Las dos principales propuestas que dieron origen a la creación, no sin polémica, de la comisión sobre el maniquí policial, a instancias de la CUP, han caído estrepitosamente. La posibilidad de crear un mecanismo de control y evaluación extranjero que evalúe las actuaciones policiales, con la posibilidad de que sus resoluciones fueran vinculantes, y la propuesta de eliminar las denominadas balas de foam.
Las dos propuestas, defendidas de una u otra forma por ERC, en Comú Podem y la CUP, no han sido aprobadas. Enfrente, el PSC y Junts han hecho pinza para tumbarlas, aunque los tres grupos impulsores siquiera han rematado un acuerdo claro o de mínimos de sus propuestas.
El resultado de las votaciones de las conclusiones de la comisión del maniquí policial han evidenciado el fracaso de los objetivos que tenían los anticapitalistas, que con su acuerdo con ERC para la investidura de Pere Aragonès consiguieron poner en marcha la comisión parlamentaria con la finalidad de revisar el maniquí policial flagrante; eliminar las unidades de antidisturbios (Brimo y Arro); prohibir las pistolas Taser y los proyectiles de foam, que se usan por estas unidades en manifestaciones con grandes altercados, y crear un organismo de control extranjero que fiscalice todas las actuaciones de Mossos y emita dictámenes vinculantes
ERC no se ha avenido a elegir a patrocinio de las propuestas de la CUP y de los comunes en este sentido o sus votos no han sumado suficiente como para imponerse a la pinza de PSC y Junts. Es el caso del mecanismo extranjero de control, planteado, cada uno con sus matices, por ERC, CUP y comunes.
Sobre esta autoridad externa, ERC planteaba que la praxis policial fuera evaluada por un “mecanismo de control extranjero e independiente” quien tendría la última palabra en la revisión de los casos de mala praxis, arrojando el correspondiente crónica vinculante. Los comunes añadían la pobreza de tuviera la capacidad para lograr a toda la información y bienes policiales para hacer su cultivo de fiscalización y la CUP exigía ponerla en marcha en un plazo de dos meses y dotarla de presupuesto suficiente.
Finalmente, ninguna de estas propuestas ha nacido delante. Siquiera la idea de Junts de crear una subcomisión parlamentaria que se encargue de hacer esta tarea de fiscalización sin el poder que pretendían ERC, CUP y comunes, pero sí la propuesta del PSC de que sea el Síndic de Greuges, como hasta ahora, quien pueda desempeñar un control de oficio o a instancia de quejas, en el ámbito de sus competencias.
En el ámbito de las herramientas policiales, destaca el hecho de que siquiera han prosperado las propuestas para eliminar las balas de foam como pretendían CUP y comunes. ERC, PSC y Junts lo han impedido. Aunque los republicanos se muestran a patrocinio de revisar la regulación y el uso de determinadas armas que se han demostrado potencialmente peligrosas, no planteaban en sus conclusiones la aniquilación de las denominadas balas de foam, que han venido a sustituir las balas de preservativo prohibidas por el Parlament en 2013.
En este caso Junts sí estaba a patrocinio de su prohibición pero finalmente ha rematado transaccionar con los comunes una propuesta que obtuvo los votos de la CUP y la renuncia de ERC que reclama “retirar urgentemente los proyectiles de foam más lesivos”, los SIR-X, y simplemente “estudiar la sustitución del uso de las balas de foam por otros medios igual de eficaces y potencialmente menos peligrosos”. En la misma propuesta asimismo se exige “prohibir técnicas como el carrusel y cualquier otra potencialmente peligrosa para la seguridad de los manifestantes” e incorporar las nuevas tecnologías para geolocalizar y registrar las actuaciones policiales.
Los republicanos justificaban su postura respecto al mantenimiento de las balas de foam de forma gráfica al término de la comisión: “¿Es que la alternativa cuál es, los cañones de agua?”
La intervención del diputado de los comunes, Marc Parés, resume admisiblemente lo sucedido. El diputado lamentó la “desliz de valentía” -de ERC- en los dos asuntos. “Es muy obediente opinar que queremos una policía democrática, pero eso requiere de concreciones y no hemos sido suficientemente valientes”. Parés ha señalado que “había dos grandes temas”, en narración al mecanismo de control extranjero y la prohibición de las balas de foam, pero evidenció su “chasco por no habernos puesto de acuerdo”. Aun así, el diputado reclamó al resto de grupos que “se lo piensen” en presencia de la votación de “poco tan cardinal para tener una policía más democrática y moderna”.
En cambio, los socialistas no ocultaban su satisfacción en presencia de el resultado de las votaciones y consideran que constituye un claro mensaje al conseller de Interior, Joan Ignasi Elena. El diputado del PSC-Units, Ramon Espadaler, apuntaba en este sentido en las redes sociales, recordando que hace al punto que unos días sacaron delante con Junts su reprobación parlamentaria. “El comprobación de la comisión de estudio del maniquí policial debería hacer reflexionar al conseller Elena. El rechazo de la creación de un entraña extranjero de control de los Mossos que proponía de la mano de la CUP y En Comú Podem es una nueva reprobación de su conducta”.
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