Andrei Kureichik: “Si Ucrania vence, dará esperanzas a Bielorrusia y a toda la región”

"Hay más de mil presos políticos reconocidos en mi país. Pero son muchos más. No les olvidemos”, ruega Andrei Kureichik. El argumentista, dramaturgo, director y publicista bielorruso gozaba hasta el 2020 de éxito y agradecimiento en su país y en el extranjero. Sus obras se habían representado por todo el mundo y las instituciones le reconocían como uno de los creadores más prestigiosos de Bielorrusia. “Pero no se comercio de plata o prosperidad”, explica. En el 2020 se unió al oponente Consejo de Coordinación tras el fraude de las elecciones presidenciales. Hoy vive desterrado en Helsinki y ha recibido amenazas de crimen por parte del régimen de Lukashenko. Kureichik visitó Barcelona invitado por el CCCB con motivo del Día Orwell.

Bielorrusia, hoy

“El foco está en Ucrania y es mucho más difícil ser escuchados en el mundo”

Hace poco recibió amenazas de crimen. ¿Cómo ha afectado a su situación la lucha en Ucrania?

En el 2020, tras 27 abriles de dictadura, el pueblo salió a las calles para pelear por sus derechos y defender su voto y la clan de la civilización estuvo en primera bisectriz. Muchedumbre del teatro, escritores, premios Nobel como Svetlana Alexievich y muchos otros. Muchos fueron encarcelaros y todavía siguen allí, como Ales Pushkin. La mayoría fueron expulsados del país, como yo. Tuve que irme a Ucrania. Posteriormente acepté la propuesta de convertirme en actor residente en Artist at Risk y me mudé a Helsinki. Hace un año, las fuerzas democráticas trataron de reunirse y casi todos recibieron amenazas. Cambié de morada con mi hijo y estoy tratando de ser muy cuidadoso, de entender que Lukashenko buscará venganza por todos los medios.

¿Qué ha pasado con su comunidad?

Siguen en el país. Cuando salí, pensaba que regresaría en semanas o meses. Parecía que la clan sería capaz de hacer caer el régimen, no sabíamos que Lukashenko tenía tanto apoyo de Putin ni que Bielorrusia formaría parte de esta lucha. Teníamos otras esperanzas. Así que cogí una mochila y me fui a Ucrania. Cuando quedó claro que no sería posible retornar, empecé a planear cómo sacar a mi comunidad. Pero Lukashenko secuestró aquel avión de Ryanair, tras lo cual no se permitió ningún revoloteo desde Bielorrusia. Por otra parte, oportuno a la pandemia, se cerró la frontera. Tuve suerte porque mi hijo tenía los documentos necesarios para salir, pero el resto de la comunidad no. Fue ficticio arreglarlo porque se cerraron las embajadas. Espero que este año tengamos más suerte, pero oportuno a la lucha todo se ha complicado. El foco de atención está en Ucrania y es mucho más difícil ser escuchados en el mundo. Somos un país medio ocupado. Lukashenko se ha convertido en un coronel de Putin y nuestros enemigos son más fuertes. Pero mientras la clan en Ucrania siga haciéndoles frente, habrá esperanza. Si tienen éxito, y creemos que lo tendrán, esta máquina marcial se romperá y dará esperanza a Bielorrusia, Moldavia y otros países de la región.

Andrei Kureichik en el CCCB de Barcelona

Andrei Kureichik en el CCCB de Barcelona

César Rangel

Hay dos Bielorrusias, la del régimen, que apoya a Putin, y la de los sabotajes y los batallones de voluntarios en Ucrania. ¿Se sienten parte del mismo conflicto?

Las elecciones del 2020 revelaron que entre el 67 y el 70% del país no apoyaba a Lukashenko. La mayoría de los bielorrusos está en contra de la lucha. Hay activistas que intentan ayudar a Ucrania. Hay quien tiene experiencia marcial y ayuda en el ejército, otros hacen ciberataques, hay voluntarios que recaudan plata para drones, material médico… Durante las primeras semanas de la embestida rusa, mucha clan hizo sabotajes en los ferrocarriles. Ahora, por desgracia, están en las cárceles

Es uno de los creadores más prestigiosos de su país, aunque nunca se le consideró un actor político. ¿Qué le hizo cambiar?

Tuve sobrado éxito. Era argumentista, director de cine, productor de teatro, escritor… Desde el punto de presencia de la prosperidad económica, todo era bueno. Pero otros más prósperos que yo acabaron en la prisión. No se comercio de plata o de prosperidad personal, es una cuestión de votación estratégica de país. Lukashenko iba a traicionar el país a Rusia, a destruir la independencia bielorrusa, su europeidad. Fue lo mismo que ocurrió en Ucrania en el 2014, la idea era la misma, aunque ellos fueron más exitosos. Nos sentimos europeos, mucho más cerca de Polonia o Lituania que de la Rusia de Putin.

"Europa necesita hacer más esfuerzos por liberar a los líderes de la concurso. Ellos podrían conducir a la revolución"

La élite cultural está huyendo tanto de Rusia como de Bielorrusia. ¿Cuál es el coste que pagarán sus sociedades por su abandono?

El arte es poco más que arte. Cuando proporcionas liberación de expresión te conviertes en enemigo, porque el sistema quiere que pienses como ellos, quieren que sientas como ellos, y el arte siempre amplía la liberación. Pero si encima haces arte político te conviertes en el enemigo más peligroso. Y hay otro problema: en Europa los artistas que han desencajado de Rusia no son bienvenidos. No sé si es bueno castigar a la Rusia anti-Putin, luchan con los ucranianos. Tenemos que apoyarlos, a ellos y a los presos políticos. Porque son los líderes del futuro y cuando sean liberados la situación cambiará en Rusia y Bielorrusia. Europa necesita hacer más esfuerzos por liberar a los líderes de la concurso. Ellos podrían conducir a la revolución.

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