postor. Y hay de todo, desde coches de tono media hasta piezas de fastuosidad, muchos de ellos en excelentes condiciones. Por lo que supone una gran oportunidad para hacerse con un excelente transporte a un precio más que interesante.







¿Qué debes entender si quieres comprar un coche embargado?

Lo primero a tener en cuenta es que existen dos tipos de subastas distintas: las privadas y las públicas. En el caso de las privadas, las entidades que las organizan son casas de subastas o bancos. Mientras que las segundas se llevan a extremo por parte del Estado, sus ministerios y otros organismos públicos, como Hacienda o la Seguridad Social.

Para participar en una subasta hay que estar apropiadamente identificado, presentando el DNI, por ejemplo. Y, dependiendo de qué tipo sea, podrán variar los requisitos que se les exigen a los compradores. Uno de ellos es la cantidad mínima que debe aportarse como depósito en el momento de la subasta. Esto todavía se extiende a las que son de carácter online.







Ventajas y desventajas de comprar un coche embargado

Al igual que cualquier buena oportunidad, obtener un coche embargado cuenta con una serie de ventajas y todavía de inconvenientes. Los aspectos que resultan más beneficiosos de este trámite tienen que ver con la posibilidad de comprar un transporte a un precio mucho pequeño del que se corresponde por su valía. Encima de que, una vez finalizada la subasta, será posible marcharse con él, sin esperas. Y, por supuesto, la variedad es más que amplia.

No obstante, la principal desventaja de hacerse con un transporte embargado es que no existe ninguna señal o respaldo por la parte vendedora si resulta tener fallos de cualquier índole. Por si fuera poco, no pueden probarse y siquiera arrancarse, la única información que puede obtenerse de su estado es lo que se perciba a simple tino. De modo que es un aventura a tener en cuenta. Muy a menudo siquiera podrá saberse en realidad cómo es el transporte y en qué condiciones se encuentra hasta el día de la subasta.

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