La tecnológica Apple ha registrado recientemente una diploma para mejorar la resistor del iPhone a la presión atmosférica y al agua. Mediante el uso de cavidades selladas y ventilación barométrica, la compañía pesquisa persistir en funcionamiento los sensores del dispositivo en diversas condiciones de presión ambiental. Esto supondría ir un paso más allá en la protección del iPhone y su soporte.
La Oficina de Patentes de Estados Unidos le otorgó a Apple la diploma 'Dispositivo electrónico con sensor de presión integrado', con el que la tecnológica pretende combinar un sensor con un diseño que blindaría al dispositivo en situaciones extremas de presión ambiental.
La resistor del iPhone mejorará con un diseño que blindará el dispositivo
La certificación IP68 con la que cuenta el iPhone 13 le otorga de resistor al polvo y al agua, lo que significa que si por un descuido el dispositivo termina adentro de una piscina, esto no debería dañarlo. En cuanto a la presión, actualmente Apple garantiza una profundidad máxima de 6 metros durante media hora, y ahora trabaja para mejorar estas limitaciones.
Según indica la diploma, "a medida que los usuarios confían cada vez más en sus dispositivos, los dispositivos están diseñados para ser más robustos". "Los componentes de plástico pueden ser reemplazados por componentes de metal o los componentes de vidrio pueden ser más gruesos y estar hechos con vidrio templado", continúa ilustrando.
Para hacer que un terminal sea resistente al agua es necesario eliminar los puertos por lo que entraría, motivo por el que Apple eliminó la entrada para auriculares en 2016, con el tiro del iPhone 7. No obstante, sellar al completo un dispositivo podría tener consecuencias negativas, como por ejemplo "provocar un aumento de la temperatura de funcionamiento, ya que los componentes están encapsulados o encerrados en un entorno sellado".
Sellar al completo un dispositivo móvil podría tener consecuencias negativas
Para hacer frente a estos inconvenientes, la diploma de Apple sugiere realizar unos ajustes, como incluir un transductor de presión MEMS encerrado en un gel para proteger el iPhone de los líquidos. Igualmente se agregarían sensores aislados o un sistema de ventilación barométrica, que evitaría el contacto con los líquidos.
Lo que desea la tecnológica es mejorar la protección del dispositivo para que su uso se extienda a una variedad mucho más amplia de entornos, como por ejemplo "en viajes de montañismo o esquí/trekking donde las temperaturas descienden muy por debajo del punto de congelación".
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